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Sacramento y un enigma llamado DeMarcus Cousins

Los Sacramento Kings en verdad solían ser la realeza de la NBA. Quizás los Lakers de Kobe y Shaq nunca los dejaron ocupar el trono de la NBA, pero ellos ganaron al menos 50 juegos en la temporada regular cada año entre el 2000 y 2005 y llegaron a las Finales de la Conferencia Oeste en el 2002 de la mano de Mike Bibby, Doug Christie, Peja Stojakovic, Chris Webber y Vlade Divac. Ese equipo lo tenía todo, era una verdadera constelación de estrellas que jugaban con el único propósito de salir campeones.

Si nos adelantamos una década, el básquetbol en Sacramento ha quedado en ruinas y bajo constante amenaza de abandono. Los Kings no solo posiblemente estén por aumentar su nefasta racha de temporadas consecutivas sin clasificar a los playoffs a diez al hilo, sino que ellos no acumulan más de 29 victorias en una misma campaña desde el 2007.

Su única esperanza, su estrella más brillante en la oscuridad, es DeMarcus Cousins. El problema es que Cousins en realidad es una supernova que siempre ha estado más lista para explotar en vez de iluminar el camino de sus compañeros.

TAN LEJOS, PERO TAN CERCA, DE LA GLORIA

Cousins fue la quinta selección de Sacramento en el Draft del 2010 proveniente de la fábrica de genios precoces del básquetbol llamada la Universidad de Kentucky. Seis años después, los frutos de esa inversión se traducen en 24, 22, 28, 28 y 29 victorias en cada temporada regular desde entonces y una marca de 23-31 en la actual.

Los Kings están a cuatro juegos de distancia del último cupo a los playoffs con 28 por jugar y cuentan con el cuarto máximo anotador de la liga en Cousins, quien promedia 27 puntos por partido. Ningún otro ala pivot o pivot de la NBA lo supera en ese rubro.

Cousins también es el quinto máximo rebotero de la NBA con 11,3 por encuentro. Es más, todo parece indicar que él terminará promediando un doble-doble y superando su media de puntos por encuentro por tercer temporada consecutiva.

Sin embargo, casi nadie siquiera en su propia ciudad cree que Cousins posea la madurez necesaria para acallar las dudas que lo rodean tanto a él como a su franquicia.

¿Pero por qué no pueden dar el salto de calidad? ¿Por qué un jugador como Cousins no puede emular a lo que LeBron James hizo durante su primera etapa en Cleveland o Dirk Nowitzki está logrando hoy en día en Dallas y guiar a sus compañeros a un nivel superior?

La respuesta es simple: Los números cuentan parte de la historia, pero el éxito en conjunto no es una ciencia exacta. Por algo se lo llegó a considerar como posible parte de un canje este mes.

Llamémoslo el "Efecto Kevin Love".

EL EFECTO KEVIN LOVE

Dejemos de lado los constantes conflictos de Cousins con sus entrenadores pasados y actuales y concentrémonos en lo que él ofrece dentro de la zona pintada.

Hay ciertos jugadores capaces de lidiar con el peso del mundo entero en sus hombros y no solo lo soportan, sino que elevan el nivel de todos a su alrededor como resultado de ello. Desde Magic Johnson y Michael Jordan a LeBron James y Kobe Bryant pasando por Nowitzki, Tim Duncan y Stephen Curry en la actualidad, esos son próceres de la NBA.

Luego están los que son capaces de lidiar con esa responsabilidad pero solo para sus propios propósitos. Me refiero a Cousins, al mismo Love y a otros grandes jugadores sin estirpe de líderes como Joe Johnson y Deron Williams y, en menor medida, Anthony Davis.

Todos ellos son capaces de conseguir estadísticas dignas de videojuegos, pero necesitan verse acompañados por aliados que sean igual de buenos o idealmente mejores que ellos para que el equipo llegue a otro nivel como grupo.

Los Kings dependen tanto de Cousins que el balón pasa por sus manos a niveles históricos para un pivot, pero él está promediando 27,3 puntos y 11,3 rebotes por partidos con tres juegos en los que anotó 30 puntos o más durante el mes de febrero mientras su franquicia cuenta con una marca de 3-4 con él en la cancha.

Lo mismo sucedió en enero. 31,5 puntos y 12,9 rebotes son promedios geniales, pero los Kings fueron ordinarios aquel mes con ocho victorias y siete derrotas. Cousins anotó 56 puntos contra los Charlotte Hornets el 25 de enero y aun así su equipo perdió por 129-128.

No es que todo sea su culpa, la responsabilidad en Sacramento va mucho más allá, pero seguir insistiendo con que Cousins puede ser la llave del éxito en la capital californiana es un argumento fallido a esta altura.