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El sentimiento es mutuo

La rivalidad entre Pete Carroll y Jim Harbaugh se remonta a sus días en el fútbol americano colegial. AP

SEATTLE -- La música hip-hop finalmente se detuvo la semana pasada cuando varios patrocinadores caminaron hacia la entrada del vestuario de los Seattle Seahawks. El equipo estaba terminando su primer día del minicampamento de temporada baja, pero la diversión apenas comenzaba para los asistentes. Un niño pequeño que llevaba puesto el jersey de Russell Wilson corrió hacia el campo para grabar un segmento con jugadores para la Make-A-Wish Foundation. Los anfitriones de una estación local de radio afiliada se sentaron para realizar entrevistas. Con los jugadores saliendo del campo de prácticas, nadie estaba corriendo a buscar al chofer que había estacionado sus autos afuera de las instalaciones del equipo un par de horas antes.

El entrenador en jefe de los Seahawks, Pete Carroll, se acercó con un pañuelo rojo con las palabras "USA vs. Panama" escritas en la parte delantera. Estaba en camino a ver a ambas selecciones nacionales jugar un partido de fútbol soccer en la ciudad esa tarde, así que Carroll le dijo a un reportero que estaba cerca, "Estoy haciendo una fuerte declaración política". Lo irónico fue que Carroll probablemente no había escuchado que otro entrenador en jefe de la NFL estaba jugando a la política y enviando más mensajes poderosos a unas 800 millas al sur de Seattle esa misma tarde. Y las declaraciones eran del tipo que fácilmente podían echar a perder su buen ánimo.

Para entender lo intensa que se ha vuelto la rivalidad entre los San Francisco 49ers y los Seahawks, todo lo que tienen que saber es lo que el entrenador en jefe de San Francisco, Jim Harbaugh, dijo al responder una pregunta acerca de los cinco jugadores de Seattle que han sido suspendidos por usar substancias prohibidas desde el 2011. Además de decir que "sin duda se dio cuenta" de lo que había estado pasando con los Seahawks, Harbaugh agregó que "uno siempre quiere ser intachable, en especial cuando eres bueno, porque no quieres que la gente salga y diga, 'Están ganando porque están haciendo trampa'".

Esos comentarios irritaron a los Seahawks; el esquinero, Brandon Browner, dijo a una estación local de radio que si Harbaugh se alineaba frente a él después de hacer esa declaración, "le pondría mis manos en el cuello". Simplemente echaron más leña al fuego en lo que de pronto se ha convertido en la mejor rivalidad de la NFL. "No me gusta usar la palabra 'odio', pero sin duda es como una pelea de pesos pesados cuando nos enfrentamos", expresó el apoyador de Pro Bowl de los 49ers, Patrick Willis. "Cuando no estamos lanzándonos pequeños golpes que apenas duelen Estamos tratando de noquearnos".

Los problemas entre los 49ers y los Seahawks existen en gran parte debido a lo que ha sucedido durante los últimos 12 meses. Primero, estuvo el partido en el que San Francisco obtuvo una reñida victoria, 13-6, en la Semana 7 antes de ser apaleados, 42-13, en Seattle en la Semana 16. A pesar de que San Francisco ganó su segundo título consecutivo de la NFC Oeste --y eventualmente alcanzó el Super Bowl-- esos duelos sirvieron para darse cuenta hacia dónde se dirigía esta rivalidad. El primer juego le hizo saber a los 49ers que los Seahawks eran una amenaza legítima. El segundo le permitió a los Seahawks ver lo devastadores que podían ser cuando todo les salía bien.

Si esos partidos no fueran suficiente para aumentar el drama, ambos equipos han ayudado a alimentar la rivalidad a través de los medios. Harbaugh se quejó abiertamente del juego físico de Browner y su compañero esquinero de Seattle, Richard Sherman, después de primer partido, indicando a CSNBayArea.com que los jugadores debían haber sido castigados por contacto ilegal en varias ocasiones. Yahoo! Sports también reportó que los jugadores de los Seahawks se ofendieron por un supuesto gesto de Harbaugh hacia ellos después del partido, algo que hizo que su victoria por paliza en la revancha fuera aún más satisfactoria. El apoyador de San Francisco, NaVorro Bowman, también lanzó leña al fuego en abril, cuando dijo a NFL.com: "Creo que a la gente le gusta lo segundo mejor. Creo que a la gente le gusta ver al retador acercarse al mejor. Tienes que ganarte eso. Esta es la primera vez que son mencionados así [como contendientes al campeonato], y vamos a ver qué es lo que hacen con eso"

En realidad ha habido suficientes comentarios de ida y vuelta entre los campamentos últimamente que los equipos han recurrido a una señal aún más evidente de lo mucho que no se agradan: Han tratado de ser políticamente correctos. Cuando se le preguntó acerca de la rivalidad, el profundo de los Seahawks, Kam Chancellor, respondió, "Son sólo dos buenos equipos que se enfrentan dos veces al año". El ala cerrada de los Niners, Vernon Davis, restó importancia al drama al decir, "Nunca lo he visto como una rivalidad. Sólo lo veo como una competencia". El fullback de los Seahawks, Michael Robinson, quien pasó cuatro años en San Francisco, expresó, "Creo que todos los equipos contra los que jugamos en la NFC Oeste son partidos difíciles. Esta división está comenzando a ganarse el respeto por lo dura que es".

Estas son las declaraciones que los jugadores hacen cuando saben que aún el comentario más inocente puede convertirse en un gran titular. Las palabras huelen a una advertencia y van en contra a la naturaleza de ambos equipos. La principal razón por la que los 49ers y los Seahawks han construido esta rivalidad es porque son prácticamente un reflejo el uno del otro. Ambos equipos se construyeron como escuadras duras y obstinadas que no darán marcha atrás ante nadie.

En el 2012, ambos equipos se ubicaron en los primeros cinco lugares en ofensiva terrestre (Seattle fue tercero, San Francisco quedó en el cuarto lugar) y defensiva total (los 49ers quedaron en la posición N° 3, y los Seahawks en el cuarto puesto) mientras confiaban en mariscales de campo jóvenes y talentosos (los 49ers en Colin Kaepernick y los Seahawks en Wilson). "Me gusta su estilo", declaró Carroll. "Están bien dirigidos y juegan así. Corren bien con el balón. Juegan bien a la defensiva. Tienen pateadores sólidos. Nosotros tenemos un enfoque similar en hacer las cosas y creo que es una gran manera de jugar fútbol americano. La gente ha cambiado la liga porque a muchos les gusta lanzar el balón, pero [ser físico] aún funciona para nosotros".

A diferencia de la mayoría de las rivalidades de la NFL con más renombre --por decir, Baltimore Ravens contra Pittsburgh Steelers, Dallas Cowboys frente a Washington Redskins y Chicago Bears contra los Green Bay Packers-- el origen de la enemistad de 49ers y Seahawks se remonta al nivel colegial, en concreto a un partido entre USC y Stanford en el 2009. Los Trojans eran una potencia nacional en ese momento, habiendo ganado dos campeonatos nacionales bajo la dirección de Carroll (la NCAA después despojó a la escuela de su título del 2004 debido a algunas violaciones). El Cardinal estaba tratando de disfrutar su primera temporada ganadora bajo el mando de Harbaugh, mientras buscaba su segunda victoria ante USC en sus primeros tres años como entrenador en jefe.

Harbaugh ya había acaparado los titulares un par de años antes cuando dijo a los reporteros que había "escuchado" que Carroll sólo estaría en USC por una temporada más. Sin embargo todos en el mundo del fútbol americano colegial se dieron cuenta de lo que sucedió cuando Stanford superó a USC por marcador 55-21 en ese duelo del 2009. Harbaugh intentó una conversión de dos puntos en la parte final del partido, a pesar de llevar una ventaja por un margen considerable. Carroll respondió al apretar la mano de Harbaugh al término del partido y preguntarle, "¿Qué te sucede?". Aunque Harbaugh respondió con la misma pregunta antes de correr hacia afuera, el mensaje había sido enviado. Si a Carroll no le gustaba el resultado, tenía que encontrar una manera de ganar el siguiente partido. Al final resultó que Carroll se marcharía de USC al término de esa temporada, y no enfrentó a Harbaugh de nuevo hasta que ambos se volvieron a ver en sus puestos actuales.

"Estamos hablando de dos entrenadores, pero también estamos hablando de personas aquí", sentenció Davis. "Cuando están compitiendo entre ellos, estoy seguro que tienen espinas clavadas debido a lo que sucedió cuando dirigían en la universidad".

Harbaugh trajo esa misma tenacidad a la NFL cuando los 49ers lo contrataron en el 2011, y ha generado problemas similares para él algunas veces. El más notable se produjo en su primera temporada, cuando el entrenador en jefe de los Detroit Lions, Jim Schwartz, enojado siguió y confrontó a Harbaugh al término de una victoria de los 49ers. Aún es un misterio lo que dijo Harbaugh durante el saludo posterior al partido para hacer estallar a Schwartz, pero no hay duda de las opiniones que resultaron de eso. Harbaugh, para bien o para mal, tiene una manera de irritar a sus rivales de la manera equivocada.

Algo de eso proviene de su naturaleza competitiva. El resto proviene de su legendaria rareza. Este es un hombro que, como mariscal de campo de los Indianapolis Colts, atacó una vez al pasador de Salón de la Fama y en aquel entonces locutor, Jim Kelly, por cuestionar la dureza de Harbaugh. Cuando Harbaugh asumió el mando en Stanford, estaba tan ansioso por endurecer la imagen de la escuela que coqueteó con la idea de llamar al estadio de la escuela, "La casa del dolor". Harbaugh incluso vomitó una vez mientras corría en el campamento de entrenamiento en su primer empleo como entrenador en jefe en la Universidad de San Diego. Quería mostrarles a sus jugadores hasta dónde tenían que esforzarse para tener éxito.

Carroll, por su parte, ha construido una reputación de tener energía, carisma y hacerse cargo de los suyos. Fue despedido dos veces como entrenador en jefe de la NFL [con los New York Jets y los New England Patriots) antes de reconstruir a USC y convertirla en una potencia nacional. Para el momento en el que Carroll llegó al nivel colegial, se había decepcionado por cómo los propietarios de equipos profesionales podían ser con un entrenador que tenía un estilo único para liderar a un equipo. Carroll, originario del área de la bahía, es un hombre que le encanta formar grandes defensivas y vincularse con sus jugadores.

La única razón por la que Carroll volvió a la NFL en el 2010 fue porque el propietario de Seattle, Paul Allen, estaba dispuesto a cederle el control para dirigir la franquicia de la manera que quisiera. Con la asistencia del gerente general, Joe Schneider, Carroll renovó la plantilla de Seattle en su primer año y ganó la NFC Oeste con un récord 7-9. Después de ganar siete partidos de nuevo en el 2011, los Seahawks se destaparon la temporada pasada. "Al final del año pasado fue cuando las cosas cambiaron para nosotros", indicó el receptor abierto de Seattle, Golden Tate. "Adquirimos jugadores talentosos y podías decir que la gente finalmente estaba esperando que ganáramos. Siempre supimos que podíamos ser así de buenos, pero ahora el resto del mundo lo ve también".

Lo más importante es que los 49ers han sido testigos de ese crecimiento de cerca y de manera personal. Ellos saben lo que es ser un equipo joven tratando de encontrar su camino, porque eso es lo que fueron antes de que Harbaugh los llevara al nivel más alto. Tenían talento que no había llegado a su potencial bajo la dirección del entrenador en jefe, Mike Singletary. Saben lo importante que es estar en la cima en una liga en la que los jugadores cambian de equipo continuamente y las ventanas de oportunidades no se mantienen abiertas por mucho tiempo.

Los Seahawks, aunque no quieren admitirlo, también entienden que su camino al campeonato pasa directamente por San Francisco. "Cuando llegué a la liga [en el 2007], Seattle era el rival y luego Arizona tuvo su oportunidad", declaró Willis. "Pero era diferente porque Seattle es mucho más físico ahora. Realmente son un muy buen equipo de fútbol americano, sin embargo también siento que la división aún nos pertenece".

Eso podría no ser verdad por mucho tiempo. El aspecto más interesante de la victoria por paliza de Seattle la temporada pasada fue algo que no sucedió. Con los Seahawks cómodamente arriba en el marcador en la parte final del partido, muchos jugadores que estaban en las laterales le pidieron a Carroll aumentar el marcador a 50 puntos, de acuerdo a Yahoo! Sports. Carroll señaló a la página de internet que había "recordado" la manera en la que Harbaugh avergonzó a su equipo en el partido del 2009 con USC. Carroll pensó que el mensaje ya había sido enviado a su rival divisional.

La única pregunta que queda es cómo responderán los equipos esta temporada, sobre todo ahora que las expectativas son más altas. "Este siempre se ha sentido como un partido con mucha rivalidad para mí", expresó el tackle izquierdo de los 49ers, Joe Staley. "Sólo que ahora habrá más atención puesta en ella".