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Vergara acepta: renovarse para no morir

Jorge Vergara tiene plena confianza en que Chivas será campeón de la Liguilla Mexsports

LOS ÁNGELES -- Sostenía Voltaire que "la demencia y la estulticia son enfermedades extraordinarias; no son los enfermos los que sufren por ellas, sino los demás".

Jorge Vergara sostiene que su equipo, Chivas, será animador sustancial de la Liguilla y que será campeón, no que aspire, no que pueda, no que quiera, no, lo cita como un hecho inevitable. Y gran parte de la afición rojiblanca lo ovaciona.

Partiendo de esa aseveración hay que ir a otra, que establece como compromiso, conforme claro, a la fe, la confianza, la certeza, las dudas o el desdén con que se tome esa profecía de que el Guadalajara será campeón del Apertura 2012.

Cierto: el dueño del Rebaño, no quiere, no debe, no puede y no sabe decir otra cosa. Ese positivismo temerario lo ha hecho un triunfador como empresario, pero en el futbol lo ha llevado a tropezones que, como decía Voltaire, sufren más los aficionados que él mismo.

Vergara ahora aseguró que remozará a Chivas y asegura que hay dinero, intenciones y orientación para invertirlo en los refuerzos que demande el equipo.

Deberán ser mejor que los refuerzos recientes del Guadalajara. Sumando los minutos de Luis Pérez y Rafael Márquez Lugo, no igualan los minutos jugados, por ejemplo de Luis Michel y de Pato Araujo.

Cierto: Luisito –siempre Luisito- Pérez quedó en deuda. La noche con la complicidad de un directivo le permitió beber las copas que no podrá levantar con el Rebaño.

A Rafael Márquez Lugo las lesiones y castigos lo dejaron a la mitad de la meta, lo dejaron como mero remedo de ser el remedio como el goleador que requería el equipo.

Vergara pretende ser claro: hay jugadores que ya no pueden dar más a Chivas. Que recibieron oportunidades y no las aprovecharon, o a quienes ya se les venció el ciclo.

"Un Chivas totalmente distinto, nuevo", dijo Vergara durante en entrevista con David Faitelson para NaciónESPN.

Vergara da su respaldo a los holandeses. De hecho no sólo les ha entregado su doncella tapatía, sino además entrega su damisela angelina en manos de la Tribu Cruyff. Chivas y Chivas USA son ahora parte de las obligaciones del holandés.

Una institutriz de lujo consigue Vergara para sus dos hijastras.

Lo cierto es que el dueño de Chivas sabe de la urgencia de ver resultados, pero esa celeridad, ese tono expedito de sus declaraciones no tiene eco en la parsimonia silenciosa de los holandeses.

Johan Cruyff está convencido de que Roma no se hizo en un día. Y con base en las promesas, a Jorge Vergara parece no importarle que Roma (un título) se haga en un día, aunque se desmorone al día siguiente.

Recordemos algo: en charla con Raza Deportiva de ESPNDeportes Radio, Vergara aseguró que no se ofrecerían primas a los jugadores por ir a la Liguilla y conseguir el título, una información que se había manejado ahí mismo semanas antes.

Un día después de que Vergara lo negó, salió Héctor Reynoso en conferencia de prensa a decir que "por primera vez en diez años vamos a recibir premios".

Cierto, es un absurdo. En el futbol mexicano se les paga a los jugadores sueldos exorbitantes por perder, sólo por perder, y por eso es necesario que luego sus directivos bobalicones y timoratos, les ofrezcan primas y premios por empatar o por ganar.

Es decir, les pagan por el fracaso y los estimulan para llegar a la victoria, que debería ser un compromiso natural de su profesión.

Y recordemos: en esa misma charla, Vergara dijo que Maza Rodríguez no interesaba a Chivas, mientras que la gente y el agente del defensa del Stuttgart ya buscan nueva vivienda en Guadalajara.

¿A quién creerle? ¿Acaso al que asegura hacer cosas diferentes a las que finalmente hace? ¿Al mismo que duplicó el precio de los boletos para La Liguilla cuando dijo que no lo haría?

En esa misma entrevista se le dijo a Vergara que él era el peor enemigo de Chivas, al ofrecer, a sus seguidores acongojados y compungidos, conquistas para las que no estaba preparado su equipo. Lo negó.

Lo importante al final es que, de cumplir su promesa de remozar a Chivas, es que Vergara ha entendido que le llegó el momento culminante: debe renovarse para no morir.