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Aumenta supremacía del Oeste

Apenas superada la decena de partidos, la actual temporada ya arroja la continuación de una tendencia que se viene dando desde hace ya varias campañas.

Los equipos de la Conferencia Oeste se perfilan nuevamente como muy superiores, al menos durante la temporada regular, a sus contrincantes del Este.

Es así que el Oeste ya cuenta con nueve equipos que tienen más victorias que derrotas, mientras que el Este solamente acumula cuatro.

Algo que deja en evidencia la falta de equilibrio en la distribución de poder es que la División Suroeste cuenta con cuatro equipos por encima de .500 mientras que la División Atlántico no tiene ninguno.

Este patrón se viene dando desde hace más de una década, y realmente no parece detenerse ni frenar su marcha.

Para poner en contexto, la última vez que el Este tuvo más equipos con records positivos que el Oeste fue en la temporada 1998-1999, recordada por el paro que generó la cancelación de 32 partidos de temporada regular.

La tendencia hasta aquel entonces era de paridad o de supremacía del Este. Sin embargo, aquel evento fatídico, en conjunto con otros factores puntuales efectuó un vuelco en los futuros de ambas conferencias.

TODO CAMBIÓ DURANTE EL LOCKOUT

Analizando los números, uno llega a la conclusión de que el quiebre mayor sucedió en el verano de 1998.

Por aquel entonces los Chicago Bulls se consagraban tricampeones y Michael Jordan anunciaba su segundo retiro, algo que generó el desarmado de aquella plantilla de ensueño.

En aquella temporada, y las cinco anteriores, el Este siempre había tenido entre siete y nueve franquicias con margen positivo de victorias.

Del otro lado, el Oeste tocaba fondo en 1996-1997 al solo contar con cinco equipos en números positivos.

Todo lo bueno que se venía haciendo en la costa más cercana al Atlántico se fue desmoronando.

Es obviamente difícil de mencionar un solo factor como el que alteró el orden que existía por aquella época, ya que las fortunas de varias franquicias debieron cambiar radicalmente.

Sin embargo, hay hechos puntuales que ayudan a entender por qué el Oeste se puso de moda.

Por ejemplo, la temporada baja de 1998 marcó un punto clave en la historia de dos franquicias que disfrutaron de extendidos periodos de éxitos.

Aquel verano, los Dallas Mavericks adquirieron los derechos de Dirk Nowitzki, y además consiguieron en un canje a Steve Nash, un combo que los convertiría en una de las organizaciones más ganadoras del nuevo milenio.

Además, esa fecha coincidió con el arribo de Chris Webber, Jason Williams y Vlade Divac, quienes formaron un tridente que les dio a los Sacramento Kings su época dorada en la NBA.

Esos dos equipos, inquilinos regulares del sótano y la lotería por aquellos tiempos, pasaron a ser potencias en cuestión de un puñado de temporadas.

Los Phoenix Suns además sumaron a Luc Longley (haciendo leña del árbol caído de los Bulls) y a un Tom Gugliotta en su mejor momento y se mantuvieron en los puestos de vanguardia.

Las siguientes temporadas vieron también como mejores talentos emigraron al Oeste o llegaron a través del Draft, y así los Houston Rockets consiguieron a Steve Francis, los Memphis Grizzlies a Pau Gasol y Los Angeles Lakers a veteranos como Ron Harper, Glen Rice y Brian Shaw, quienes fueron instrumentales para conseguir el tricampeonato.

AUMENTA LA GRIETA

Con el correr de las temporadas el patrón se fue incrementando de manera acelerada, y se vivieron situaciones poco comunes en una liga que se jacta de buscar la paridad.

Analizando las últimas 20 temporadas, se llega a la conclusión de que, solo para clasificar a los playoffs, los equipos del Oeste debieron ganar, en promedio, tres partidos más que en el Este.

Mientras que 41 victorias han sido suficientes en el Este, las franquicias del Oeste han necesitado cerca de 44 en promedio.

Esto ha provocado que, por ejemplo, la temporada 2000-2001 haya visto a 10 equipos del Oeste con más victorias que derrotas. Obviamente, dos de ellos vieron la postemporada por televisión.

El otro extremo se dio en 2003-2004, cuando solamente un póker de equipos del Este terminó por encima de .500, mientras que nueve lo hicieron del lado de enfrente.

Esta falta de paridad causó en 2008 y 2010 que el octavo y último clasificado del Oeste haya necesitado sumar 50 victorias para ganarse el privilegio de enfrentar, sin factor cancha, al primer sembrado de la conferencia.

Los ejemplos abundan, y la historias de horror de multiplican.

En la temporada 2007-2008, un muy buen equipo de Golden State acabó noveno y no pudo clasificar a los playoffs, a pesar de conseguir 48 victorias. Ese número de halagos les hubiera alcanzado para conseguir el cuarto puesto en el Este y empezar la primera ronda jugando de local.

El año siguiente vio a los Suns de Nash, Amar'e Stoudamire y Shaquille O'Neal quedar eliminados tras conseguir 46 triunfos. Nuevamente, con esa cifra les hubiera alcanzado para ser quintos en el Este.

La diferencia sigue aumentando, y en las últimas cinco temporadas los equipos del Oeste han necesitado siete victorias más (46.8) que sus pares del Este (39.6), solo para entrar a los playoffs.

Otro detalle que marca la diferencia entre ambas conferencias es que la última vez que un equipo del Oeste logró clasificar a la postemporada sin tener un récord positivo fue hace 15 años (o 14 si se cuenta la temporada más corta de 1998-1999).

En total, los equipos del Oeste han tenido marca de 4400-3642 (54.7 por ciento), según la estadísticas que nos brinda el Elias Sports Bureau.

MÁS CERCA EN ANILLOS

El Oeste también cuenta con una ventaja en anillos en las últimas 20 temporadas, aunque ésta es un tanto menor.

Gracias al andar exitoso de los Lakers y los San Antonio Spurs en particular, el Oeste ha ganado 12 campeonatos, comparado con ocho del Este.

Esto igual se ha emparejado en la última década, ya que se han repartido los 10 títulos más recientes.

En cuanto al premio al Jugador Más Valioso, el Oeste gana también 12 a 8, con la particularidad de que nueve jugadores distintos lo ganaron.

El Este solo se ha apoyado en LeBron James y Jordan, quienes entre ambos acumulan seis.

Otro dato de color, que aporta el departamento de estadísticas de ESPN, es que el Oeste lleva una pequeña ventaja en victorias en Juegos de Estrellas, habiendo conseguido 11 de los últimos 20.

SIN EXCUSAS VÁLIDAS

La realidad marca que la diferencia entre ambas conferencias no solo no puede ser atribuida a la mala suerte, sino que todo lo contrario.

Las dirigencias de aquellos 15 equipos han hecho las cosas decididamente mal, y la combinación de malas decisiones y falta de planeamiento a futuro ha devenido en los resultados que están a la vista.

La selección número uno del draft entrando a las últimas 20 temporadas le ha pertenecido a un equipo del Este en 13 oportunidades.

Dejando de lado a los años recientes y al potencial que puedan desarrollar jugadores como John Wall y Kyrie Irving, es difícil no pensar que deberían estar mejor.

Entre 1999 y 2008, el Este monopolizó la primera selección, escogiendo número uno en ocho de 10 ocasiones.

Allí, equipos escogieron a Andrew Bogut, Kwame Brown y Andre Bargnani en lugar jugadores como Chris Paul, LaMarcus Aldridge o Pau Gasol, quienes también estaban disponibles.

Por eso me pregunto: ¿de quién es la culpa?

Otro equipo, Orlando Magic, tuvo a Dwight Howard y lo dejaron escapar hacia el Oeste, al igual que sucedió con O'Neal años atrás.

Yendo más allá, si uno quiere traer el factor suerte a la conversación habría que mencionar que Yao Ming y Greg Oden, llamados a cambiar el rumbo de sus franquicias, sufrieron de lesiones que dejaron truncas sus carreras y que dejaron al Oeste huérfano de dos súper talentos.

El patrón exhibido no parece cambiar demasiado, pese a que el Este ha mostrado una leve mejoría en el último lustro.

Quizás requiera una camada sensacional como la que se viene el verano siguiente, con Andrew Wiggins, Jabari Parker y Julius Randle como estandartes, para equilibrar a la liga.

Claramente el Oeste como conjunto ha encontrado una fórmula, y esto requerirá un flujo importante de talento para cambiar el rumbo del maltrecho Este.

El Draft de 2003 (Dwayne Wade, Chris Bosh y James) solo los mantuvo a flote momentáneamente, y ahora todos juegan en el mismo equipo.

¿Será esta vez la vencida?