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Contratos para el olvido

Los Vigilantes de Texas acaban de darle un contrato de superestrella a un pelotero simplemente mejor que la media.

Siete años y 130 millones de dólares para el coreano Shin-Soo Choo, a un promedio de 18.5 por temporada, parece demasiado dinero para alguien sin las herramientas necesarias para justificar su salario.

Pero de esos convenios está lleno el béisbol, gracias a la bonanza económica que viven las Grandes Ligas, que hace a muchos dueños y gerentes generales gastar la plata a tontas y locas, aunque más temprano que tarde terminen lamentándolo.

Los Yankees de Nueva York son veteranos en esto de gastar a manos llenas en las personas indebidas o por un plazo equivocado.

Ahí está el caso de Alex Rodríguez, a quien le dieron un pacto por diez campañas y 275 millones que a estas alturas el equipo no sabe cómo salir de él.

Carl Pavano fue otro que le robó el dinero a los Yankees a mano armada: 38 millones en cuatro años, en los que apenas aportó nueve victorias, con efectividad de 5.00 y que incluso fue cuestionada su disposición de trabajo por su colega Mike Mussina.

Costo por victoria: 4.22 millones.

¿Y qué decir de Roger Clemens en su papel de salvador del equipo en el 2007? Fueron 17.8 millones por 18 aperturas (6-6 y 4.18), casi a un millón por salida a la lomita.

Otros contratos que han sido pérdida total en la última década son los de Barry Zito con los Gigantes de San Francisco, Ryan Howard con los Filis de Filadelfia o Jayson Werth con los Nacionales de Washington.

Zito se embolsilló 119 millones entre en 2007 y el 2013, lapso en el cual tuvo una sola campaña positiva en cuanto al balance de victorias y derrotas.

En total, a su paso por San Francisco dejó 63 triunfos, 80 derrotas y elevada efectividad de 4.62. Fue tan mediocre en su estancia con los Gigantes que en ocasiones el manager Bruce Bochy tuvo que sacarlo de la rotación abridora y enviarlo al bullpen.

El costo de cada victoria de Zito fue de 1.88 millones.

Por su parte, Howard firmó antes del 2012 una extensión con los Filis por cinco temporadas y 125 millones.

Ya se fueron las dos primeras campañas del contrato y en ambas se ha perdido más de la mitad del calendario debido a lesiones, en tanto sus números de jonrones y carreras impulsadas han ido en continuo declive.

En el caso de Werth, los Nacionales sorprendieron con ese contratazo de 126 millones por siete contiendas para un pelotero que ya tenía entonces 32 años y al igual que Shin Soo Choo, estaba por encima de la media, sin llegar a la categoría de estrella.

Fracaso total: no se le pagan 18 millones a un bateador que promedie 16 vuelacercas y 57 remolcadas por año.

Por supuesto, los jugadores no son culpables. ¿Quién se molestaría por ser sobrevalorado por sus empleadores?

La responsabilidad total es de los propietarios, que siguen abriendo sus billeteras, como Arte Moreno, con su regalo de 240 millones por diez campañas para Albert Pujols, que desde el primer día ha sido un fracaso rotundo con los Angelinos, luego de una brillantísima trayectoria con los Cardenales de San Luis.

El propio Moreno se fue con pelota mala con Josh Hamilton y Vernon Wells, con sendos contratos de 125 millones y cinco años y 126 millones y siete, respectivamente, cuyos dividendos han sido en números rojos, en discordancia con sus elevados salarios.

Pero el dueño de los Angelinos no parece haber aprendido la lección y si lo de Pujols, Hamilton y Wells parecen de locura, prepárense para lo que viene, pues ya se habla de una extensión contractual para Mike Trout por 12 años y 400 millones de dólares.