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Un atleta incomparable

MIAMI -- ¿Qué si LeBron James fuera un espectador y no el protagonista de sus dos semanas de juego histórico? ¿Qué diría si viera a otra persona ensamblar esta clase de racha única?

"Estaría twiteando como loco", dijo James. "Me faltan las palabras".

Antes de la era de la información, se hubiera dicho que James está "en una zona" luego de la seguidilla de seis partidos que se ha convertido en la pieza central de su carrera por un cuarto título al jugador más valioso. Sin embargo, ahora tenemos la base de datos informática del Elias Sports Bureau, que ha producido un informe que la cuantifica como un logro original.

Ser el único jugador que ha logrado anotar 30 puntos y disparar con una efectividad superior al 60 por ciento en tiros de campo durante seis partidos consecutivos no es el típico sueño del niño. Los guardianes del Salón de la Fama probablemente no están buscando el jersey de James después de los 30 puntos con 11 aciertos en 15 disparos durante la victoria del Miami Heat por 117-104 sobre los Portland Trail Blazers el martes por la noche.

Sin embargo, en este caso los umbrales estadísticos son sólo una manera de verificar el examen de la vista, que dice que James está produciendo la madre de todas las rachas calientes. Al mismo James le resulta difícil encontrar la manera de estandarizar los más de 65 años de actuaciones que ha superado.

"Es algo que me dejó alucinado, algunos de los hombres que [no lo habían logrado]", dijo James. "Uno hubiera dicho que Wilt [Chamberlain] tuvo una racha de 40 [puntos por partido] con el 70 [por ciento de efectividad]. Uno hubiera pensado que [Michael Jordan] tendría uno de esos récords increíbles de tiros de campo. Hubiera pensado lo mismo de Shaq. Me quedé como 'Vaya'".

Los numeritos se vienen acumulando desde el domingo del Super Bowl en Toronto. Desde el último cuarto de ese partido, James ha acertado 60 de sus últimos 80 tiros. Su atracón de anotaciones y sus grandes lanzamientos han elevado al Heat a una racha ganadora de seis partidos.

Tras pasar momentos difíciles en enero, cuando se caldearon un poco los ánimos y hubo algunas quejas pasivas sobre los disparos, los minutos e incluso los roles, el Heat se ha reencontrado con el ritmo que los condujo al título la temporada pasada. Con James como eje, el Heat arrasó con el Oklahoma City Thunder con la mejor ofensiva de la liga.

Aunque James ha recibido una gran medida justificada de atención por su efectividad del 56 por ciento esta temporada, tanto Dwyane Wade (50 por ciento) como Chris Bosh (55 por ciento) también están muy afilados. El martes, Bosh metió 13 de 16 para sumar 32 puntos y Wade fue el más rezagado con ocho aciertos en 18 intentos para 24 puntos.

La temporada de Bosh ha quedado especialmente opacada. Según Hoopdata.com, ha acertado el 55 por ciento de sus tiros de más de 16 pies, como una opción letal de pick-and-roll con Wade y James. Ha generado ira por sus problemas con los rebotes, y muchos cuestionaron su inclusión en el equipo All-Star, una opinión que hoy por hoy parece todo un desafío defender.

Si el Heat de alguna manera sigue así, Bosh y James serían los primeros compañeros en lanzar con una efectividad superior al 55 por ciento (con un mínimo de 12 tiros por partido) desde que Kevin McHale y Robert Parish lo hicieran para los Boston Celtics en 1986-87.

"Simplemente sabemos lo que tenemos que hacer, sabemos dónde se supone que debemos estar", dijo Bosh. "Tenemos una buena idea de lo que está pensando el otro. La química está fluyendo. Cuando sabes que vas a tener tus tiros, no hay confusión y puedes disparar con confianza".

Hace dos temporadas, el entrenador de los Blazers, Terry Stotts, estaba en el cuerpo técnico de los Dallas Mavericks cuando James promedió apenas 17 puntos y Bosh disparó con una humilde efectividad del 41 por ciento. En el Juego 4 de las Finales de la NBA esa temporada, James se vio limitado a ocho puntos en lo que probablemente será recordado como uno de los partidos más decepcionantes e insondables de su carrera.

Hasta es difícil crear una comparación entre entonces y ahora. Los partidos de febrero no son como los juegos de junio, desde luego, pero la ofensiva del Heat nunca ha sido tan picante.

"Realmente se sienten muy cómodos unos con otros", dijo Stotts. "Han encontrado un estilo que funciona para ellos y tienen familiaridad entre sí. El balón se mueve más, y saben dónde van a estar sus compañeros. Hay menos presión sobre ellos, menos escrutinio. La confianza ofensiva es de suma importancia y han entrado en confianza".

El esfuerzo del Heat el martes --lanzaron con una efectividad del 58 por ciento como equipo-- opacó por completo lo que por lo demás fue una actuación brillante del novato Damian Lillard de los Blazers. Luego de su peor partido en lanzamientos (1 de 16) el domingo durante una fea derrota en Orlando, Lillard jugó sin miedo ante el Heat y anotó 33 puntos con 10 aciertos en 18 intentos.

Su compañero LaMarcus Aldridge anotó 29 puntos con 13 conversiones en 20 disparos... y quedó relegado como el cuarto mejor jugador del partido.

Esa es la realidad cuando se comparte la cancha con James hoy por hoy.

"Yo sé cuántos jugadores grandes y dominantes han allanado el camino para mí", dijo James. "Ser capaz de tener esta racha, de tenerla cuando hemos ganado todos los partidos, y ser eficiente significa mucho".

Cuándo terminará, nadie lo sabe.