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Celtics vs. Hawks y la batalla de los estrategas

En ocasiones, es necesario el fracaso para el éxito futuro. Brad Stevens es un auténtico estudioso del juego y uno de los entrenadores que más al día están en cuanto a ciencia deportiva y los últimos avances para maximizar el rendimiento de sus jugadores. Los resultados de su trabajo se vieron en la evolución de Butler a principios de esta década y desde el 2013 con los Boston Celtics.

Con una plantilla limitada por las bajas de Avery Bradley Kelly Olynyk , su pasión y sus tablas como coach han tenido la recompensa de una clasificación para la postemporada en la que, dicho sea de paso, fue clave el cierre de campaña.

La sorpresiva victoria que tambaleó levemente la excelencia de Golden State Warriors fue la bocanada de oxígeno menos esperada del año. Nadie en los Celtics soñó si quiera con el triunfo ante los Stephen Curry y compañía, y el éxtasis final llegó por sorpresa. Su quinta posición en la Conferencia Este con un balance de 48 victorias supuso la mayor renta de Stevens desde que recaló en el equipo y en la liga en 2013.

Sin embargo, el conjunto va camino de repetir una salida de los playoffs por la vía del cloroformo, tal y como sucedió contra Cleveland Cavaliers el año pasado, y hay detalles que hablan por sí solos. El ridículo inicio en el primer cuarto del Juego 2 ante los Hawks en el que los Celtics tan solo anotaron siete puntos es una mera cuestión de intensidad. Es imperdonable que en unos playoffs un equipo no sea capaz de salir con el nervio suficiente como para al menos comenzar con el encuentro con algo de orgullo. Los Hawks les dieron una lección defensiva y de juego perimetral que les hizo agarrar las riendas de principio a fin. La responsabilidad es individual a la hora de salir conectados a un juego, que los jugadores ya son mayorcitos para ello -y sus cuentas corrientes lo avalan- pero el coach debe saber leer en qué estado están los suyos y actuar en consecuencia.

Bloqueada la ofensiva verde

Intentó reducir el golpe de los Hawks sustituyendo a un Marcus Smart desbordado por R.J. Hunter justo antes del primer tiempo muerto. En el parón volvió a introducir a Smart (habían pasado pocos segundos) cuando en dos minutos ya iban perdiendo por una diferencia de nueve puntos no la entrada de Evan Turner por Amir Johnson ni de Terry Rozier por Smart de nuevo, ni las otras tres sustituciones de los primeros 12 minutos surtieron efecto (ocho en total por seis de sus rivales). Y así, con un balance de 21 de 23 lanzamientos a canasta frenados, ninguna anotación de sus seis intentos en las penetraciones, 1 de 12 en tiros en la zona y con cinco intentos bloqueados, los Celtics bailaron al compás de sus rivales.

En contraste, Mike Budenholzer, entrenador de los Hawks, sabe leer a la perfección los partidos de playoffs por experiencia y cultura. Asistente de Gregg Popovich durante los cuatro anillos logrados por San Antonio Spurs desde 1999 hasta 2007, el que fue Coach del Año en 2015 le dio una lección a Stevens en estrategia, dinámica e intensidad. Las diferencias en ambos planteles reside en varios aspectos y uno de ellos es el orgánico movimiento de balón y capacidad para abrir el juego que Budenholzer heredó de su maestro Pop. Supo darle a sus jugadores la intensidad necesaria y el resto fue coser y cantar.

Kyle Korver se erigió como el elemento diferenciador después de un Juego 1 en el que falló siete triples (todos) y donde en tiros de campo alcanzó 1 de 10. Se rehízo en el Juego 2 y llegó a los 5 de 7 desde el perímetro. Budenholzer le volvió a dar la batuta desde el perímetro aunque no tuviera su noche durante el fin de semana. Todo salió bien, Smart se vio desquiciado y Stevens no supo qué hacer.

La diferencia en esta serie reside principalmente en los estrategas, en el joven que deberá buscar soluciones rápidas y el experto que sabe perfectamente lo que tiene que hacer.

A Stevens le falta experiencia en las lides de los playoffs, y eso se nota. Lo que ha logrado hacer con unos Celtics en plena transición es digno de valorar, pero aún tiene que crecer bajo las luces de la postemporada.

Para que Boston Celtics remonte la serie ante Atlanta Hawks deberían producirse varios factores: que los inicios tengan la intensidad adecuada, que se active la defensa en el perímetro, que haya más fluidez ofensiva, que regresen antes de que sea demasiado tarde Avery Bradley y Kelly Olynyk, que Isaiah Thomas de un paso al frente con más autoridad. Todas esas razones están marcando el devenir de la franquicia con más campeonatos de la NBA en la historia de la NBA, pero hay un factor que no se puede pasar por alto: la experiencia de sus estrategas.