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La diversión está de regreso

Rajon Rondo y Brad Stevens desarrollarán una relación importante en los nuevos Celtics Greg M. Cooper/USA TODAY Sports

Ha pasado casi un año desde la salida de Rajon Rondo por la rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. Cuando él estaba en cancha, los Celtics aún eran los Celtics. Mejor dicho, la era posmoderna de la franquicia, que había nacido con el Big Three en todo su esplendor, aún se encontraba en campo abierto lanzando sus últimos cartuchos al viento.

Todo ha cambiado en pocos meses. Paul Pierce y Kevin Garnett se han transformado en monocromáticos -en vestimenta y también en juego- y Boston ha fichado un entrenador que, por edad, podría ser el hijo de Danny Ainge.

Doc Rivers, mientras tanto, ha mudado su talento a Los Angeles. ¿Lakers? No, Clippers. Olvidar la NBA por un tiempo puede generar caos. Entregar folletos a la salida del estadio con la cara de los jugadores actuales se torna imprescindible. ¿De dónde han salido estos jóvenes entusiastas? Lo único que sigue vivo aquí es el verde. El trébol. La historia.

Y ahora, de nuevo, Rondo.

Boston atraviesa una etapa de reconstrucción en la que todo resulta novedoso. El mobiliario ha sido renovado por completo. No hablamos de florecimiento, sino más bien de modificación rotunda. Inevitable. La paciencia en esta clase de terrenos fértiles en emociones, con una alta carga de triunfos en la espalda y mente de sus leyendas, suele escasear por definición. Sin embargo, la franquicia lo ha hecho bien, porque ha decidido barajar de nuevo con un criterio propio de un estratega a largo plazo.

No haré lo que quieres, sino lo que necesitas.

Y entonces, de nuevo, Rondo.

El líder que empezó como cuarto elemento de un núcleo adicto a las marquesinas, tomará el timón nuevamente. El único jugador de la NBA capaz de seducir a las masas sin siquiera mirar el aro. No salta, no la vuelca, no tira. ¿Qué hace entonces?
Nada por aquí, nada por allá: un ilusionista irascible, de carácter difícil, pero con un talento maravilloso para potenciar lo que está alrededor. Manos veloces que ejercen ubicuidad; Rondo nos recuerda al barrio, al chico diferente que sorprende por el talento mismo, sin diferencias físicas bochornosas. El balón disfrazado de chicle se estira, se envuelve y se vuelve a estirar. El truco enamora por su sencillez.

Rondo, en definitiva, es diversión en estado puro. Un equipo sin él es un tobogán, con él una montaña rusa. Y pese a que un regreso de su naturaleza acarrea dudas y prejuicios, su estilo de evitar el contacto como modus operandi lo protege ante potenciales recaídas. No es Kobe Bryant, no es Derrick Rose: Rondo es justamente lo que Stevens y el equipo de Boston necesitan. Un líder que no intenta salvar las naves con sus propias manos, sino que enseña el camino para que el grupo, lo que está alrededor, lo consiga como una consecuencia de pasos prestablecidos. Una forma de unir los puntos para completar el dibujo.

Con la vuelta de Rondo, Boston recupera un armador puro que servirá para quitar presión a los talentos jóvenes que están alrededor. El mensaje, implícito por cierto, es que puedes hacerlo bien, pero con Rondo lo harás mejor. "Estoy súper excitado por su regreso. Lo hará más fácil para todos", dijo Avery Bradley, quien compartirá puesto con él.

Precisamente Bradley, Jeff Green, Jared Sullinger y compañía crecerán a su lado. Más allá de los puntos, podrán evolucionar al descargar la presión en los hombros del armador All-Star. Y es aquí donde Stevens tendrá que tener máxima atención: con Rondo, la química tiene que ser exacta. Derramar demasiado sobre él es tan problemático como poner muy poco en sus manos. Sospecho que la inteligencia del coach de Celtics evitará caer en un problema mayor. Si logra superar esta prueba de fuego se puede conformar una dupla de coach-jugador de elite en el mundo NBA.

Dicho esto, es importante no crear falsas expectativas. Rondo no llega para competir en un equipo de campeonato, pero sí tiene en sus manos el poder de desarrollarlo. Cuando todos pensaban que él sería transferido, finalmente fue el único que se quedó. "Creo que su energía y liderazgo empujará a nuestro equipo", dijo Stevens. "Pero no creo que pongamos mucha presión en sus hombros, de todos modos".

El señor triple-doble, creador de pases lacerantes que se reproducen de manera geométrica en YouTube, eligió el choque ante los Lakers para volver. Tiene un núcleo joven que lo observa, lo respeta y quiere aprender de él. Es el siguiente paso en el camino de la estrella. El mundo, entonces, vuelve a estar de pie para Boston: el chico que alguna vez observó a todos desde lejos, se ha transformado en la pieza central de una franquicia que sueña con recuperar el éxito perdido.

La diversión está de regreso. Y eso, algo pocas veces valorado, es mucho más importante que cualquier resultado que se ponga en el camino.