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Las culpas se reparten... los 11 no son

BRISTOL, Conn. -- Es cierto que tirar más sobre las ruinas es ruin y miserable. El ser humano goza de los fracasos más que de los éxitos por su morbo natural. Este pensamiento está envuelto en la vorágine que se ha desatado por la pésima actuación del tricolor en el camino al Mundial de Brasil 2014, el cual ha estado lleno de piedras, malas decisiones, terribles resultados y fantasmas deambulando en la cancha, cuando se ha perdido la confianza de lo que se sabe y debe hacer en esta clase de compromisos.

Ahora sí que los que viven de la patada son los jugadores, la materia prima que queda expuesta ante los resultados, cuando por detrás hay una larga cola de desatinos que terminan precisamente con los 11 que ejecutan en la cancha.

MÁRQUEZ LO DIJO CON VALOR
Rafa Márquez lo dijo: "Tocamos fondo". Sí, lo tocamos todos aquellos que estamos inmersos y que gustamos del futbol. ¿Por qué se llegó a ese fondo?, simple y sencillamente porque se trabaja con herramientas para construir una brillante y boyante economía como negocio, dejando atrás que el futbol es un deporte que da para eso y para más sabiendo manejar con inteligencia, con los recursos generados y la infraestructura que existe podría tener el éxito también en la cancha y no nada más en lo que se produce.

VOLVER A LAS BASES
El jugador, la materia prima es victimizada, cuando en México nos hemos encargado de engrandecer o alabar a jugadores que comienzan su carrera, creyendo que con un gol o un buen partido ya son estrellas y de exportación además. En fuerzas básicas, en las categorías de los Sub-17 a los Sub-23, asimismo como en los profesionales se ha perdido eso que se llama volver al futbol base, las enseñanzas y consejos de donde parte la carrera de un jugador y que si en estas pequeñas minuciosidades no se trabaja en el día a día, los resultados no se llegan a dar.

Una semana endiosar y otra semana devastar lleva a la confusión y que se crea una realidad superflua que en verdad no existe y que con estos altibajos a final de cuentas lleva a la confusión y cuando ésta no es aclarada, se vive una realidad superficial que mentalmente no permite ejecutar dentro de la cancha y la cadena sigue.

HERRAMIENTAS
Para que el jugador actúe en la cancha necesita la orientación y las herramientas tácticas que el cuerpo técnico le da. Noté que en territorio tico había desorientación en el terreno de juego. Mandar a Brizuela --a quien le quedó de maravilla el apodo del conejo-- porque fue enviado como conejillo de indias habiendo más experimentados en la banca. Layún no sabía a qué lateral ir en ese momento.

El cuerpo técnico habló mucho en los dos juegos con Gio, pero si no entendió los mensajes, meterlo a levantar el equipo no parecía lo correcto. Lobos fue llamado y se quedó en la banca sin poder ayudar. Es cierto, poco tiempo de trabajo con una papa caliente, pero hay conceptos básicos de comunicación que no se pueden perder.

LA PRESENCIA DEL EGO
Tomás Boy, excéntrico como es, fue claro en el concepto que manejó en ESPN. "En Atlas me fue mal de arranque porque mi ego me supero... Cuando entendé que el ego debía dejarse de lado, comencé a funcionar y cosechar".

Y quién lo dice, el arrogante Tomás, parte de su personalidad, pero que envía un mensaje claro en donde la familia futbolística desde directivos, promotores, jugadores y periodistas deben dejar de lado el ego para buscar objetividad en cada una de sus posiciones y es evidente que al final de cuentas esto se refleja también dentro de la cancha y sus resultados.

EL LIDERAZGO Y COMPROMISO
En México se ha vivido desde el ciclo de Lavolpe, que llegó a buen nivel en Confederaciones 2005 y Alemania 2006, a acostumbrarnos al recuerdo. Y si vamos más atrás con los seleccionados de Mejía Baron, Lapuente y el Vasco. ¿Por qué siempre están en la memoria? Porque había además de buenos jugadores, líderes dentro de la cancha que hoy son pocos y que muchos de ellos están en la etapa final de su carrera.

Gio por más que queramos, no está para tomar ese rol. Márquez, Peralta o Torrado lo tienen, pero quién llega a tomar la estafeta del resto, cuando todo el entorno ha hecho de que ir a la selección se vuelva un calvario para el jugador a raíz de todo lo que le rodea y en donde no encuentran esa guía, ese liderazgo acendrado que les deben imbuir para sacar esto adelante. Chicharito no anda en su mejor momento y aunque su mentalidad es fuerte, está inmerso en esa misma mecánica dentro de un convoy atorado en las vías del tren y que no tiene para donde moverse, porque los rieles están rotos.

LOS DE ARRIBA
La clamada unión existe por el interés económico. Eso es evidente y obvio, pero no la hay en la toma de decisiones deportivas, donde depende quién proponga al técnico en turno para ser apoyado o no, sin ver los pros o contras que llevan la decisión.

Desde la salida de Lavolpe, el ceder la banca a los técnicos en turno se ha convertido en un viacrucis en donde al final de cuentas han tenido que llegar relevo, tras relevo, tras relevo siendo que al final de cuentas el no tener un rumbo definido cobra las facturas que hoy se están pagando y que si no se liquidan por completo en Rusia 2018, tampoco pensemos por qué este eslabón de la cadena se suma a los anteriores. Así como hay unión por el billete, lo debería de haber por los destinos del banquillo donde hoy se pagan consecuencias también y en donde ir a Nueva Zelanda con pasividad costará muy caro.

LECCIÓN PARA APRENDER
Siempre se decantan en selección por el técnico del momento. El campeón o el subcampeón van a selección. Trabajar como Alemania, como Estados Unidos, como otros equipos para llevar una escalera en donde el auxiliar sea el relevo natural al término de cada ciclo, sería maravilloso. Empezar de cero cada ciclo y en el camino recurrir a los bomberazos no da lugar a que la planeación ejecutada dé frutos por la interrupción que hay en los mismos.

"GRACIAS A LA VIRGENCITA DE GUADALUPE"
Esta famosa declaración de Ratón Macías en sus grandes peleas viene como anillo al dedo. El 11 de octubre, "el Milagro de Jiménez". El 15 de octubre, "El milagro de Estados Unidos". Contra Nueva Zelanda un tercer milagro no existirá y ojalá que el día de la Revolución Mexicana, el equipo levante armas, sino ir a Brasil no tendrá el menor de los casos, porque de llegar el milagro, es llegar por llegar y no para competir.

Y para finalizar algo común: "Qué fácil es subirse al camión de la victoria. Qué difícil es quedarse arriba en la derrota. Si el Tri anda mal. Los insultos no resolverán"