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El doloroso paso del tiempo

El coach de los Brooklyn Nets aún no encuentra el camino para marcar diferencias AP Photo/Kathy Willens

Jason Kidd puede haber soñado una historia diferente. Mikhail Prokhorov estrechándolo en un abrazo en su majestuosa oficina, un sillón confortable y un trago para brindar por la genialidad de haber armado el mejor equipo de todos los tiempos.

Diez años antes, esto podría haber sido real. Pero todo transcurre hacia delante, sin más remedio que aceptar que el tiempo no se detiene.

Kidd, sin dudas, lo soñó diferente. Un mundo ideal, sin lesiones, con bólidos despegados de un costado al otro del Barclays Center dándole algo de color a la camiseta monocromática del flamante equipo de Brooklyn.

Pero no. Llegaron las lesiones de Deron Williams, Brook Lopez y Andrei Kirilenko y la cruda realidad le clavó un flechazo a la ilusión en el medio del pecho. Los Nets seducen y no concretan: arranques furiosos contrastan con finales ralentizados.

Bienvenidos, entonces, a la maldición de los terceros cuartos.

Paul Pierce, Kevin Garnett y Jason Terry padecen los kilómetros recorridos. Inician los juegos con pecho inflado y porte de estrella para luego jadear cuando se produce el segundo silbatazo. El básquetbol de vértigo choca contra el de bastón y no podemos hacer otra cosa que padecer con ellos: saludar a los nuevos tiempos no ha formado nunca parte de nuestras celebraciones.

La derrota ante los Blazers en casa nos enseña lo que ha sido el comienzo de temporada para este equipo recibido, meses atrás, con bombos y platillos: 40 puntos anotados con 74% de campo en el cuarto de inicio y 26% de campo en los últimos tres períodos.

"Como competidores, estamos enojados", dijo Pierce tras la última práctica de los Nets que duró más de dos horas. "Nadie disfruta perdiendo. Todos en este grupo estamos enojados. Nadie se divierte con las derrotas", agregó.

Garnett es quien más está padeciendo esta disminución de energía. Según nos comunica ESPN Stats, su porcentaje de tiros al aro baja drásticamente en esta temporada según el período: 45.8% en el 1º, 34.6% en el 2º, 23.5% en el 3º y 23.8% en el 4º.

De todos modos, hay que ser justos con el ex interno de Celtics: no se trata sólo de un tema físico, ya que los Nets acostumbran a entrar en estado de confusión en momentos trascendentales. Sin Williams en cancha, y pese al sorpresivo rendimiento de Shaun Livingston, la ofensiva pierde consistencia y cae en intentos individuales producto de la desesperación. La rotación de balón parecería formar parte de un deporte diferente, de otras tierras. Y aquí hay que señalar, indefectiblemente, al entrenador.

Es llamativo el dato de que los Nets ganan las primeras mitades por 1.1 puntos de diferencia y pierden las segundas por 6.2. "Esas caídas me corresponden a mí por no tener a los jugadores listos para el complemento", dijo Kidd cuando se le consultó por ese tema.

Según señala Mike Mazzeo de ESPNNewYork.com, los Nets han sido vencidos en el tercer cuarto, en sus siete derrotas (3-7), por 55 puntos de diferencia. Y han perdido todos los juegos en los que fueron superados en ese período. No podemos dejar de observar, por otro lado, la floja puntería: 42.9% de campo y 32.6% en triples no es algo que ayude a vender tickets.

"No soy un adivino. No puedo predecir lo que sucederá. Sólo puedo decir que lo único que se es trabajar para superar esta clase de momentos", señaló Garnett.

Como si fuese poco, los Nets ocupan el puesto 22 de eficiencia defensiva. ¿Qué pueden pensar los ex Celtics respecto a eso, considerando que hicieron en sus años mozos una escuela del trabajo sin balón? Seamos claros: esto tiene que terminarse de inmediato.

Brooklyn perdió cinco de los últimos seis juegos, pero aún no es momento de apretar el botón de pánico. Verán, no deja de tener algo de lógica este proceso: los equipos de básquetbol están conformados por una columna vertebral cuyo sostén principal es el armador y el centro. Sin ellos, las franquicias suelen perder la brújula, la ruta hacia dónde dirigirse.

Esta clase de conjuntos están construidos con una lógica contradictoria: tienen una etiqueta pegada en la espalda que exige ganar y una en el pecho que pide ir al laboratorio para equilibrar la química.
No hago pronósticos, pero sí puedo anticipar un escenario posible: el regreso de Williams mejorará a Pierce, Terry y Joe Johnson. Y la presencia de Lopez le permitirá respirar y ejecutar sin tanto desgaste a Garnett.

Perímetro y pintura pueden hermanarse, parcialmente, con el regreso de dos figuras ilustres.

Con cinco derrotas en las últimas seis presentaciones, Brooklyn necesita mejorar. "Creo que es momento de que los Nets empiecen a comandar esta ciudad", dijo Pierce meses atrás.

La paciencia es la mayor virtud en esta constelación de estrellas.

Kidd, sin dudas, lo soñó diferente.