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Derribando mitos: Golden State

Los Golden State Warriors son quizás el equipo más difícil de descifrar en toda la NBA.

Los dirigidos por Mark Jackson pueden destrozar a un candidato una noche y caer sin atenuantes ante un rival del Este en la próxima.

Bipolares, ciclotímicos, irregulares. Esos son los sinónimos que mejor les sientan a este grupo talentoso que amenazó con dar el golpe en los últimos playoffs ante San Antonio Spurs y que prometía un salto de calidad que hasta ahora no sucedió.

La profundidad de la Conferencia Oeste es cosa seria, y tampoco nadie preveía que los californianos fueran los principales candidatos, pero muchas de sus actuaciones dejan mucho que desear.

Su marca de 36-24 los ubica en la sexta colocación, medio juego por encima de los Phoenix Suns y a solamente 1.5 partidos de quedarse afuera de la postemporada.

Esto tiene una serie de explicaciones, pero los números indican que los Warriors son muy distintos a la imagen que generan cuando uno los mira en televisión nacional.

DEFENSA DE CAMPEONATO

El mito es que los de la bahía con un equipo primordialmente ofensivo y perimetral, que depende de sobremanera de la puntería de Stephen Curry.

Si bien la importancia del armador no puede ser minimizada, la realidad es que los Warriors no solo no tienen una ofensiva tan potente, sino que su mejor aspecto es la defensa.

Golden State tiene la tercera mejor eficiencia defensiva de la NBA, permitiendo solo 99.3 puntos por cada 100 posesiones.

Solamente Indiana Pacers y Chicago Bulls defienden mejor que ellos. Por contrapartida, la ofensiva se ubica en el puesto 12.

La clave en este aspecto es la presencia de Andrew Bougt.

El centro australiano parece haber recuperado la salud, y hasta el momento jugó 52 de los 60 partidos de la temporada.

Su performance ha sido auspiciosa: 10.5 rebotes y 1.9 tapones, sumados a que permite a sus oponentes un 58.2 por ciento en la zona restringida, la sexta mejor marca para jugadores de su posición con al menos 690 tiros defendidos, según NBA.com.

Esa marca está muy por encima de lo que permiten otros con mucha mejor reputación defensiva como Dwight Howard, DeAndre Jordan o Anthony Davis.

Sus números además se mantienen estables en el resto de la pintura, donde solo permite a sus oponentes un 37.0 por ciento en tiros de campo, la quinta mejor marca entre los jugadores mencionados.

La única mancha quizás es que solamente disputa 27.2 minutos por partido, cifra que deberá subir considerablemente en playoffs para que los californianos tengan chances.

Su efecto ha sido altamente positivo, pero aún así no replicó lo hecho por Andre Iguodala en el perímetro.

La incorporación veraniega ha dejado su huella de forma inmediata, y los Warriors permiten 7.6 puntos más por cada 100 posesiones cuando el alero no está en cancha.

En total, según NBA.com, la presencia de Iguodala hace que Golden State supere a sus rivales por 13.0 puntos por cada 100 posesiones.

La influencia de estos dos ha logrado contagiar a alguien como David Lee, de pobre reputación defensiva que sin embargo ha logrado estar entre los mejores 20 defensores tanto en la zona pintada como en la zona restringida.

PROBLEMAS OFENSIVOS

Quizás el mayor inconveniente que tienen los Warriors es la híper dependencia sobre Curry.

El base juega minutos extendidos y ha logrado evadir las lesiones esta temporada, pero pese a eso por momentos necesita descansar, y cuando eso sucede el equipo se desbarranca.

Golden State anota 90.8 puntos por cada 100 posesiones sin Curry en cancha, una marca que sería por lejos la peor de la NBA.

Para poner en contexto, Philadelphia tiene la peor eficiencia ofensiva con 96.0.

La defensa mejora un poquito sin Curry, pero la pérdida ofensiva es tan importante que no tiene comparación.

Esto es porque el francotirador promedia 24.1 puntos y 8.8 asistencias, séptima y segunda mejor marca de la NBA respectivamente.

Su porcentaje de 41.6 en poco más de ocho triples por partido es impresionante, y lidera la liga en triples intentados, con 60 más que el segundo.

Precisamente Klay Thompson, su Robin, lo sigue en dicha estadística, y el escolta promedia un también descollante 40.5 porciento.

Pese a tener a quizás el mejor dúo de francotiradores, Golden State es solo el séptimo mejor equipo en triples en la NBA.

La otra debilidad pasa por el lado de las pérdidas, ya que cometen 15.4 por noche y solamente Houston Rockets y Philadelphia 76ers desperdician más el balón.

Curry es en parte culpable por esto (4.0 por partido), sobre todo porque solo promedia 82.4 toques por partido y hay 12 armadores que tienen más el balón que él, según NBA.com.

Sin embargo, la falta de opciones fuera del quinteto titular lo ha perjudicado a él, y por ende al equipo.

El alero Harrison Barnes ha sido una verdadera decepción, y el equipo anota 10 puntos más y permite cinco puntos menos por cada 100 posesiones cuando este no está en cancha.

Esos números lo convierten en un verdadero problema, y sin su aporte positivo los Warriors han tenido que recurrir a jugadores más limitados como Draymond Green y Marresse Speights, además de los ya transferidos Kent Bazemore y Toney Douglas.

Ahí ha estado la realidad de Golden State.

Los minutos que disputan el cuarteto formado por Lee, Iguodala, Curry y Thompson son altos, pero al equipo le cuesta horrores mantener el nivel cuando la banca tiene que jugar minutos extendidos.

Ni Douglas ni Bazemore ni Jordan Crawford fueron la solución, y el tiempo está en contra de Steve Blake para adaptarse al sistema de Jackson.

Lo mismo sucede con Speights o Jermaine O'Neal en ataque, aunque este último ha mostrado pasajes de competencia en los últimos partidos.

La clave pasará por solucionar esa falta de profundidad, o porque Jackson consiga dar en la tecla con las rotaciones idóneas para minimizar ese problema.

Hasta entonces, y a falta de aproximadamente 20 partidos para el final de la temporada regular, los Warriors seguirán siendo ese perro que ladra…pero que no muerde.