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RGII no debió precipitarse

ASHBURN -- El mariscal de campo de los Washington Redskins, Robert Griffin III, cumplió su promesa de jugar el primer partido de la temporada, ocho meses después de someterse a una cirugía reconstructiva de rodilla. Ahora, tras dos semanas de tropiezos, parece que hubiese sido más sabio escoger al tan criticado guardia de los Chicago Bulls, Derrick Rose, como modelo de la forma en que se debe volver de dichas lesiones.

Griffin se pudo haber evitado el espectáculo de pararse frente a los receptores esta semana y negar que aún se siente dañado por encima de un poco oxidado, o que se sintió presionado por el ejemplo del corredor Adrian Peterson en volver al emparrillado en tiempo récord. Entre más juega RGIII esta temporada, más inteligente se ha visto Rose.

Por ahora, cualquier que ha puesto atención a las actuaciones tempranas de RGIII, se ha dado cuenta de lo que el sincero receptor Pierre Garçon llamó el miércoles, "el asunto a tratar", para los Redskins de 0-2.

"Todos hablan de la lesión, la lesión de la que se habla desde enero, la rodilla de Robert y su brazalete de rodilla y lo que puede y no puede hacer, y si está preparado o no, y si está listo", le dijo Garçon a los reporteros. "Definitivamente no te puedes mover tan fluido y tan rápido como lo harías sin [el brazalete]. Es sentido común".

Ahí está. Alguien al interior lo está diciendo: RGIII no está totalmente recuperado de las lesiones de ligamentos que sufrió en postemporada contra Seattle.

Las habilidades de Griffin para correr en la "read-option", que desplegó durante su temporada de novato, están prácticamente tachadas del ataque de los Redskins, arruinando lo que hizo a la ofensiva de Washington una de las más dinámicas en la NFL.

Griffin tiene apenas 25 yardas terrestres en nueve acarreos este año; en los primeros dos partidos de la temporada pasada, corrió el balón 20 veces para 124 yardas y dos anotaciones. Los Skins han usado la "read-option" sólo cinco veces esta campaña, y Griffin ha dejado el balón en cada una. La cortina de humo que el coach Mike Shanahan ha lanzado como excusa es que Washington cayó por un marcador combinado 50-7 en la primera mitad de dichos juegos.

La diferencia se puede atribuir más a una camisa de fuerza creación del propio Griffin.

Y Garçon ha sido mucho más franco que Shanahan o RGIII en torno a ese tema, también, cuando se le pidió explicar.

Griffin: "Si los equipos no dan las carreras de mariscal, entonces las haremos".

Shanahan: "Tenemos la habilidad de hacer todo lo que hemos hecho el año pasado".

Garçon: "No queremos que [RGIII] siempre esté corriendo".

La perspectiva de Garçon es la misma que Griffin y su padre, Robert Griffin Jr., expresaron de vez en cuando en los meses posteriores a la lesión, y otra vez en el número de agosto de la revista GQ, en la que el Griffin mayor apuntó: "le dices a un chico que lo quieres allí durante 14 años, ¿adivina qué? Las estadísticas históricas te dirán que entre más corra, está más sujeto a lesiones en su carrera.

"Mencionen un mariscal de campo allá afuera que prefiere correr que lanzar y les mostraré un perdedor", continuó.

Shanahan permanece bajo el microscopio al permitir volver a un Griffin, que cojeaba, al duelo contra Seattle la temporada pasada, aun después que su rodilla se dobló pese a no ser golpeada; precursor de la lesión que finalmente lo envió a cirugía. La forma en que Griffin era utilizado también fue cuestionada cuando sufrió una conmoción en la Semana 5 contra Atlanta, y cuando fue noqueado en la Semana 15 contra Baltimore y se perdió el siguiente juego en Cleveland.

¿Ahora? Todos pueden ver que Griffin no se mueve igual ni planta su pierna reparada en los envíos. Las defensivas le están jugando como si no temieran a su habilidad de escapar la presión extra, la cual sí temían enviarle el año pasado.

Óxido y problemas de coordinación aparte, el movimiento y toma de decisiones de Griffin también han sido notablemente distintos. El analista de NBC, Tony Dungy, vio suficiente al medio tiempo del juego entre Redskins y Packers. Dungy, entrenador ganador del Super Bowl, es uno de los comentaristas más moderados que escucharán, lo cual vuele más memorable su apunte al decir que consideraría iniciar con Kirk Cousins ahora mismo si la ofensiva estará lanzando con esta versión de RGIII.

Después, el ex profundo de la NFL y célebre tipo duro, Rodney Harrison, sentado a un lado de Dungy, dijo que se podría argumentar esto: él estaba "muerto de miedo" cuando regresó tras cirugía de rodilla con los Patriots y los cuerpos comenzaron a chocar a su alrededor, especialmente cerca de sus piernas.

Se supone que los jugadores de la NFL --incluso los activos-- tienen mayor licencia ahora para admitir el tipo de miedo que confesó Harrison, ¿no lo están? ¿Por qué no darle más tiempo a RGIII para adecuarse, especialmente tras no haber sacado una sola jugada real en la pretemporada?

Y en esta supuesta era de iluminación sobre la salud del jugador y su bienestar, los atletas de otros deportes deben motivarse a hacer lo mismo, ¿cierto?

Pero recuerden todas las críticas sobre Rose cuando insistía que volvería a los Bulls en su propio período de tiempo tras haber recibido el alta médica la temporada pasada. El guardia de los Bulls estaba firme en que no regresaría hasta que se sintiera bien física y mentalmente para tratar; el mismo problema por el que pasa Griffin ahora mismo. Rose se mantuvo en su postura incluso después que los Bulls sorprendieron a los Nets en los playoffs, lo que perfiló una semifinal de la Conferencia Este contra Miami.

Rose fue apaleado en las relaciones públicas pese al apoyo abierto de sus compañeros a lo largo de todo, diciendo que era completamente su decisión. Necesitaba piel gruesa y una mandíbula de granito para soportarlo. Pero lo decidió y se mantuvo firme, sin importar la rabia de las consecuencias. Pudo tener una buena participación en una serie contra Miami que los Bulls probablemente tampoco ganarían. En lugar de eso, los Bulls esperan tenerlo durante unos 10 o 15 años sin interrupción de salud y grandeza.

Hay algunas ganancias que heredar de todo esto.

¿No debería Rose --y no Peterson o RGII, quienes hicieron programas de televisión documentando su rehabilitación acelerada-- ser otro modelo de cómo tratar con dichos dilemas de lesión? Especialmente si se trata de tiempos en que los deportes preguntan con derecho, ¿qué tanto del dicho "a como dé lugar" vale la pena salvar?

El hecho es que la decisión de Rose fue vista como una mala salida, y de alguna forma fijó un precedente de egoísmo desmedido al ponerse primero, lo que sugiere que queda mucho camino.

RGII pudo tomar una decisión similar. Al igual que Rose, disfruta esa clase de influencia y apoyo de sus compañeros. Ambos son jugadores franquicia que tuvieron temporadas de destape como novatos y se ven como candidatos constantes a ser JMV de sus ligas.

Pero RGIII decidió emular el regreso de Peterson.

Al menos Griffin --quien paso la temporada baja haciendo promesas aventuradas sobre su regreso y presionando a los Redskins con comentarios sobre el tipo de ataque que quiere hacia el futuro-- respondió esa pregunta él mismo: cúlpenme a mí, reconoció.

Lo que aún no reconoce es si fue sabio insistir en cada inicio y cada jugada para el partido inaugural.

Aün no está al 100 por ciento. Y tampoco su equipo.