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El Mundial arranca con una figurita

Panini

BRISTOL -- Claro que está el sorteo. Ahí conocemos la conformación de los grupos, la hoja de ruta, se arman combinaciones para la ilusión. Pero no es el Mundial. Aún queda lejos en el tiempo. Claro que están las noticias de obras inconclusas, como cada cuatro años. Que hace falta terminar un estadio o un semáforo afuera del estadio por terminar. Pero no es el Mundial. ¡Que eso no es el Mundial! El Mundial comienza abriendo un sobre. Graham Zusi, Fede Fernández, Miguel Layún, medio estadio de Salvador y Croacia, el equipo. El álbum Panini, una tradición desde 1970. El Mundial arranca cuando se coloca la primera figurita del álbum.

Una obra del Grupo Panini de Modena. Después de una década de crear año con año el álbum de los equipos del fútbol italiano, obtuvieron la licencia de FIFA para producir el álbum del Mundial de México. "En 1970 solo había 16 equipos, ahora se ha duplicado" dice Fabrizio Melegari, director de coleccionables y revistas del Grupo. Desde entonces se ha convertido en el producto de mayor venta para los Panini. Con más de 900 productos coleccionables publicados alrededor del mundo el álbum del Mundial y ventas por unos 900 millones de dólares, dice Melegari "es el producto más importante si consideramos que es un evento que trasciende en todo el mundo."

Con la edición de Brasil 2014 el álbum llega a la docena de ediciones mundialistas. No por ser un proceso conocido deja de ser uno bastante enredado. Las relaciones con las federaciones, los jugadores, los participantes relevantes se han convertido en complejas desde 1970. Las licencias para el uso de las imágenes de más de 500 jugadores, por ejemplo. Cada edición mundialista lleva al menos tres años de trabajo. Melegari agrega "el consumidor no ve el trabajo editorial que hay detrás de la producción del álbum. Son dos años al menos de recopilación de fotografías. Además, en 2013, publicamos un álbum del camino hacia el Mundial. Es un trabajo largo y complicado pero al mismo tiempo de gran satisfacción."

Algunos creerían que es hasta más complicado que la tarea de los entrenadores. No se equivocaría quien así piense. Partiendo de la premisa que es lo más parecido al arranque del Mundial y que la expectativa que genera en esos 'niños' de todas edades es enorme, no es menor la tarea de elegir a los 'convocados' para el álbum. Melegari, con 18 años de experiencia en el Grupo Panini, es quien dirige las mesas de selección de rostros que representen a cada nación mundialista.

Toman en cuenta el número de participaciones de un jugador en los últimos tres años, el comportamiento de las formaciones del entrenador, cuantas veces un técnico ha llamado a un jugador y si este es titular o no. De esa base eligen a unos 40 jugadores por equipo y en las dos semanas previas a la fecha de cierre que es el último día de enero, aumenta la frecuencia de las reuniones hasta definir a los 17 "convocados". Dice Melegari que algunas ocasiones se ha visto "obligado a bajar el ánimo de alguien en la mesa que quiere incluir a un jugador por una cuestión sentimental."

Tienen que pensar, actuar y decidir no como uno, sino como cada uno de los 32 técnicos de las selecciones nacionales. Lo hacen el último día de enero. Toman decisiones asumiendo cómo actúan los entrenadores en referencia a un jugador en particular. Tratan de elegir de acuerdo a lo que un seleccionador nacional elegiría y no por el impacto comercial de uno u otro jugador en un mercado.

"En Italia por ejemplo, siempre hay un jugador por quien la prensa presiona para estar en el Mundial", suma Melegari, "tratamos de ser lo mas honestos posible de acuerdo a la imagen del técnico y a quienes elegiría. No nos dejamos llevar por entusiasmo o por un jugador popular". Ahí termina el debate. Si Miguel Herrera apareció en el álbum de 1994, fue por creer que Mejía Barón lo llevaría. Si Saviola apareció en el álbum del 2002, fue por creer que Marcelo Bielsa lo llevaría. "Envidio a los entrenadores que eligen a sus jugadores a un mes de la competencia. Nosotros lo hacemos tres meses antes" dice Melegari.

Definidos los planteles inicia el proceso de producción. Todas las figuritas tienen el mismo número de impresiones. No hay una con menos impresiones que otras. Así se desmorona el mito de la "figurita difícil". Sobre esto Melegari dice "no es como el mercado de las tarjetas de jugadores, en el que sí se suele elevar el valor de una tarjeta imprimiendo una cantidad limitada". Lo que suele suceder es que los chicos acaparan la estampita de un jugador popular, el de un nombre extraño o una fotografía graciosa y aunque sea una figurita repetida, no la introducen al mercado secundario. La usan para decorar sus cuadernos del colegio o en su habitación. Crean la sensación de una figura especial.

En los años que Fabrizio Melegari ha pasado en Panini, no recuerda recibir nunca una queja de un jugador por no ser incluido en el álbum. Tampoco le ha llamado ningún entrenador para reclamar por la presión que suma un jugador al cual no considera convocar y sin embargo, sí esta en el álbum (referirse a Javier Zanetti en el álbum de Alemania 2006. Entre Samuel y Aimar). Melegari considera que los medios utilizan la trascendencia del álbum para generar debates: "alguna vez le preguntaron a (Alessandro) Del Piero si le sorprendía ser incluido en el álbum. Del Piero les dijo: Panini sabe mucho de futbol".

Quisieran tener magos y adivinos que ayuden a conformar sus listas mundialistas. Incontrolables variables modificaran indefectiblemente el plantel del álbum pero nunca las sensaciones de coleccionarlo. Ese proceso mágico de abrir el sobre, poner en orden las figuritas, pegarlas y repetirlo hasta colocar la que llena el álbum. Si ven por la calle a un chico envuelto en alguna etapa del proceso, sepan que está jugando su Mundial. Comenzó cuando pegó la primera calcomanía en su álbum. Corrijo, comienza cuando pegamos la primera calcomanía.

Cobi Jones – ex internacional de los Estados Unidos.
Salir en el álbum de Panini fue algo especial. Creo que todos los chicos que juegan al futbol quieren llegar algún DIA a ser parte del álbum del mundial. Creo que llegas a realizar que sos parte de algo grande y por mucho tiempo. Aun abro cartas que me envían de todas partes del mundo figuritas con mi rostro para los mundiales del '94, '98, 2002 y de todas partes del mundo. Es algo a lo que siempre puedo regresar a recordar que he sido parte de algo especial. Esos álbumes me hacen volver al tiempo de los mundiales, a recordarlos. Hay un aspecto social en el álbum. Lo coleccionas, cambias tarjetas.