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Brian Cashman apoya a jugadores, staff y coaches de Yankees que protesten arrodillados

WASHINGTON -- Brian Cashman, gerente general de los New York Yankees, dijo que apoya el derecho de los jugadores a expresarse en solidaridad con la comunidad afroamericana.

“Esa es una manifestación de dónde está nuestro país. Nuestro país, en muchas formas, es el más gran del mundo y en algunas formas está descompuesto”, dijo Cashman al hablar sobre las protestas del movimiento Black Lives Matter antes del Día Inaugural en videoconferencia. “No estamos unidos ni somos todos uno como debería ser y por eso es que vemos protestas como la de arrodillarse durante el himno.

“Parte de nuestra comunidad está lastimada. No debería ser así y esa comunidad ha sido ignorada por un largo periodo”, agregó.

El lunes pasado, el manager de los San Francisco Giants, Gabe Kapler, se convirtió en el primer coach en las Mayores que se arrodilla durante la ceremonia del himno, al hacerlo junto a varios de sus jugadores antes del duelo de exhibición ante los Oakland Athletics, como una forma de expresarse contra la injusticia racial.

En 2017, el ex catcher de los A’s, Bruce Maxwell, se convirtió en el primer pelotero de Grandes Ligas que se arrodilló.

Cashman dijo que apoyaría de cualquier forma a cualquier Yankee que decidiera arrodillarse.

“Lo grandioso de Estados Unidos es que hay diferentes formas de expresarse y diferentes plataformas que se puedne usar para expresarse y en algunos casos, sucede que eso sucede durante el himno. Apoyo la expresión de la habilidad que tiene alguien para protestar de la forma que lo considere”, recalcó.

Cashman, quien es gerente general de los Yankees desde 1998, añadió que el equipo ha tenido dificultades para tener discusiones internas sobre cómo promover el cambio social.

De acuerdo a un empleado de los Yankees, además de instructores invitados, el equipo sólo tiene dos coaches afroamericanos: Mike Harkey, coach de bullpen, y Marcus Thames, coach de bateo, ambos a nivel de Grandes Ligas.

“Platiqué con varios empleados afroamericanos, en nuestro staff de coacheo de Grandes Ligas y gente de rango en nuestra administración. Nos reunimos con varios peloteros afroamericanos de ligas menores y realmente comenzamos las conversaciones para tener idea de cómo les va, qué se puede hacer mejor y cómo podemos ser parte de un cambio positivo”, explicó Cashman. “Fueron pláticas muy difíciles, con historias personales que se compartieron.

“Durante las conversaciones con los jugadores de ligas menores, por el racismo sistemático, se puede malinterpretar que estés, por ejemplo, dividido en grupos de bateo, y quizá nuestros jugadores afroamericanos creen que se les separa por el tono de su piel, cuando no era el caso. Fue un diálogo realmente sano.

“Hay conversaciones personales también, como, por ejemplo, con mi hija Grace. Cuando le enseñaba a manejar, no tengo esa charla extra, no tengo que enseñarle sobre qué hacer cuando frena o cómo actuar de cierta forma, pero otras personas con las que trabajo y que son afroamericanas tienen una conversación distinta y escuchar que hay un paso extra que alguien, a quien aprecio mucho, debe dar como padre, es muy difícil de escuchar. Siempre intento de predicar y crear una cultura en el sentido de que si tienes una sugerencia o hay algo que podamos hacer mejor, este sea un ambiente seguro en el que sientas la libertad de compartir algo, compartirlo y discutirlo para encontrar una forma de mejorar”, concluyó Cashman.