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Un evento destinado a fracasar

Hace mucho tiempo que un Pro Bowl no era tan debatido.

El problema es que no necesariamente es por las razones indicadas.

Es entendible que se está hablando más de este juego que a pocos les importa, en esta particular edición.

Después de todo, por primera vez "El Juego de las Estrellas" de la NFL se jugará en la misma ciudad que el Super Bowl, y una semana antes del gran juego.

Cuestión que abre la primera polémica.

¿Está bien que el Pro Bowl se juegue antes que el Super Bowl?

La gran mayoría cree que la NBA y la MLB tienen mejores All-Star games, y siendo honestos eso siempre va a ser así.

Principalmente porque en la NFL, el Pro Bowl no se puede llevar a cabo en el medio de la temporada. Es un deporte de extremo contacto, y sería tonto arriesgar la lesión de algunos jugadores en el medio de la campaña regular.

Alguien me podrá decir que necesitamos competencias, como el campeonato de volcadas o el festival de jonrones, y eso podría ser una opción la verdad, pero no será la solución.

Pero debo admitir que el timing del Pro Bowl, es de las pocas cosas buenas que tendrá este juego, que cada vez pierde más prestigio, en el 2010.

Alguno me podrá decir que no podremos contar con los jugadores de los equipos que participarán en el Super Bowl; en efecto 14 protagonistas entre los Saints y los Colts no estarán en este juego.

Pero la realidad de las cosas es que eso es lo de menos, teniendo en cuenta que gran parte de los jugadores que fueron seleccionados han "inventado" lesiones para no estar en esta cita en Miami.

Y no es que prefieren Hawai, porque allí también había muchos ausentes.

Lo único que quieren es su bono por ser seleccionados, y luego prefieren irse de vacaciones con los suyos después de una larga temporada.

Claramente la ciudad de Miami, que recientemente fue criticada por el comisionado Roger Goodell por no tener un techo en su estadio, estará bajo examen esta semana.

Porque el Pro Bowl vuelve a Hawai los próximos dos años, y la NFL seguirá de cerca la situación para ver si funciona el experimento.

Pero tristemente creo que Miami está peleando una batalla que ya está perdida.

Sólo hace falta mirar algunos de los ausentes: Tom Brady, Lance Briggs, Larry Fitzgerald, Sidney Rice, Philip Rivers, Steve Jackson y Jake Long por nombrar algunos.

Y la lista continúa y continúa...

Hasta David Garrard ahora es uno de los mariscales de la AFC. Y no es por faltarle el respeto al jugador de Jacksonville, pero simplemente es una muestra más de que las estrellas no estarán presentes en Miami.

Y hago especial hincapié en Jake Long. No por su nivel, sino porque es un jugador joven.

Se supone que al menos los jugadores con poca experiencia deberían estar emocionados por participar en el Pro Bowl.

Pero no es el caso. Long no tiene nada en su tobillo, pero simplemente opta por descansar.

Reitero, el hecho de que sea en la misma ciudad que el Super Bowl es bueno porque en el medio de un clima económico hostil, le permite a los fanáticos matar dos pájaros de un tiro.

Un viaje y dos partidos; este juego es de los fanáticos.

Pero siendo sincero, si yo no tuviera que trabajar en él, no iría.

Prefiero ir a jugar al golf que ir a ver a jugadores anotar un sinfín de puntos porque las defensivas prácticamente tienen vetado golpear a jugadores contrarios.

Tanto más atractivo es un Senior Bowl, donde los jóvenes dejan el alma para intentar subir sus acciones, aunque sea un poco, de cara al próximo draft.

Repito, este juego es de los fanáticos, y los jugadores les están faltando el respeto a aquellos que pagan las entradas.

La NFL debe interceder, y cerciorar que las supuestas lesiones de los jugadores son reales. Si es el caso, está bien que no jueguen.

El que quiere faltar, que lo haga, pero tampoco se le debería permitir cobrar el bono si no participa.

Medidas sutiles que la NFL puede realizar, que no solucionarían el problema, pero sí mejorarían el producto.

El Pro Bowl nunca va a ser un gran juego, pero lo mínimo que se merecen los fans es poder ver a sus jugadores preferidos.

Hoy en día, ni eso les queda, porque el Pro Bowl es un juego en decadencia.

Hoy en día no importa si es en Hawai o en Miami, porque si no hay cambios desde arriba, el Pro Bowl está destinado a fracasar.