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Minuto BarrilRiver, hora de parar la sangría

BUENOS AIRES -- Inconcientemente, o no, en las semanas previas a la promoción contra Belgrano de Córdoba, mencionamos razones que llevaron al equipo millonario a esta situación. Y esos mismos fundamentos, más algunos otros pueden citarse hoy tras el descenso consumado.

Sólo que ahora el gigantesco mundo River sintomatiza un resultado decepcionante para su ostentosa historia. Con la injustficable y repudiable violencia, con las lógicas lágrimas de sus hinchas y jugadores y con la necesaria mención de los responsables--culpables. Y en este sentido resulta casi amateur de nuestra parte adjudicar este golpe a los errores de Carrizo, la falta de gol de los delanteros y hasta la insólita formación presentada en Córdoba en el partido de ida, por citar solo algunos ejemplos.

River no perdió la categoría por esta última serie de partidos sin ganar. Ni siquiera completan la explicación las últimas tres temporadas que refleja el promedio. El deterioro se inició mucho antes. Y la desembocadura de sus consecuencias se produjo el 26 de junio de 2011, 15 años después de aquella Copa Libertadores lograda en un Monumental tan poblado como este domingo.

En todo caso, si algo se le puede achacar a Daniel Passarella es la incapacidad de poner en práctica un operativo salvataje. Solo se pensó en no gastar, lo que ocasionó no ganar. O hacerlo muy poco.

Para la anécdota queda el muy buen partido del equipo de JJ López ante el del ruso Zielinski en Nuñez. Paradoja, ironías del destino. Justo en estos 90 minutos River se mereció el resultado que fue a buscar. Hizo el gol temprano, generó otras múltiples situaciones para anotar, no le cobraron un claro penal en un momento en el que, de convertirlo, le hubiese dado la tranquilidad de llegar al objetivo. Pero el árbitro Pezzotta se equivocó. El millonario estuvo concentrado en la marca, jugó con el alma y hasta pudo, con el partido 1 a 1, acceder a una pena Máxima. Y ahí nos quedamos. Pero no porque Olave se lo atajó a Pavone. Sino porque no se puede reclamar justicia en 90 minutos cuando la última década fue injusta con River. Fueron casi 10 de los 110 años de un Gigante. ¿No será tiempo de ponerle punto final?