Los Lakers contratarán a su séptimo entrenador desde 2011 mientras comienza otro verano de agitación y búsqueda. La pregunta ahora es: ¿Por qué sigue sucediendo esto?
Más de una década después de que lo despidieran cinco juegos después del segundo año de su carrera como entrenador de Los Angeles Lakers, Mike Brown admitió que, en primer lugar, se arrepintió de haber aceptado el trabajo.
"Si pudiera hacerlo de nuevo", dijo Brown en una entrevista con Stephen Jackson y Matt Barnes en el podcast "All the Smoke". "Probablemente no lo haría".
El integrante del Salón de la Fama de la NBA, Phil Jackson, era demasiado difícil de seguir, explicó Brown. Nadie pudo estar a la altura del estándar que había establecido en Los Ángeles (cinco títulos de la NBA) y Chicago (seis títulos).
Brown lo sabía cuando aceptó el puesto en 2011. Lo había dicho durante su conferencia de prensa introductoria.
"Tengo un gran respeto por Phil Jackson y todos sus logros", dijo Brown. "No estoy seguro de qué talla de zapato usa. Pero no estoy aquí para llenar sus zapatos. Estoy aquí para ayudar a este equipo y a esta organización a forjar nuestro propio camino hacia el éxito".
Pero reconocer cuánta presión hay sobre el entrenador en jefe de los Lakers y vivir esa presión son dos cosas completamente diferentes.
Seis entrenadores han intentado ocupar el lugar de Jackson en los últimos 13 años. Ninguna ha durado más de tres temporadas. Darvin Ham se convirtió en el último en sufrir esa caída cuando fue despedido el viernes después de sólo dos temporadas, a pesar de un récord de 90-74 y una aparición en las finales de la Conferencia Oeste la temporada pasada.
De esos seis, dos ganaron el premio al Entrenador del Año de la NBA en trabajos posteriores: Brown con los Sacramento Kings la temporada pasada y Mike D'Antoni con los Houston Rockets en 2018, lo que sugiere que no es la calidad del entrenador lo que determina el éxito o fracaso en uno de los escenarios más importantes de la NBA.
Así es como el entrenador maneja todo lo demás que conlleva guiar la glamorosa franquicia de la NBA. La cultura de las estrellas primero. Las luces magnificadas. La historia presurizada.
Ham se destacó en eso en su primera temporada con los Lakers, manejando hábilmente la franquicia a través de la incomodidad de la era de Russell Westbrook mientras forjaba un fuerte vínculo con las superestrellas del equipo, LeBron James y Anthony Davis, y guiaba al equipo a una carrera inesperada hacia las Finales del Oeste.
Pero su mandato se desmoronó rápidamente en su segunda temporada. A James le molestó la idea de restringir sus minutos al inicio de la temporada, dijeron las fuentes, una idea que fue notablemente descartada después de solo unos pocos juegos.
A lo largo de la temporada, James, Davis y otros jugadores clave de la rotación apenas se molestaron en ocultar las críticas a los esquemas, rotaciones y ajustes en el juego de Ham.
Después del segundo juego de la derrota de la serie de primera ronda de los Lakers ante los Denver Nuggets, Davis dijo sin rodeos: "Tenemos momentos en los que no sabemos lo que estamos haciendo en ambos extremos de la cancha".
Ham le dijo a ESPN que habló con Davis en privado antes de defenderse a sí mismo y a su personal públicamente. Pero el daño ya esta hecho. Cinco noches después, James subrayó la falta de fe en Ham al patear con frustración cuando Ham se negó a utilizar el desafío de su entrenador en una jugada en la que James insistía en que ganarían.
Fueron solo dos ejemplos en una temporada de quejas apenas debajo de la superficie. Pero fueron exhibiciones excepcionalmente visibles de las estrellas más visibles del equipo y, al final, no hubo vuelta atrás.
Pat McAfee se pregunta si JJ Redick encajaría bien en la vacante de entrenador en jefe de los Lakers después de que el equipo dejara ir a Darvin Ham.
Y así comienza otro verano de deserción. La pregunta que los Lakers deben hacerse ahora es por qué y cómo regresar después de otro breve y fallido período como entrenador.
Hace años, la propietaria de los Lakers, Jeanie Buss, le dijo a ESPN que es importante encontrar un entrenador y permanecer con él el tiempo suficiente para crecer y desarrollar una identidad y un estilo de juego.
Eso fue hace varios entrenadores e innumerables reiteraciones en la plantilla. Cada contratación y despido fue diferente, pero el patrón sigue siendo el mismo.
Después de la carrera por los playoffs de la temporada pasada, el gerente general Rob Pelinka enfatizó volver a contratar a los propios agentes libres del equipo (Rui Hachimura, Austin Reaves y D'Angelo Russell) en lugar de negociar por una tercera estrella o buscar agentes libres de más alto perfil.
Los Ángeles trajo de vuelta a Ham y su personal y esperaba que aprovecharan la carrera del año pasado. Al principio parecía posible, cuando los Lakers ganaron el torneo inaugural de la temporada.
Entonces, una vez más, la temporada se deshizo. Las lesiones aumentaron. Ham modificó sus alineaciones para intentar recuperar la intensidad defensiva que había impulsado el éxito del año pasado. Pero en lugar de provocar un resurgimiento, Ham provocó resentimiento. Los jugadores empezaron a expresar sus frustraciones en público y en privado.
Con el tiempo, se hizo obvio que Ham sería quien pagaría el precio si Los Ángeles era eliminado temprano en los playoffs.
Era tan obvio que el entrenador de los Nuggets, Michael Malone, intentó hablar bien de Ham en su conferencia de prensa después de la victoria de Denver que puso fin a la serie el lunes por la noche.
"Creo que Darvin Ham es un gran entrenador", dijo Malone después del Juego 5. "Ese no es un trabajo fácil. Creo que Darvin lo hace con clase. Es un buen hombre, un buen entrenador, y le deseo todo lo mejor. Con suerte, estará allí por mucho tiempo porque se lo merece".
Cuatro días después, Ham fue despedido.
Malone había enfrentado una encrucijada similar en 2018, cuando los Nuggets perdieron el Juego 83 ante los Minnesota Timberwolves y se perdieron los playoffs. Los Nuggets estuvieron a punto de despedirlo después de la temporada, dijeron las fuentes. Pero al final el equipo decidió retroceder y darle otra oportunidad. Sin embargo, todavía les tomó dos temporadas más a Malone y Denver llegar a una final de conferencia y cinco más para ganar un campeonato.
Los Nuggets son ahora la clase de la NBA con el futuro tres veces Jugador Más Valioso, Nikola Jokic, el cuarto entrenador con más tiempo en el cargo de la NBA y un núcleo de campeonato que en su mayor parte tiene contrato por dos temporadas más. La continuidad importa. Catorce de los 17 campeonatos del equipo los ganaron tres entrenadores.
Ese tipo de paciencia y estabilidad es un lujo en la NBA. Todo el mundo se esfuerza por conseguirlo, pero muy pocas franquicias lo consiguen.
Los Lakers han intentado sin éxito encontrarlo seis veces desde que Jackson se retiró en 2011.
Todos los que han aceptado el trabajo dicen que saben en lo que se están metiendo. Desde Kobe Bryant hasta LeBron James, y todos y todo lo demás, nadie que la franquicia haya contratado ha podido resistirlo.
Antes de que los Lakers contraten a su próximo entrenador, deben descubrir por qué.