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Víctor Mesa: O se le ama o se le odia

Víctor Mesa es, sin dejar espacio a discusión, el mejor pelotero que se haya enfundado jamás un uniforme del equipo Villa Clara.

A sus extraordinarias condiciones naturales para jugar el béisbol, Mesa unió una entrega sin par cada día de sus 19 años de carrera y un histrionismo exagerado que lo convirtieron en un espectáculo al que nadie podía asistir impasible.

"La Explosión Naranja", "El Loco" y "El Payaso" fueron algunos de los sobrenombres que archivó a su paso por los certámenes cubanos.

En 6,834 turnos al bate disparó 2,171 imparables, para un average de .318 de por vida, con 273 cuadrangulares y 1,171 carreras impulsadas.

Fue un artífice del robo de bases, al estafar 588 almohadillas, incluido el home en varias ocasiones.

A Víctor Mesa se le amaba o se le odiaba, pero era imposible ignorar a uno de los más sensacionales peloteros que dio la isla en los últimos 50 años.

Sin embargo, una cosa es con guitarra y otra con violín y no siempre, o casi nunca, los grandes deportistas devinieron en grandes técnicos.

Mesa no ha sido la excepción y muchos le llaman el Diego Maradona del béisbol cubano, por la grandeza futbolística del astro argentino, todo un fracasado como DT.

Por ocho campañas, Víctor Mesa dirigió al equipo con el cual tanto brilló como pelotero y trató de insuflarle a sus discípulos ese estilo que lo caracterizó en su etapa atlética.

Víctor nunca fue capaz de darse cuenta que su estilo ha sido único y es imposible contagiar a toda una novena de esa energía, aunque para ello se usen métodos tiránicos que para nada ayudan al buen desempeño de cualquier grupo humano.

Por eso fracasó durante los ocho años que dirigió a Villa Clara, uno de los cuatro equipos más emblemáticos del último medio siglo en Cuba, junto a Industriales, Pinar del Río y Santiago de Cuba.

En ocho campañas al frente de los naranjas, Mesa, sumó balance de 442-276 (.616) en temporadas regulares.

Sin embargo, fue un perdedor consuetudinario en playoffs, donde exhibe un récord negativo de 48-56.

Tres veces llegó a la gran final (la más reciente el pasado año, pero como director de Matanzas), pero siempre salió humillado, aplastado, puesto en ridículo de manera rotunda, a juzgar por una solitaria victoria y 12 derrotas.

En dos ocasiones con Villa Clara fue barrido por Industriales. En el 2013 con los matanceros fue vapuleado 4-1 por los propios villaclareños que él dirigió por tanto tiempo.

Entonces, la pregunta que muchos se hacen dentro y fuera de la isla es qué hace Víctor Mesa en la Serie del Caribe, sobre todo a sabiendas de que su personalidad abrasiva lo llevará a inmiscuirse constantemente en las funciones del manager Ramón Moré.

La inclusión de Mesa como Jefe Técnico del grupo que representará a Cuba en Isla Margarita ha levantado una tormenta aún antes de que la nave naranja partiera hacia la sede del certamen.
Muchos temen que malogre el trabajo del equipo, mientras otros defienden su presencia, por tratarse del manager de la selección nacional.

Porque al igual que en su etapa de jugador, al Víctor Mesa actual se le ama o se le odia.