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"La edad es un número"

Getty Images / Montaje ESPNdeportes.com

BUENOS AIRES -- "¿Los Juegos Olímpicos? El título más difícil de ganar, porque participas una o dos veces. También debo decir que las experiencias que he vivido allí, en ningún otro Grand Slam las he hecho", afirmaba hace algunas semanas Rafael Nadal, campeón del oro en Beijing 2008.

Rafa tenía seis años cuando Leander Paes disputaba sus primeros Juegos, en Barcelona '92, en pareja con Ramesh Krishnan. A punto de cumplir 39, Paes, aún doblista en actividad, es rival frecuente de Nadal en dobles –se enfrentaron en Indian Wells- y una excepción a la dificultad que plantea el español, ya que en Londres 2012 llegará a los seis Juegos de verano consecutivos, lo que lo hará igualar el récord para un atleta asiático, por ahora en poder del tirador Wang Yifu (entre 1984 y 2004).

En la habitación de trofeos de Paes reluce la única medalla conseguida en su extenso historial de participaciones: el bronce de Atlanta 1996. Aquella fue lograda en singles. Ahora quiere la de dobles.

Leander es un objeto extraño del circuito y no sólo por su longevidad en el mismo. Colegas suyos hablarán de él como la mejor persona, y otros dirán que jamás conocieron a un tenista más sucio y provocador. Ha tenido problemas en partidos –hay un caso recordado con Juan Mónaco y Feliciano López-, también se ha peleado con su habitual pareja, Mahesh Bhupathi, y le ha tirado un pelotazo directo al cuerpo, con intención dañina, a Robert Kendrick en un torneo por equipos en Estados Unidos.

A la vez, se lo reconoce por su labor humanitaria, por tareas solidarias en India y Asia en general, como cuando ofició de padrino en la recuperación del tenis camboyano, que recientemente ganó un ascenso en su grupo zonal de la Copa Davis. Fuera del tenis, Paes probó suerte en la actuación bollywoodense, cuando personificó a un terrorista a bordo de un tren entre Nueva Delhi y Mumbai, en la película Rajdhani Express.

"Cuando juego por mi gente y mi bandera, es el honor más grande", cuenta Paes, que estructuró su carrera en torno a los Juegos Olímpicos, y no es exageración. En 1992, el torneo de tenis no ofrecía partido por el tercer puesto; las semifinales garantizaban el bronce. "Con Ramesh les ganamos a Woodbridge y Fitzgerald, los máximos favoritos, y perdimos en cuartos de final con Ivanisevic y Prpic. Quedamos a un paso de la medalla", recordó el indio en una entrevista con el diario brasileño Lance!.

Tras esa derrota, se fijó un objetivo: la medalla en los Juegos de Atlanta '96. Hay un ADN olímpico: su padre, Vece, había integrado el equipo de hockey sobre césped que logró el bronce en Munich 72; la madre, Jennifer, había sido capitana de la selección de básquet de su país. "Trabajé muy fuerte durante dos años para ganar una medalla en Atlanta", recuerda Paes. La medalla llegó en individuales y con cierto vuelo poético.

"En semifinales del single, contra Agassi, perdí y me lesioné la muñeca. Regresé para enfrentar a un gran amigo, Fernando Meligeni, y ya en ese entonces había que ganar el partido por el tercer puesto para tener medalla de bronce. Pude hacerlo, y es lo mejor que me pasó en la carrera", dimensiona Leander.

"Meligeni me estaba dando una paliza, me dolían los tendones de la muñeca e iba set abajo, 1-2 y 30-40", relata. "Cuando vine a sacar, una mariposa se posó en mi raqueta. Todavía recuerdo exactamente los colores y el diseño de la mariposa. La llevé a un lado y la dejé ahí, al borde de la reja. Volví a la cancha, la gente aplaudía, iba a sacar en un momento clave, y de nuevo ella vino a mi raqueta. Para mí, fue un mensaje de Dios. Un pequeño ángel enviado. La levanté de nuevo, Fernando se acercó a hablarme de la mariposa, fue un momento increíble".

De pronto, como en las películas, el insecto tuvo algo más que un efecto simbólico. "Desde que vino ella, algo pasó, no sé exactamente qué. Por una hora y diez minutos después, no sentí dolor, nada. Salvé el break point, gané el game y el set, y cuando tuve que sacar para el partido, en el último juego, por la medalla, recuerdo que miré a mi madre y mi padre, algo pasó, y empecé a sentir dolor de nuevo. Tenía que aparentar que nada ocurría, sólo jugar. De alguna manera gané. Jamás olvidaré esa mariposa, para mí son animales enviados por Dios", asevera.

Paes, ubicado 126º del mundo e invitado especial, subía al podio con Agassi (oro) y Sergi Bruguera (plata) tras haber derrotado al estadounidense Richey Reneberg (11º), al venezolano Nicolás Pereira, al sueco Thomas Enqvist (3º), al italiano Renzo Furlan (14º) y, luego de perder semifinales ante Agassi, a Meligeni por el bronce, por 3-6, 6-2 y 6-4. El esfuerzo le reportó llevar la bandera de India en la ceremonia de clausura y, cuatro años más tarde, volver a tener el honor en la fiesta de apertura de Sydney 2000.

Aquellos Juegos fueron sus últimos en single: cayó en primera ronda. Apenas pasó una rueda en dobles, con Bhupathi. Cuatro años más tarde, en Atenas y con el mismo compañero, tendría doble match point en el choque de la medalla de bronce, ante Ivan Ljubicic y Mario Ancic, pero no hubo caso: fue 16-14 en el tercero para los croatas. En Beijing 2008, también con Bhupathi, cayó en cuartos de final ante quienes se llevarían el oro, Roger Federer y Stanislas Wawrinka.

"Voy por mi sexto Juego y el récord. Es algo grande en mi carrera", afirma Paes, quien todavía no tiene designado compañero, Bhupathi o Rohan Bopanna. Depende de lo que decida la Federación de su país. Por otro lado, también podría jugar el doble mixto, en pareja con Sania Mirza. El objetivo de aquí al final de su carrera: sumar una medalla en dobles a la que ya logró en individuales.

"Me encanta utilizar al tenis como vehículo para conocer personas alrededor del mundo y para inspirar a las personas. Mis ídolos son Alí y Pelé, quienes representan de alguna manera cómo el deporte puede acercar a gente de distintas culturas, comunidades, religiones, colores, comidas, formas de vestirse…", lista Paes, que se permite imaginar su presencia en Río 16, ya con 43 años.

"Jugar los Olímpicos en Brasil, por mi raíz portuguesa, sería un sueño. Estuve en el Amazonas, he jugado al fútbol unos minutos con Pelé y con Roberto Carlos. Amo el espíritu del Brasil", reveló.

Con un maestro de yoga que lo acompaña a los torneos y un ex rival, Rick Leach, en el rol técnico, Paes se tiene fe. "Mi vida es sana y trabajo duro. La edad es un número, sólo importa cómo te sientes".