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Mike Shanahan tuvo más que suerte

ASHBURN -- Este domingo, en una tarde en la que los Denver Broncos estarán tratando de recuperarse de una sorprendente derrota ante los Indianapolis Colts la semana pasada, Mike Shanahan finalmente tendrá sus mayores logros capturados en un homenaje de 20 segundos en video. Seguramente habrá momentos destacados del Super Bowl, recuerdos emocionantes de playoffs y muchas escenas suyas abrazando a leyendas de los Broncos como John Elway, Shannon Sharpe y Terrell Davis.

También debe suceder algo más cuando el video acabe antes de que los Broncos enfrenten a los Washington Redskins de Shanahan: Todas las dudas acerca de la capacidad para dirigir de Shanahan deben detenerse para siempre.

Ningún entrenador en jefe ganador del Super Bowl en la historia de la NFL ha enfrentado más escrutinio acerca de su éxito que Shanahan desde que los Broncos lo despidieron después de la temporada del 2008. A pesar de ganar los únicos dos Super Bowls en la historia de la franquicia, siempre se ha hablado de que se benefició del gran momento y la brillantez de Elway en la posición de mariscal de campo. Los recientes problemas de Shanahan con los Redskins han alimentado aún más el escepticismo. Es como si la única forma en la que puede callar a los críticos es llevando una franquicia distinta a otro viaje al Super Bowl.

Todo eso no tiene sentido. Por mucho que los críticos quieran apuntar a las seis temporadas de Shanahan sin una victoria de playoffs después del retiro de Elway en 1998, tuvo que ver más con los dos campeonatos de los Broncos que incluso el mariscal de campo de Salón de la Fama. No hay duda que Elway fue un factor decisivo en los años de gloria de Denver. Pero fue Shanahan quien reunió las piezas correctas alrededor del pasador y ganó el 61.6 por ciento de sus partidos como entrenador de la franquicia.

"Fueron 21 años, siete como asistente, 14 como entrenador en jefe, ganó dos Super Bowls", declaró el actual entrenador en jefe de los Broncos, John Fox. "Diría que ese es un muy buen legado".

Tampoco olvidemos el ojo de Shanahan para el talento temprano en su carrera. No sólo vio algo en Davis cuando utilizó una selección de sexta ronda del draft en él durante el draft de 1995, sino que el entrenador también implementó el sistema de bloqueo de zona que convirtió a Davis en una estrella. Ese mismo sistema ayudó a Shanahan a encontrar más diamantes en bruto que cualquier otro entrenador en la historia reciente. ¿Quieren saber por qué tantos equipos se sienten más cómodos invirtiendo en corredores en rondas tardías? Es porque Shanahan demostró el valor en esa filosofía hace casi dos décadas.

Shanahan no sólo mostró un don para encontrar talentos poco conocidos en su backfield. Cortó a tres ex reclutas de primera ronda del draft en 1995 para eventualmente darle el puesto de receptor abierto titular a Rod Smith, quien era un agente libre no seleccionado en el draft. Shanahan también firmó a otro receptor poco conocido, Ed McCaffrey, esa misma temporada para darle a Elway otro blanco confiable. En su apogeo, McCaffrey y Smith se convirtieron en los únicos compañeros en la historia en atrapar 100 pases cada uno en el mismo año.

Ahora, ¿la pasó mal Shanahan encontrando un sucesor para Elway? No hay duda sobre eso. Intentó con Bubby Brister, Brian Griese, Jake Plummer y Jay Cutler sin encontrar una respuesta a largo plazo. Eso tampoco hace que Shanahan sea tan diferente que cualquier otro entrenador de la liga. Dejando de lado a los Green Bay Packers y los Indianapolis Colts, la mayoría de las franquicias han tenido problemas para reemplazar a sus mariscales de campo de Salón de la Fama. Tan sólo pregunten a los aficionados de los Miami Dolphins, Buffalo Bills y Dallas Cowboys cuánto ha durado esa tarea en los últimos 15 a 20 años.

Tan sencillo como lo es decir que ningún equipo gana si un gran pasador, la verdad es que un gran entrenador es igual de importante, si no es que más. Bill Belichick no estaría donde está si no tuviera la inteligencia y el nervio de darle el equipo a Tom Brady cuando Drew Bledsoe aún estaba en la plantilla. Peyton Manning no ganó un Super Bowl en Indianapolis hasta que Tony Dungy le enseñó a la organización el valor de la defensiva, por otra parte Brett Favre debe mucho a sus primeros años con Mike Holmgren en Green Bay. La historia de la liga también está llena con muchos pasadores consumados que ni siquiera tuvieron la oportunidad de levantar un Trofeo Lombardi, incluyendo a Dan Marino, Dan Fouts y Jim Kelly.

Lo que Shanahan le dio a Denver fue estructura, orientación y una creencia de que el lugar de donde venía el jugador no era tan importante como lo que el jugador hacía una vez que recibía una oportunidad.

"Él era uno de esos tipos que siempre era directo", expresó el apoyador de los Broncos, Wesley Woodyard, otro jugador no reclutado en el draft descubierto por Shanahan. "Nunca engañaba a nadie. Siempre decía exactamente lo que querías escuchar de un entrenador en jefe. Nunca te decía las cosas a medias".

La falta de éxito en postemporada de Shanahan sin Elway no es una señal de que el entrenador estaba sobrevaluado al inicio de su carrera. Elway no fue la única razón por la que los Broncos establecieron un récord para un periodo de tres años al ganar 46 partidos (incluyendo postemporada) de 1996 a 1998. Tenía tiempo retirado cuando Shanahan guió a Denver a un récord 13-3 en el 2005 y una aparición en el Juego por el Campeonato de la AFC en esa temporada. Shanahan también tuvo la mala suerte de estar en el lado equivocado del destino. Perdió dos veces con el equipo que terminaría ganando el Super Bowl (los Baltimore Ravens en el 2000 y los Pittsburgh Steelers en el 2005).

Eso no quiere decir que Shanahan no ha tenido sus problemas. Comenzó a perder su toque en decisiones de personal a medida que se acercaba al final de su estancia en Denver (vean a Jarvis Moss, Willie Middlebrooks y casi todos los jugadores asociados con el draft del 2003) y no manejó del todo bien su única temporada con el mariscal de campo, Donovan McNabb en Washington. Shanahan también enfrentó muchas críticas por la grave lesión de rodilla que sufrió el actual pasador de los Redskins, Robert Griffin III, en la derrota en la Ronda de Comodines frente a los Seattle Seahawks en enero. Con los Redskins ahora en 2-4, sin duda hay más calor en Shanahan, quien ha tenido una temporada ganadora en sus primeros tres años en Washington.

Hay algunos críticos que se preguntan si Shanahan en realidad es el indicado para convertir a los Redskins en un consistente equipo ganador de nuevo. Esa misma gente probablemente también está utilizando los problemas actuales de Shanahan para alimentar esa crítica. El razonamiento es que si en verdad fuera un genio, ya se habría resuelto el lío de una franquicia por ahora. Eso es lo que hacen los grandes entrenadores, hacen que los grandes resultados lleguen en los momentos de apremio.

Sería bueno si realmente funcionara de esa manera. En cambio, hay muy pocos entrenadores que tienen segundos actos fenomenales. Por cada Tony Dungy o Mike Holmgren, hay un Jimmy Johnson o un George Seifert. Cuando se trata una franquicia tan históricamente disfuncional como los Redskins, es una tarea aún más difícil. Joe Gibbs, el ex entrenador en jefe de Washington que ganó tres Super Bowls con tres mariscales distintos, puede dar fe de ello.

Así que dejen que Shanahan disfrute su momento este fin de semana y por favor no compren la historia revisionista que parece estar empañando el éxito de su carrera. Al igual que la mayoría de los grandes entrenadores, se benefició del talento excepcional y de un mejor momento. Pero no cometan el error de creer que esas son las únicas razones por las que Denver está rindiendo un homenaje a Shanahan. Porque como los aficionados de los Broncos deben saber muy bien, su equipo no ha ganado nada desde que se marchó, tampoco.