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Delpo le devolvió la calma al público

BUENOS AIRES -- Juan Martín del Potro, número diez del mundo, derrotó por 6-2, 7-6 (9-7) y 6-1 a Ivo Karlovic (52º) y, así, puso 1-1 la serie de cuartos de final de la Copa Davis que se juega en esta ciudad. De esa forma, trajo algo de tranquilidad al público local, que había quedado estresado tras la inesperada derrota de David Nalbandian (50º) en primer turno ante Marin Cilic (23º).

Con un juego sólido, el tandilense Del Potro se sacó de encima a Karlovic -que por momentos se puso peligroso- en dos horas y 19 minutos de juego y demostró una vez más que se sabe mover como pez en el agua en estas lides de la Davis.

Su participación estuvo en duda hasta último momento, como consecuencia de un fuerte malestar estomacal, que le causó vómitos y mareos en la previa del match ante el europeo.

En cuanto al juego, el argentino no sufrió quiebres de servicio en todo el partido, y sólo se vio complicado en el segundo parcial, cuando inclusive levantó cuatro sets points en el tie break para recién después llevarse el set tras ganar 9-7 el desempate.

Ese momento fue la clave del partido. Porque si se le iba ese set no sólo se le complicaba el encuentro, sino porque probablemente, el cotejo hubiera tenido que ser suspendido por falta de luz al llegar a una cuarta manga.

Por eso él, apenas percibió que la pelota de Karlovic se iba ancha, grito "¡¡¡Dale!!!" y enseguida se plantó con las piernas flexionadas y, de cara al sector más bochinchero de la tribuna, festejó batiendo los puños.

Tenía razón Del Potro. Rápidamente iba a quedar demostrado que ese parcial había sido determinante.

Porque el primer parcial había sido casi un paseo para el tandilense, que había entrado con todo, logrando vulnerar ya en el juego inicial del partido el arma principal de Karlovic, el saque. Esa, y otra nueva rotura de servicio en el tercer game, habían deparado el claro 6-2.

Pero el segundo fue una historia totalmente distinta. Algo más distendido, Karlovic subió vertiginosamente su porcentaje de primeros servicios, bajó los errores no forzados y le pasó la iniciativa al local.

Del Potro se vio algo desconcertado por la estrategia del croata y en ningún momento del set pudo poner en jaque su servicio. Por suerte, en la faceta de su propio saque mantuvo la calma y no pasó apuros.

Así, cada uno manteniendo su servicio, llegaron al tie break, donde se vivió el pasaje más dramático del match. Porque Del Potro dejó escapar un mini break y después sufrió dos en contra. Karlovic llegó a estar 6-3 arriba, y 6-5 con su saque, y no lo pudo definir. El argentino dejó todo, mostró temple y se levantó.

Tuvo cuatro set points en contra, pero no flaqueó y se lo terminó llevando 9-7, ante la explosión del público que llenó a tope el estadio Mary Terán de Weiss.

El festejo de la gente por ese segundo parcial duró todo el descanso y, cuando volvieron los jugadores a la cancha, estaba en su momento cumbre. "Olé, olé, olé, Delpo, delpo", fue el hit que recorrió toda la cancha.

Agrandado, el tandilense empezó a arriesgar más desde el fondo y atravesó con éxito otro momento muy importante. Fue en el segundo game, cuando desperdició cinco chances de quiebre y recién pudo concretar la rotura en la sexta.

Ahí terminó virtualmente el encuentro. Porque Delpo se llenó de confianza y Karlovic cayó en lo anímico. El argentino volvió a quebrar en el cuarto game, resolvió sin problemas en sus juegos de saque y lo definió 6-1.

Como un bombero, el de Tandil llegó para apagar el incendio que había dejado la sorpresiva caída de Nalbandian ante Cilic en el primer turno. Delpo pasó otro examen de esos que dejan marcas. En él y también en el público.

LA DERROTA QUE NADIE ESPERABA
No alcanzó la localía. No alcanzó la sinfonía de instrumentos que hizo sonar el público desde las tribunas. No alcanzó la experiencia de David Nalbandian (50º del ránking mundial). El cordobés tuvo una de sus peores performances históricas en Copa Davis y perdió 5-7, 6-4, 4-6, 7-6 (7-2) y 6-3 ante el croata Marin Cilic (23º), dejando así 1-0 abajo a Argentina en la serie de cuartos de final ante el país balcánico, campeón de la Copa Davis en 2005, tras un maratónico partido de casi cinco horas.

Nalbandian sufrió apenas la segunda derrota de su carrera en Copa Davis en condición de local. Y fue ante un sorprendente Cilic, que mostró un temple increíble -y poco habitual en él- frente a los 14 mil hinchas locales que llenaron el estadio Mary Terán de Waiss para alentar al de Unquillo. De esa forma, el europeo le ganó por primera vez en su carrera al cordobés, ya que en los cuatro enfrentamientos previos había festejado el David.

También es cierto que la actuación de David fue floja, sobre todo para lo que acostumbra entregar cuando lo que está en disputa es una serie de Davis. Muy irregular, flojo con el saque y cometiendo demasiados errores no forzados, el cordobés nunca se pudo hallar en esta cancha, donde tantas alegrías le dio a los argentinos. El de Unquillo quedó ahora con marca de 36-11 en este certamen, con foja de 23-6 en singles. Así, sigue siendo el segundo mejor jugador de su país en la Copa Davis, detrás de Guillermo Vilas.

Antes del comienzo del match, ya se escuchaba el sonido de un tambor. También el de un redoblante. Y una especie de corneta. Y bubusela. Aun lejos de la cancha. Afuera del estadio. Con paredes de por medio. Se escuchaba claro.

La gente aprovechó el feriado de viernes santo y completó la capacidad de 14 mil personas del Mary Terán de Weiss. No esperaba esta decepción.

Ya desde el comienzo se notó que la historia iba a ser complicada. Porque en el primer set, David debió sudar la gota gorda para empezar el pleito adelante. Porque si bien parecía que lo encaminaba rápido tras el quiebre de saque que consiguió en el séptimo game, Cilic demostró su paciencia y le devolvió la rotura en el décimo juego, para el 5-5.

Ahí se reactivó David. Sintió el peligro cerca y recuperó el sentido de alerta. Volvió a quebrar en el siguiente juego y después no le tembló la mano para cerrar el parcial 7-5 con su servicio.

El segundo fue otra historia. Porque David no estuvo fino en momentos clave y Cilic ratificó que estaba lejos de ser un mero partenaire en la cancha. Tras un comienzo de parcial parejísimo, en el que cada uno mantenía su servicio -en algunos casos después de salvar chances de quiebre en contra-, el croata sacó ventaja en el sexto juego, cuando concretó su tercera oportunidad de rotura.

No fue todo lo que tuvo que hacer. Porque Nalbandian no se dio por vencido y siguió buscando el break, hasta que lo consiguió en el noveno juego. Cilic volvió a apretar y cerró el parcial con una nueva rotura, para decepción de la gente en la cancha.

El público sintió que era el momento de darle algo extra a David desde afuera. Entonces empezó el show de la cornetita. Ese instrumento, en este caso de un sonido agudo, comenzó a sonar tras cada punto del argentino, al que la irregularidad no le permitía terminar de acomodarse en el score.

Cuando la situación ameritaba un aliento más contudente, aparecía la vuvuzela para darle aún más sonoridad a la cuestión.

El cordobés se sirvió de ese apoyo externo para, incluso con la falta de constancia a cuestas, llevarse el tercer parcial gracias a un único quiebre de servicio en el quinto juego. Fue un 6-4 que pronosticaba tranquilidad.

Nada de eso. El cuarto set no rompió con la tendencia y fue tan parejo como los anteriores. Tras ganar el primer game con su saque, Cilic salió decidido a meter presión sobre el servicio de Nalbandian. Y vaya si lo hizo. Tuvo cinco – sí, cinco - chances de quiebre. Pero no las pudo aprovechar.

Si alguien pensó que, tras ganar su saque después de todo ese stress el cordobés iba a sacar ventajas del golpe anímico, se equivocó. Porque el croata siguió mostrando temple y, con gran consistencia en su servicio, le hizo las cosas difíciles al local y llevó todo al tie break.

Ahí el de Unquillo acumuló errores, sufrió dos mini breaks y cedió el parcial. Otra vez a remarla. Ya iban cuatro horas y 18 minutos de partidos.

Tal vez algo cansado, el argentino no comenzó bien el set definitivo. Tras mantener el saque en el primer game, no pudo repetir la tónica en el tercero. Cilic aprovechó su segunda chance de rotura y se quedó con el servicio de su rival.

Iba a ser una ventaja indescontable para Nalbandian. Porque en el resto del parcial y pese al gran apoyo que el público le brindó, no pudo quebrar el servicio del croata, que pese a sacar al 39 por ciento en el parcial, logró ir manteniéndolo game a game ponerse 5-3.

Inteligente, el europeo salió a presionar una vez más el saque de Nalbandian, que necesitaba mantener para seguir en partido. Luego de dos chances desperdiciadas, Cilic concretó una nueva rotura y se llevó el partido, en cinco horas y nueve minutos.

El silencio invadió al estadio. El público no podía creer lo irremediablemente cierto. Nalbandian, esta vez, no había podido cumplir. Y su caída significó dejar a Argentina 1-0 abajo en la serie.

Este sábado, el tercer punto de la serie será el del partido de dobles, que protagonizarán Nalbandian y Eduardo Schwank versus Cilic y Lovro Zovko, desde las 12.30 hora local. Igual, los capitanes pueden realizar cambios hasta una hora antes del encuentro.

El domingo, en el primer turno, a las 10.30, jugarán Del Potro y Cilic y posteriormente Nalbandian y Karlovic, aunque podría haber cambios. Se presume que, en ese caso, ingresaría Juan Mónaco en lugar de Nalbandian, para que David no juegue tres partidos.

El ganador de esta serie enfrentará a República Checa o Serbia, que se miden en Praga, en las semifinales de septiembre.