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Persevera y triunfarás

Luis Castillo es uno de los líderes de la defensiva de los Chargers Getty Images

BRISTOL -- Es una imagen cada vez más común.

Los niños nacen y casi inmediatamente los padres les colocan un balón debajo del brazo con la esperanza de que se conviertan en la próxima estrella del deporte.

No es una ecuación lineal dado que la mayoría de las veces, los sueños no se transforman en realidad.

Pero el camino del liniero defensivo de los San Diego Chargers, Luis Castillo, a la NFL no fue el típico de tapa de revista.

Siendo hijo único, Castillo no la tuvo fácil.

"Cuando tenía 11 años, mi madre trabajaba cerca de 16 horas por día", recuerda Castillo. "Yo volvía de la escuela cerca de las 230 pm, y lo único que hacía era comer y ver televisión; la realidad es que estaba pesado y no usaba bien mi tiempo".

En julio de 1983, María Castillo decidió visitar a sus primos en Nueva York estando ocho meses embarazada de Luis.

A las pocas semanas nació Luis y luego retornaron a República Dominicana, y no fue hasta 1988 que volvieron a Manhattan para ya quedarse definitivamente en los Estados Unidos.

Le costó a Luis la adaptación, quien "no socializaba". De hecho, no habló el inglés fluidamente hasta que terminó la primaria.

María, como buena dominicana, quería que Luis jugase al béisbol, pero no tuvo suerte.

Un compañero de clase de Luis le propuso probarse en el equipo de fútbol americano, y el resto es historia.

"Me hicieron liniero muy rápido", declaró sonriente Castillo.

Se convirtió en el capitán de Garfield High, y aunque se divertía jugando, su prioridad seguían siendo los estudios; tenía el sexto mejor promedio de toda la escuela, que tenía 270 estudiantes.

Eso le permitió ingresar a la prestigiosa Universidad de Northwestern, donde se recibió de economista, y por supuesto siguió jugando al fútbol americano, y continuó teniendo un gran impacto en el campo de juego.

Aunque no es sencillo no meterse en problemas cuando estás en la universidad y eres una estrella deportiva.

"No lo llamaría sacrificio, pero diría que ese fue mi mayor reto; mantener la línea cuando era joven", explicó Castillo. "Vi a varios de mis amigos codearse con influencias negativas, pero por suerte yo me mantuve fuera de problemas. Pero opté por una vida saludable, tal como me crió mi madre".

Y repentinamente Castillo se encontró con un futuro que nunca había soñado. Un futuro en la NFL.

"Mucha gente de mi entorno comenzó a decir que sería una selección de primera ronda, pero yo no les creía", dijo Castillo.

Pero no fue todo color de rosas en la carrera del liniero defensivo de los Chargers.

Castillo siempre tuvo la ética de trabajo, pero una lesión en el codo y posterior operación en su último año en la universidad, le impedían levantar pesas de cara al combinado de cazatalentos previo al draft.

Alguien, que Castillo se niega a mencionar, le ofrece una pastilla "que lo hará sentir mejor".

Se las toma, y se siente mejor. Pero no por mucho tiempo.

15 días antes del draft, María recibe una carta de la NFL. En ella, hay una palabra que le llama la atención: "esteroides".

"Fue por lejos el momento más difícil de mi carrera", enfatizó Castillo. "Cometí un error y me agarraron. En ese entonces, conversamos con mi familia y decidimos ser lo más honestos posible. Había que enfrentar el problema y no poner excusas".

Por eso Castillo decidió enviarle una carta a los 32 equipos de la NFL admitiendo el uso de esteroides, expresando sus razones, pidiendo disculpas y prometiendo que si da una vez más positivo devolvería el bono por firmar; además envía sus controles antidoping de Northwestern, todos negativos.

Siempre es agradable cuando alguien es honesto tras cometer un error, pero las consecuencias suelen ser inevitables.

Adiós primera ronda del draft. O al menos eso pensábamos.

"Todavía me acuerdo de la conversación con mi agente como si fuese ayer", expresó Castillo. "Me dijo, 'Vas a tener suerte si puedes llegar a un equipo como agente libre'. Temí lo peor, y sólo quería que me den una chance de demostrar que pertenecía en la NFL".

Y los San Diego Chargers hicieron justamente eso al sorprender a todos y elegirlo con la selección 28 de la primera ronda.

"Me sorprendió mucho, pero le estoy eternamente agradecido a los Chargers", ratificó Castillo.

EL INICIO DE UNA NUEVA ERA
El impacto de Castillo en el emparrillado fue inmediato; en su primer año fue seleccionado al equipo Todo-Novato, y en el segundo totalizó siete capturas.

Tenía mucho que demostrar, y la transición a los profesionales no había sido un impedimento.

"En el campo de juego todo es lo mismo", explicó Castillo. "Fuera del mismo es otra historia. Cuando eres estudiante dictan tu vida personal y tus vacaciones. En la NFL eres tu propia corporación, tienes que entrenar por tu cuenta y manejar tu imagen".

Lo hizo tan bien que fue elegido para ser portada del juego electrónico Madden en su versión hispana en el 2008.

"Estoy muy feliz por ese logro", manifestó Castillo. "Todavía recuerdo cuando jugaba al Madden y tenía 13 años. Quería crear mi propio jugador, pero me acuerdo que pensaba que Castillo no era un apellido para un liniero defensivo. Hoy estoy extremadamente orgulloso de ser hispano, de representar a nuestra comunidad y demostrar que todos tenemos las mismas oportunidades".

Tras firmar su primer contrato de cinco años, Castillo se compró un auto y una casa en la cual aún sigue viviendo hasta el día de hoy en San Diego.

"Mi madre hizo crecer un negocio de la nada, y me enseño a manejar el dinero de buena forma", declaró el liniero de los Chargers.

No obstante tras esos dos muy buenos primeros años en la NFL volvió a aparecer el fantasma de las lesiones en la vida de Castillo, quien jura que "nunca más volverá a hacer algo estúpido".

"Me lastimé en mi tercer año en la liga y no he podido rendir como quería en estas últimas temporadas", admitió Castillo. "Pero estoy entrando en mi sexto año y creo que el 2009 fue una especie de resurrección para mí. No tuve grandes números, pero ahora estoy saludable por primera vez en varios años".

San Diego ciertamente lo necesita en su mejor forma si quieren darle la vuelta la esquina.

Los Chargers han sido un candidato perenne en las últimas temporadas, pero alguna razón siempre se quedan en la puerta de la gran fiesta.

Sin ir más lejos, la campaña pasada San Diego terminó la temporada regular con 11 victorias consecutivas, sólo para despedirse en los playoffs en su primer partido a manos de los New York Jets.

"Es decepcionante", sentenció Castillo. "Uno invierte mucho trabajo y tiempo, pero por alguna razón no logramos nuestro objetivo. Pero al mismo tiempo uno se da cuenta de la increíble paridad que hay en esta liga. Rara vez va a existir un equipo completamente dominador. Ahora hay que seguir trabajando y ojalá en febrero seamos el mejor equipo que es cuando cuenta".

No ha sido una temporada baja silenciosa para los Chargers, que dejaron ir no sólo al esquinero Antonio Cromartie, sino que además también a uno de los jugadores símbolo de la franquicia; el corredor LaDainian Tomlinson, quien firmó justamente con los Jets.

"A L.T. todos lo queríamos como compañero, siempre nos apoyó", declaró Castillo. "No era el jugador más vocal pero todos somos diferentes. Creo que todavía le queda gasolina en el tanque, le deseo lo mejor y espero algún día poder enfrentarlo".

Más allá de la resonante pérdida, más de nombre que por producción, dado que había bajado mucho en las últimas dos campañas, los Chargers ya tienen a su reemplazante.

Con la duodécima selección general en el draft, San Diego eligió al corredor de Fresno State, Ryan Matthews.

Hizo falta un intercambio con los Dolphins para escalar posiciones, pero evidentemente los Chargers están convencidos del talento e impacto inmediato que podrá tener Matthews.

Castillo está de acuerdo con la organización.

"Es un jugador sumamente explosivo al cual le irá bien en esta liga", opinó Castillo. "Y con los grandes receptores abiertos que tenemos, se le facilitará el trabajo".

Por supuesto que también ayuda tener a Philip Rivers como mariscal.

Es el sueño de cualquier corredor jugar para una ofensiva que se basa en el ataque aéreo con jugadores de la talla de Antonio Gates y Vincent Jackson. Aunque todo nace con el mariscal.

Rivers demanda atención, porque de lo contrario, te hace pagar.

"Es absolutamente uno de los mejores tres mariscales de la liga", enfatizó Castillo. "Sus números mejoran cada año, gana partidos sobre el final que es lo hace a un gran jugador.

Y además tiene cosas que ustedes no ven. Es un gran líder, un mejor compañero, un entrenador dentro de la cancha que pone al equipo antes que a él; no tiene problemas en jugar con dolores. No quisiera tener a ningún otro mariscal".

Eso sí, jugar con semejante jugador de renombre implica tomar el asiento trasero en cuanto a protagonismo se refiere.

En otras palabras, por más bueno que sea el ala defensiva Dwight Freeney, siempre se va a hablar de Peyton Manning cuando alguien mencione a los Indianapolis Colts.

"No nos importan los titulares", declaró Castillo en referencia a su defensiva. "Somos un equipo y todos sabemos que tenemos un rol que debemos cumplir si queremos llegar a nuestra meta. Nuestra ofensiva puede anotar 30 puntos por juego, pero habrá un partido en el cual nos necesitarán más que otros, y nosotros tenemos que estar listos".

Si San Diego ajusta la defensiva, habrá pocos que no lo den como candidatos de cara a la próxima temporada.

Para eso Shawne Merriman y Luis Castillo deben volver al nivel que nos mostraron en el inicio de sus carreras.

Imposible olvidar la imagen de Castillo bailando salsa tras capturar a Vince Young en el 2008.

"No estuve llegándole tanto al mariscal como quisiera últimamente", concluyó Castillo. "Pero ahora me siento bien, saludable y confiado de poder a divertirme en el campo, y por qué no, bailar un poco más de salsa".