Serena Williams
Getty ImagesA los 31 años, Serena Williams logró su 17º título de Grand Slam

BUENOS AIRES -- Creo que esta final del US Open 2013, además de un gran tenis, nos dejó una lección para todos los que amamos este deporte, y una demostración más de lo difícil que es practicarlo y competir a un gran nivel. Serena Williams ya tiene 17 Grand Slams en su casa, pero todos pudimos ver los nervios y la tensión de la N° 1 del mundo para cerrar el partido cuando sacó 5-4 en el segundo set. Pero, sobre todo, cuando sacó 6-5 con viento en contra (ahora les explicaré para los que no juegan con mucha frecuencia el por qué).

Antes de entrar en el análisis del partido y de la final, que fue espectacular, me gustaría destacar lo que consiguió Serena a lo largo de su carrera, y ojo porque está en su mejor momento y ella lo sabe, tiene 31 años, pero hace un año y medio que cambió su dieta, viaja con una cocinera y, aunque no lo diga, porque no quiere dar ventajas tampoco en ese sentido, se siente físicamente mejor que nunca y está enfocada en seguir haciendo historia. Para que se hagan una idea de lo que es esta genia del tenis, ya tiene la misma cantidad de Grand Slams y de US Open (5) que Roger Federer.

Sé que algunos van a querer hacer comparaciones, pero para mí cualquier intento de comparar a estos dos grandes deportistas es absurdo. Federer ganó finales de Grand Slam contra grandes campeones, pero también contra grandes jugadores que no necesariamente eran grandes campeones. Lo mismo sucede con Serena, quien le ganó en ocasiones a muy buenas jugadoras, y en otras a grandes campeonas como Henin, Sharapova, Venus o Azarenka.

Volviendo a la final, me pareció un partidazo, y hay que felicitar también a Azarenka, porque siempre la exige el máximo a Serena (venía de ganarle en la final de Cincinnati) y brindaron un muy buen espectáculo, que siempre se agradece. Creo que las dos fueron muy agresivas, ambas se conocen muy bien y saben que tener el dominio del punto les da grandes posibilidades de ganarlo. Asi que fue "palo y palo", como se suele decir en el mundo del tenis y la verdad que ambas demostraron un gran nivel físico y tenístico.

Las mayores dificultades las sufrieron tanto Serena como Victoria cuando sacaban con viento a favor. Ya saben que cuando uno saca con viento a favor el cuadro del saque cada vez "se te hace mas pequeño" y comienzan las dobles faltas y también hay que acelerar muchísimo desde el fondo de la cancha porque sino la pelota se te va larga. Y algo que suele ser fatal es tratar de cuidarla y bajar la aceleración, porque ahí si que es imposible meterla, y más si del otro lado hay una jugadora super agresiva que le pega con todo, porque es consciente de que con el viento en contra es muy difícil que la pelota se le vaya larga.

El primer set fue muy parejo, y Serena tuvo un par de chances de quiebre más que Victoria, pero fue más efectiva la bielorrusa, que aprovechó la única chance de break-point que tuvo, así que Serena tuvo que sufrir para ganarlo. En el segundo set, que fue muy parecido al primero, se vivió un momento de muchísima tensión en el box de Serena cuando sacó por primera vez para el partido con 5-4 y no pudo cerrarlo, pero es cierto que en ese game sacó con viento a favor, con las dificultades que eso suponía y que les expliqué recién. Así que de alguna forma era un game difícil y no resultó tan extraño que Azarenka le quebrara.

Cuando sí saltaron todas las alarmas y hasta la propia Serena se mostró desesperada, fue cuando sacó también para cerrar el partido 6-5 con viento en contra. Estuvo muy nerviosa, dejó de pasar la mano, perdió agresividad y Azarenka, que es una guerrera, no dudó en llevarse el segundo set en el tie-break.

En el cambio de lado para comenzar el tercer set, Serena descargó toda la bronca y demostró por enésima vez la gran campeona que es, dándole vuelta a una situación anímica dificilísima en un escenario apabullante y con una gran jugadora enfrente. Todos halagos que se quedan cortos porque, como ya vengo diciendo algunos años, esta jugadora es para mí una de las mejores de todos los tiempos por su juego, y cada año más, también por sus títulos.

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BUENOS AIRES -- Espectacular el nivel de Serena en estas semis, y en lo que va de torneo en Nueva York. Creo que de las cuatro semifinalistas ella fue claramente la más fuerte tanto física como psicológicamente. Está a un partido de sumar otro Grand Slam con más de 30 años y para mí se encuentra en el mejor momento de su larga carrera deportiva. Si gana este US Open alcanzaría su 17° título de Grand Slam e igualaría a Roger Federer, el otro genio treintañero de esta generación tenística difícilmente repetible.

Serena Williams
APSerena Williams derrotó a Na Li en las semifinales del Abierto de Estados Unidos

En cuanto a las otras tres semifinalistas, destacaría a Na Li, que, a pesar de perder contra una Serena intratable, tuvo un nivel altísimo en todo el torneo. Ya saben que la china es una de mis jugadoras favoritas en el circuito, y que si bien no tiene la consistencia, la regularidad y la solidez de Serena, Venus, Clijsters, Henin y otras grandes de la última década, tiene una técnica y un estilo de juego que a mí me encanta. Buen torneo para ella, que en el comienzo del partido no pudo aprovechar ninguno de los game points que tuvo tanto con su saque como con el de Serena y eso le rompió un poco el esquema de juego y la concentración. De haber jugado la otra semifinal hubiese tenido muchas posibilidades de llegar a la final, pero está claro que el nivel de Serena hoy por hoy es superior al de las demás.

Azarenka por su lado tenía la semifinal más "accesible" y eso le produjo cierto nerviosismo sabiendo que si no ganaba iba a ser por no estar al nivel que acostumbra. Creo que Flavia Pennetta finalmente, después de muchas oportunidades, pudo demostrar la clase de tenista que es y aprovechó un cuadro complicado pero con rivales que no le hacían tanto daño a su juego. En años anteriores tuvo buenos sorteos para estar en cuartos o semis de Grand Slams, pero siempre perdía en esos partidos contra oponentes que jugaba de igual a igual. Así lo reconoció ella misma en declaraciones tras su victoria en cuartos de final, donde dijo sentirse satisfecha y, de alguna forma, liberada por haber podido alcanzar las instancias finales de un Major después de varios intentos frustrados con "buenos" partidos, como por ejemplo en Roland Garros 2010 cuando perdió contra Francesca Schiavone (de un nivel muy similar al de ella), quien finalmente ganó el torneo.

Acá, en Nueva York y cuando ya casi parecía que su carrera estaba por finalizar, jugó a su máximo nivel y cuajó su mejor resultado en un Gran Slam, pero no tuvo chances contra Azarenka, una de esas jugadoras consolidada que está un escalón por encima del tenis que puede ofrecer Flavia.

Para la final sólo queda una esperanza: que Azarenka pudo ganarle 7-6 en el tercero a Serena hace unas pocas semanas en Cincinnati. Si bien la norteamericana es la gran favorita por juego y experiencia, podría sufrir por momentos los nervios de ganar "en casa". Una cosa está clara: para que no suceda lo esperado, Serena tiene que bajar un poco el nivel de hoy y Azarenka subirlo hasta su mejor versión.

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Roger Federer
Getty ImagesRoger Federer, a punto de cumplir 32 años, atraviesa un momento muy complicado

BUENOS AIRES -- Sin duda, Roger Federer está pasando por una de las situaciones más difíciles de su carrera deportiva, al menos desde que forma parte de los 10 mejores del mundo, hace ya más de 10 años.

No suelo mirar mucho las estadísticas, pero sé que Roger es muy estudioso y conoce casi todos los datos tanto de él como de sus rivales, y seguramente es consciente de que hacía muchos años que no tardaba tantos meses en ganar su primer título de la temporada como le ocurrió en este 2013, cuando recién en Halle, en su primer torneo sobre pasto, consiguió una dosis de confianza que lo llevara a Wimbledon, su torneo preferido, y el que lo vio triunfar y lo convirtió en el mejor de todos los tiempos, con alguna opción real de ganarle a Djokovic, Nadal o Murray.

Todos los que disfrutamos de las victorias de Roger nos ilusionamos cuando vimos que Nadal perdía en la primera ronda, teniendo en cuenta las dudas con las que iba a llegar Murray, que no había jugado en París, los grandes aspirantes iban a ser Roger y Djokovic, pero el suizo perdió contra Stakhovsky, fuera del top 100, en una de las derrotas más dolorosas que tuvo en la Catedral.

A partir de ahí llegaron las reflexiones y los planteamientos para tratar de enderezar el rumbo en una temporada a la que sólo le quedaba un Grand Slam, el US Open. Todos sabemos que el gran objetivo del suizo es seguir sumando títulos de Grand Slam para agrandar su leyenda, y para ponérselo lo mas difícil posible a jugadores como Djokovic o Nadal, que si bien están lejos de la marca de grandes torneos de Roger podrían seguir ganando en los próximos años, pero sobre todo Nadal, que ya tiene 12.

Para lograr ese objetivo de seguir sumando Grand Slams, el suizo consideró que necesitaba cambios y, en especial, confianza. Confianza, confianza y confianza en sí mismo y en que todavía puede conseguir la regularidad necesaria para ganar 7 partidos seguidos. En busca de esa confianza fue a los dos últimos torneos sobre polvo de ladrillo que jugó en Europa, pero la situación empeoró aún más.

Por un lado, buscó algo que me parece muy sensato, y es actualizar su raqueta. Roger supo ver que la herramienta de sus rivales tiene un aro con más superficie, lo que les permite que su pelota corra más, y lo cierto es que algunos ya lo superan en velocidad hace tiempo, y además el ya no puede permitirse correr como lo hacía hace 5 o 6 años. De hecho, creo que esa es la otra gran cuenta pendiente del suizo, ponerse al 100% físicamente, y para eso tiene que superar estas lesiones que no parecen graves pero sin duda lo limitan y no lo hacen jugar cómodo o seguro de sí mismo.

Tenemos que considerar que Federer no es un jugador acostumbrado a las lesiones, y menos a competir con ellas. Su físico y su patrón de juego le permitieron durante muchos años jugar sin lesionarse, al menos grandes lesiones, pero ahora, después de tantos años en la elite, empieza a asomarse el fantasma de la espalda y los dolores en la zona lumbar, que le impiden jugar con comodidad.

Si alguien tiene todo el crédito para que no lo demos por vencido, es el suizo. Para mí, y soy una fanática de Sampras, es Federer el mejor de todos los tiempos. Hace dos años lo dieron casi por retirado y alejado definitivamente del N° 1 del mundo, pero en ese momento apareció de nuevo la calidad y la capacidad inigualable de este genio y volvió a mostrar su mejor versión.

La pregunta en estos momentos es si jugará o no el US Open en caso de que no se sienta con opciones de ganar el título. Por una parte, sería algo sensato tratar de recuperarse de su lesión y afrontar el Masters de fin de año y la gira australiana de 2014 sin molestias, pero por otra seguramente sería muy difícil para él encontrar la motivación necesaria para seguir entrenando cada día al 100% sin jugar un Grand Slam durante 6 o 7 meses.

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