<
>

Chiefs pueden sorprender a Denver

El tackle defensivo, Dontari Poe, es el ancla de una defensiva que suma 21 capturas esta temporada. AP

BRISTOL -- La lección más importante que debimos haber aprendido en la victoria de los Denver Broncos, 51-48, sobre los Dallas Cowboys es que los Broncos no van a perder en un tiroteo esta temporada. El equipo que logre derrotarlos tendrá que controlar el reloj. Necesitará una defensiva sólida. También tendrá que saber cómo ganar de una manera poco vistosa.

En otras palabras, tendrán que ser los Kansas City Chiefs.

De todos los equipos que enfrentarán los Broncos el próximo mes, Kansas City es el único que tiene una posibilidad real de sorprenderlos. Todos sabemos que los Jacksonville Jaguars serán masacrados por la ofensiva de alto octanaje de Denver el domingo. Su visita a los Indianapolis Colts también debe significarles otra victoria a los Broncos, principalmente porque no hay manera en que el mariscal de campo, Peyton Manning, pierda un partido en contra de su ex equipo. Y quedan los Washington Redskins y San Diego Chargers, que tienen dos de las peores defensivas de la liga. Esos duelos sólo deben generar más ruido alrededor de la gran máquina de los Broncos.

Eso deja a los Chiefs en un duelo el 17 de noviembre que ya luce más interesante que cuando comenzó la temporada. Pocas personas creían en Kansas City en ese punto porque los Chiefs venían saliendo de una temporada 2-14 que les dio la primera selección global en el draft de este año. Incluso con un nuevo entrenador en jefe (Andy Reid) y un nuevo mariscal de campo (Alex Smith), el consenso era que los Chiefs serían afortunados en flotar alrededor de la marca de .500, y que algo mejor que eso sería considerado una sorpresa para aquellos que siguen la NFL.

Ahora que estamos entrando a la Semana 6, hay una historia diferente. Los Broncos son exactamente lo que se esperaba, un equipo explosivo que ha devastado a cada defensiva que ha enfrentado y que es capaz de romper todos los récords ofensivos en la historia de la liga. Los Chiefs, sin embargo, también están 5-0, y están ganando de una manera completamente diferente. Como un cocinero experimentado, Reid utiliza todo lo que tiene a su alcance para lograr los resultados necesarios, en especial una defensiva que permite 11.6 puntos por partido, la menor cantidad de la liga.

Por lo tanto, aunque Kansas City no está en el mismo nivel que Denver, tiene una ventaja evidente que se hace más clara cada semana: Una dinámica e incansable presión al pasador. Manning históricamente ha tenido problemas cuando las defensivas van tras él constantemente, y los Chiefs están armados para ese propósito exactamente. El apoyador externo, Justin Houston, ya tiene 8.5 capturas, y su contraparte, el dos veces jugador de Pro Bowl, Tamba Hali, ha sumado cuatro. Sumen al mejorado tackle defensivo de segundo año, Dontari Poe (4.5 capturas) y verán a dónde va esto. Kansas City, que lidera a la NFL con 21 capturas, debería estar encima de Manning cuando los equipos se enfrenten en Denver y en el Arrowhead Stadium el 1° de diciembre.

Esos tres jugadores son suficientes para provocarle problemas a Manning. Lo que agrava el problema para los Broncos es el único punto débil que ha sido eclipsado por su promedio de 46.0 puntos por partido: Su línea ofensiva es improvisada. Denver perdió al centro titular, Dan Koppen, por un desgarre en el ligamento cruzado anterior en la temporada baja, y el tackle izquierdo de Pro Bowl, Ryan Clady, aterrizó en la lista de reservas lesionados por una lesión de Lisfranc en su pie izquierdo después de la victoria de la Semana 2 frente a los New York Giants. No se puede perder esa cantidad de talento en los frontales y no salir lastimado. Manning no podrá sobreponerse a esas pérdidas desprendiéndose rápido del balón y ejecutando su ofensiva a mayor velocidad.

Los Chiefs ya han dominado a una ofensiva prolífica, la de los Philadelphia Eagles en la Semana 3. Los Eagles estaban anotando 31.5 puntos por partido antes de ese partido y habían generado toda clase de debates acerca de hasta dónde podría llega la ofensiva sin reunión de Chip Kelly en la NFL. Los Chiefs terminaron con seis capturas, cinco robos de balón y un buen viaje a casa para Reid después de derrotar a su antiguo equipo. Esa victoria, 26-16, fue la primera señal de que Denver no vencería a este equipo tan fácilmente.

Eso no quiere decir que los Chiefs no tienen problemas evidentes. Su ofensiva ha sido limitada por las lesiones, y hay una notable falta de profundidad en la posición de receptor abierto. Aún no han desatado a sus mejores armas ofensivas --el corredor, Jamaal Charles, y el receptor, Dwayne Bowe-- y lucen como un equipo que tendrá problemas cuando enfrenten una desventaja de 10 puntos. Ese también ha sido un punto a favor de Reid esta temporada. Aún no ha permitido a sus rivales explotar los defectos de su equipo.

A pesar de las críticas por el uso del reloj de Reid y sus problemas con la defensiva en Philadelphia, se ha convertido en un entrenador que es lo suficientemente flexible para trabajar con lo que tiene. Los Chiefs no han tenido muchas victorias atractivas hasta ahora, y eso probablemente no es por accidente. Están diseñados para absorber la adversidad y entregarse en el más crítico de los momentos. Ellos entienden que los puntos con estilo no van a significar mucho cuando se evalúe el resultado final.

Este es un equipo que ha anotado touchdowns no ofensivos en cuatro de sus cinco partidos. Ya ha interceptado la misma cantidad de pases (siete) que interceptó en el 2012, y su total de victorias en el 2013 (cinco) supera por tres la cifra obtenida la temporada pasada. También hay que hablar de este equipo como una familia, después de lo que sufrió el año pasado, en especial la tragedia de Jovan Belcher. Los Chiefs, en otras palabras, tienen más confianza de la que han tenido en más de una década.

Eso significa algo cuando se enfrenta a un equipo tan dominante como los Broncos. También el hecho de que Kansas City jugó un gran partido contra Denver en un partido como locales el año pasado, perdiendo apenas 17-9, cuando los Chiefs estaban 1-9 antes de ese partido. Claro, el segundo partido terminó con una paliza 38-3, pero eso fue al final de una temporada que había sido declarada infructuosa para Kansas City muchas semanas antes. Los Chiefs ya estaban listos para pasar a la temporada baja en ese momento.

Ahora los Chiefs, que tienen una gran oportunidad de permanecer invictos antes de enfrentarse a Denver, tienen diferentes esperanzas y expectativas. Ellos creen que le pueden ganar a cualquiera, y se ven más como un contendiente a los playoffs cada semana. Aún hay mucha gente en todo el país que no se ha dado cuenta de esa transformación, en gran parte porque los Chiefs no son un equipo atractivo. Pero cuando se midan a los Broncos en seis semanas, ellos deben mostrarle al mundo lo peligrosos que se han vuelto.