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Cuadrado, un jugador diferente

BUENOS AIRES -- Desde la prehistoria del Calcio, los jugadores sudamericanos siempre han sido linfa vital para la Serie A, aportando esa cuota de talento, pero sobre todo de creatividad y fantasía que, en especial en algunas épocas, escaseaban entre los productos de las divisiones inferiores de los clubes del fútbol italiano.

En general, la enorme mayoría de esos aportes llegaba de tres países: en un comienzo Argentina y Uruguay, con muchos hijos de inmigrantes que podían inclusive ser nacionalizados y jugar con la Azzurra, y más tarde obviamente muchos brasileños, porque el público italiano, desde 1958 en adelante, ha considerado la técnica carioca como la mejor del mundo.

Pero en los últimos años está experimentando un crecimiento acelerado otra escuela, la colombiana, presente con porcentajes realmente mínimos (pienso en Asprilla y pocos más) en el pasado. Colombia está teniendo una generación extraordinaria de futbolistas y, como dijo hace poco Adriano Galliani, uno que de estas cosas entiende bastante, es "el único lugar donde se puede comprar excelente calidad a precios razonable es Colombia".

En el nutrido pelotón de colombianos que militan en la Serie A, en este momento el representante más importante del fútbol cafetero es sin dudas Juan Guillermo Cuadrado. Un jugador que, luego de jugar en Udinese (24 partidos sin goles) y pasar por Lecce (33 presencias y 3 tantos), viste desde la temporada anterior la camiseta violeta de Fiorentina y se impuso a todo el ambiente como una gran revelación.

No es apenas una cuestión de rendimiento, que crece y crece sin parar (en 2012-13, 40 presencias, entre campeonato y Copa, y 5 goles; ahora estamos en 13 partidos, siempre en los dos frentes, con 4 tantos, lo que nos proyecta una temporada de por lo menos 12 goles), sino más bien de sustancia, de juego, de caracaterísticas: Cuadrado es el jugador "diferente" que tiene el Calcio en la actualidad.

Porque su gambeta es impredicible, porque su pique es demoledor pero aún más lo es su "freno", porque su fantasía regala belleza y emoción, porque su creatividad se desparrama en el marco de un equipo que hace del buen juego su principal arma y a lado de compañeros que también tienen buen trato de balón, multiplicándose entonces de manera exponencial por efecto del "contagio", que tan importante es en un equipo de fútbol.

Un jugador que, por efecto de su talento, es amado por los sostenidores violetas, obvio, de manera casi visceral, pero también es admirado y respetado por los hinchas rivales, que quisieran tener un ídolo como ese para amar y ovacionar, partido tras partido.

Lo más importantes es que, con apenas 25 años, el techo de Juan Guillermo está aún muy lejos: si el colombiano sabrá seguir creciendo con el ritmo de los últimos tiempos, es fácil pronosticar que será una gran figura del Mundial que se viene y que, lamentablemente, no se lo podrá retener en el Calcio, ante las inevitables grandes ofertas que llegarán desde los clubes más "pudientes" del mundo.

Así que, los hinchas del Calcio disfruten de este gran jugador en los que resta de la temporada: quien ama el fútbol no puede no amar a un jugador tan diferente y espectacular.