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América y Rayados siguen bajo amenaza; Chivas, el exorcista

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Arranca la Liguilla con gran expectativa: América vuelve a ser desafiado por Pachuca, Cruz Azul y Pumas no deben defraudar, Chivas se meterá al infierno y Rayados y Tigres prometen sacar chispas.


LOS ÁNGELES -- Hubo que esperar 17 jornadas. Una modorra sacudida sólo por manifestaciones gratas de América, Pachuca, Cruz Azul y Chivas, hasta la exasperación de Monterrey y Tigres, la insipidez de Toluca, y un “¿qué demonios hace aquí?” de Pumas.

Una inversión de tedio, con la esperanza de que tres rivalidades estacionales, y un clásico regio, compensen en la Liguilla la larga espera.

Al menos en la fantasía roñosa de la ilusión hay eso: que América siga titiritando ante Pachuca; que Monterrey y Tigres ofrezcan otra reyerta como la de este torneo; que Cruz Azul y Pumas recuerden que alguna vez pudo ser un derbi más caliente que calenturiento, y que Chivas y Diablos agreguen futbol a la analogía pueblerina de cuernos y patas de cabra.

Necesario recorrer la cartelera de esta Liguilla del futbol mexicano bajo el cronograma del morbo, entendiendo, también, que exquisitez no es –necesariamente--, excelsitud.

1.- DICTADOR Y REBELDE

América y Pachuca han tenido un encono extra cancha. Jesús Martínez ha pugnado y complotado para regentear al futbol mexicano, al menos desde la silla más fastuosa que gobernante, como lo es la presidencia de la FMF. Pero, Emilio Azcárraga Jean no lo ha permitido ni lo permitirá. El #TuzoGate debilitó a Martínez, quien buscó el indulto anunciando pública, pero falsamente, que dejaba de dirigir al Grupo Pachuca.

La Concachampions le dio una probadita de miel a Pachuca al humillar y eliminar al América. Tuvo una ventaja: el arbitraje –extraña, pero afortunadamente--, lustroso de la defenestrada Concacaf, no fue manipulado por la esquizofrenia de la Liga Mx.

Pero, el nuevo escenario de Liguilla ofrece una revancha al América. Herido, sobajado en las burlas de redes sociales, con el #ÓdiameMás degradado a una ufana bravuconada, y con serpenteantes rumores sobre una crisis interna de vanidades, con divas que veleidosamente se atufan hurañas con el rebozo al hombro, intentará recuperar la condición de favorito antes del derrumbamiento en el barrio concakafkiano.

El plantel de Coapa exuda superioridad. Pululan, a veces sin merecerlo, seleccionados nacionales de diferentes países, y hasta con mieles mundialistas y copas continentales. Pero, todos ellos, los Valdés, los Fidalgo, los Henry, los Quiñones, los Zendejas, y hasta la camarilla uruguaya, y los sentiditos, llorosos y frustrados aspirantes a “influencers” (Lichnovsky y Kevin el L’Oreal Álvarez), tienen deudas pendientes.

E inevitable citarlo: entre todos los jugadores del actual América, suman más títulos en sus currículums, que el promedio de edad de un Pachuca, que acusa y abusa de la bendición generosa de poner en la cancha a mocosos recién destetados del cunero hidalguense.

Guillermo Almada se ha regocijado de humillar a André Jardine. Le juega con piezas rústicas al del tablero de marfil, De ocho enfrentamientos, le ha arrebatado la majestuosa reina en cinco ocasiones, además de dos tablas.

¿Ampliará Pachuca esa hegemonía sobre América? Puede ocurrir, más allá de la absurda y extraña expulsión de Idrissi este domingo ante Necaxa, que deja a Almada sin su más culebrera bayoneta, pero, seguramente, ya encontró un reemplazo en el orfanatorio tuzo.

2.- DISTINTOS INFIERNOS

Mientras sus dos futbolistas más dispendiosos y onerosos siguen en el limbo (Javier Hernández y Víctor Guzmán), Chivas regresa a escena de Liguilla en medio de altibajos, de desconcierto táctico a través de su entrenador Fernando Gago, pero al menos ofreciendo instantes de buen futbol y por lapsos, coherencia futbolística, aunque su mayor expresión la tuvo en la visita al Estadio Azteca, al vencer ahí al América en Concachampions, que al final, no le sirvió de nada.

Enfrenta a un Toluca con el más poderoso ataque (38 goles), pero con la segunda defensiva más lastimada (23 goles) de los ocho clasificados. A pesar de la aparente generosidad ofensiva de los Diablos Rojos, sus mejores momentos fueron ante equipos de medio pelo, e incluso cuando supuestamente mejor jugaba, América lo fulmina en el Azteca, y además lo eliminó de Concachampions el humildísimo Herediano.

Y si Chivas no ha encontrado en Chicharito ni Guzmán el respaldo esperado ante la elevada inversión, Fernando Gago se las ha ingeniado para tener ese equipo ligerito, intenso por momentos, con el respaldo básicamente de dos jugadores: Fernando Beltrán y un Roberto Alvarado que vive su mejor torneo en el Rebaño, convirtiéndose en el autor genuino de la presencia del Guadalajara en fase final.

Con la tercera mejor defensa de los clasificados, en una doble jornada de genuina intensidad y funcionamiento, Chivas debe aparecer como favorito, porque al final, en la Tabla General, el Rebaño se ve en desventaja por sólo un punto, aunque, ya en fase de Liguilla, Fernando Gago no puede tener esos arranques de audacia suicida, y menos ante un equipo de respuesta ofensiva, como Toluca.

3.- MILLONARIOS Y ENDEUDADOS

Rayados sigue acumulando dudas y deudas. Su fracaso en Concachampions, sus titubeos en la Liga y las taras y los traumas de Fernando Ortiz en fases definitivas y definitorias, deberían llevarlo a la contrición y arrepentimiento, y convertirlo en un equipo peligroso porque en un ataque de dignidad, orgullo y revancha, debería estar a la altura de su nómina y de su inversión.

Pero --y eso Tigres lo sabe--, lo único seguro de Rayados es que no tiene palabra de honor. Está muy lejos de levantar miedo y casi ha dejado un ambiente propicio para que le falten al respeto.

Repasar el plantel rayado es una ociosidad. Y versiones crecen: un grupo de buenos jugadores que se han contagiado de la ansiedad, los titubeos, las confusiones de su propio entrenador, hasta llegar a la incertidumbre.

Tigres en cambio, más repuesto y relajado emocionalmente, sabe que tiene enfrente un adversario vapuleado competitiva y moralmente, sin un líder visible y vigente para comandar un resurgimiento, porque además Monterrey está más propenso al conflicto interno, como los manotazos entre Maxi Meza y Stefan Medina.

Tigres llega de un receso físico y mental, ya dejado atrás el zafarrancho psicótico de Nahuel Guzmán y su neurótico láser juguetón, cerró con 12 goles en tres partidos el torneo, con el Gignac eterno, y un armazón sólido como el clan de Pizarro, Carioca y Gorriarán, más el talento de Brunetta. Sí parece que el peregrinar de Rayados llegará a su fin el próximo sábado y, nuevamente, en su propio estadio, que lejos de convertirse en templo de sus glorias, ha sido el fastuoso mausoleo de sus ilusiones.

4.- UN DERBI APAGADO

Ya no hay entre ellos esa pugna de otrora, cuando incluso se le quería etiquetar como rivalidad rayana en un derby capitalino. De momento, ni a Cruz Azul ni a Pumas les alcanza la expectación para levantar conflagraciones pasionales.

Recientemente, en la víspera de su rompimiento al ayuno de títulos, los Pumas de Andrés Lillini propinaron tremenda revolcada en una de las Cruzazuleadas más ridículas de la historia. De un 4-0 en la Ida a un 0-4 en la Vuelta, y La Máquina se quedó en la orilla de la Final.

Hoy son tiempos distintos y nombres distintos. Vestigios quedan de aquello. Pero, sin duda, Cruz Azul pasa por mejor momento, con un cuadro más sólido, mejor manejado, con una espina dorsal veterana, que le coloca como favorito, además de la ductilidad para recambios tácticos directos en el momento necesario.

Pumas, en cambio, más allá de que César Huerta sigue siendo su figura, pero a veces más en esfuerzo individual que en una manifestación colectiva, el equipo se muestra bisoño, ingenuo y hasta desangelado, confirmando la increíble torpeza de que a su directiva le impusiera de sucesor a su propio auxiliar, después de que el Turco Mohamed tiró la chamba –una vez más-- súbitamente.

Todo indicaría que Tuzos, Chivas, Tigres y Cruz Azul serían los sobrevivientes en la ruta a Semifinales.