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Kelly enfrenta turbulencia en Philly

PHILADELPHIA -- Ha tardado poco más de un mes para que el entrenador en jefe de los Philadelphia Eagles, Chip Kelly, aprenda una lección importante acerca de la NFL. Ganar en esta liga no depende de lo inteligente que un entrenador puede parecer. Depende de lo ingenioso que pueda ser un entrenador durante el transcurso de una temporada.

A medida que los Eagles van tropezando, tratando de encontrar algo de impulso, la verdadera pregunta acerca del potencial de Kelly será si puede hacer esa transición. Es fácil evaluar las posibilidades de los Eagles cuando solamente vemos sus impresionantes estadísticas ofensivas (promedian 27 puntos y 454.8 yardas por partido).

También es importante ver más allá de esas estadísticas cuando se toma una medida real de este equipo. A pesar de sus grandes jugadas, Philadelphia aún es un equipo inconsistente con marca 2-3 que busca algo de ritmo. En otras palabras, los Eagles son igual de mediocres que otros 20 equipos de la NFL en esta etapa.

Este se supone que sería un problema que Kelly podría solucionar cuando Philadelphia lo contrató en enero pasado. Tenía un ataque terrestre impresionante en Oregon que devastaba a las defensiva, y se ajusta a la tendencia actual de los equipos profesionales de buscar entrenadores progresistas de extracción ofensiva. Los días en los que los Eagles necesitaban a alguien más experimentado como el ex entrenador en jefe de los Eagles, Andy Reid --quien ha guiado a los Kansas City Chiefs a un récord 5-0-- ya quedaron atrás. Philly pasó a una nueva etapa y Kelly era la mejor contratación que podían hacer.

Sin embargo los optimistas olvidan que los problemas de Philadelphia no sólo eran culpa de Reid. Tenían una pésima defensiva que --sorpresa-- sigue siendo mala (Philadelphia se ubica en la posición N° 31 en promedio de yardas permitidas y en el lugar N° 30 en puntos aceptados). Tenían unos equipos especiales que no generaban muchas jugadas para cambiar el rumbo de los partidos. También tenían a un mariscal de campo veterano y frágil, Michael Vick, quien actualmente se encuentra fuera de acción por una lesión en el tendón de la corva.

Tales problemas terminan afectando a los equipos en la NFL, y Kelly está aprendiendo lo difícil que puede ser sobreponerse a ellos. A diferencia de sus días en Oregon, no cuenta con una plantilla cargada con 85 jugadores becados para contrarrestar problemas como la profundidad. Tampoco tiene una conferencia llena con defensivas mediocres que no pueden seguir el ritmo a su ofensiva de alto octanaje. Claro, la NFL se está convirtiendo en una liga más orientada hacia las ofensivas. Pero también hay muchos equipos que aún saben cómo jugar una gran defensiva cuando más importa.

Kelly debió haberse dado cuenta cuando los Chiefs de Reid dominaron a sus Eagles en el encuentro de la Semana 3 en Philadelphia. Cuando ese juego comenzó, había mucha gente elogiando a la ofensiva de Kelly y preguntándose cómo podría ser eventualmente la ofensiva sin reunión. Para el final de la derrota, 26-16, comenzó una conversación muy diferente. Ahora se hablaba de cuántos otros equipos frenarían a los Eagles de manera tan efectiva como había hecho Kansas City.

No fue solamente que los Chiefs produjeran seis capturas y cinco robos de balón en ese encuentro. Kelly no tuvo otra manera de contrarrestar lo que estaba sucediendo. Una vez que la ofensiva se vino abajo, los Eagles no tenían la posibilidad de ganar un partido que al final se decidió por 10 puntos. Los Chiefs frenaron la única arma real de los Eagles, dejándolos completamente incapaces de hacer cualquier cosa que pudiera ser considerada un peligro.

Los mejores entrenadores en la NFL no sucumben ante tales problemas. Reid ha ganado en Kansas City con una defensiva sólida y hábil para buscar el balón, unos equipos especiales oportunistas y un mariscal de campo (Alex Smith) que sabe cómo administrar un partido. El entrenador en jefe de los San Francisco 49ers, Jim Harbaugh ha guiado a su equipo a pesar de lesiones y los problemas de alcohol del apoyador estelar, Aldon Smith, mientras que Bill Belichick ha llevado a los New England Patriots a un inicio 4-1 con un cuerpo de receptores improvisado. Ellos han hecho lo que los grandes entrenadores hacen en la liga. Se han ajustado a los medios que tienen a su disposición.

Aún queda por ver si Kelly puede hacer esa transición durante los próximos tres meses. El mayor problema que tiene es el talento. Los Eagles no tienen suficientes jugadores que marquen la diferencia a la defensiva, y su ofensiva no se va a elevar con Nick Foles reemplazando a Vick. La pérdida del receptor abierto, Jeremy Maclin, por un desgarre en el ligamento cruzado anterior durante el campamento de entrenamiento también le restó a Kelly un arma importante en una ofensiva diseñada para lograr jugadas grandes. Y no nos olvidemos de esta realidad: Ya nadie le teme a los Eagles. Es posible que hayan impresionado con su gran inicio, pero el brillo ha desaparecido rápidamente.

Eso también se puede aplicar a la dirección de Kelly. Trató de realizar una infructuosa conversión de dos puntos luego de su primera anotación en la derrota frente a los Chiefs, una jugada de truco que lo hizo parecer más desesperado que creativo. Ha fallado en la administración del tiempo (al final de su derrota, 33-30, contra los San Diego Chargers), admitió no conocer al menos una regla (podría haber utilizado un tiempo fuera durante ese partido para permitir que Vick volviera al juego) y se ha conducido de una manera poco amigable que ya ha molestado a más de uno. Es seguro decir que necesitará reevaluar su propio enfoque una vez que termine esta temporada.

Hasta que llegue ese día, esperaremos para ver cuándo puede lograr ahora que está enfrentando la realidad de la vida en la NFL. Ganó su primer partido al superar a una pésima defensiva (Washington Redskins) y su segundo al pasar encima de un equipo que aún no ha ganado (New York Giants). Hay suficientes problemas dentro de la NFC Este, para pensar que los Eagles pueden sumar algunas victorias más. Más allá de eso, la única certeza de este equipo es que la luna de miel ha terminado rápidamente para Chip Kelly. Si va a ser un entrenador en jefe exitoso en la NFL, tendrá que hacerlo de la misma manera que todos los demás, al demostrar que puede sacar el máximo provecho de lo que tiene.