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Chivas: ¿Con Vergara o sin Vergara?

Mexsport

En 12 años al frente del Guadalajara, Jorge Vergara ha tenido momentos muy buenos, buenos, regulares, malos y muy malos. Es obvio que los "muy malos" se acentúen sobre cualquier otro aspecto. Decir que Chivas estaría mejor sin Vergara es lo más fácil y ligero del asunto. Decir que Vergara no es una parte esencial del problema que vive Chivas sería también una falsedad. He aquí la historia de un equipo que ha encontrado la solidez institucional, la riqueza económica como organización, pero no los resultados de la cancha que exigen sus colores, su tradición y su impresionante popularidad.

LOS ANGELES, CA.- Jorge Vergara volvió a aparecer en el entorno de Chivas justo cuando el equipo, su equipo, parece vivir el peor momento de su alguna vez rica historia deportiva. Con un ritmo lento, pero seguro, caminó por el largo pasillo de Verde Valle para después tomar un sitio en la banca del campo de entrenamiento. Una amplia sonrisa acompañaba al dueño del Guadalajara mientras las principales voces que pueden, deben o se atreven a manifestarse alrededor de esta crisis dicen que la solución la sigue teniendo el propio Vergara.

Y esa solución es tan sencilla como compleja: Que se vaya Vergara. ¿Qué se vaya Vergara?

No es tampoco la primera vez que en la malograda época que vive Chivas alguien o algo sugiere que haciendo a Vergara de lado se solucionan todos y cada uno de los problemas que afronta el equipo. Tampoco, me permito decir, esa decisión, que por cierto al tratarse de un dueño solo está en manos del dueño, garantiza que Chivas volverá a ser el conjunto que compita por los primeros lugares del futbol mexicano.

En casi 13 años al frente del Guadalajara, Jorge Vergara ha tenido momentos muy buenos, buenos, regulares, malos y muy malos. Es obvio que los "muy malos" se acentúen sobre cualquier otro aspecto.

Las últimas informaciones --todas de carácter extraoficial-- indican que Chivas vive una vida alterna en temas de economía y de salud financiera. El equipo fue declarado como uno de los más ricos del continente americano por un publicación especializada en economía, tiene un estadio nuevo, una gran contrato de televisión, patrocinios y patrocinadores --como el caso de la alemana Mercedez Benz --que se unió al proyecto incluso en tiempos donde Chivas sobrevive en los últimos puestos de la tabla general.

Para nadie es un secreto que el problema de Vergara ha estado en la cancha, aunque es evidente, como se ha señalado con insistencia en más de una década, que las decisiones que él ha tomado podrían haber afectado directamente a los resultados deportivos del equipo. Vergara parece haber entendido que las precipitaciones, el rompimiento abrupto de proyectos, el cambio constante de rumbos y de nombres para encabezar esos planes afectaron notoriamente las condiciones de juego del equipo.

El mismo Vergara viene de admitir un gran fracaso en la operación que tuvo en el futbol de los Estados Unidos con un equipo llamado Chivas-USA, que prácticamente le fue arrebatado a Vergara por la Liga (MLS) y que está viviendo sus últimos días bajo ese nombre antes de ser oficialmente vendido.

Decir que Chivas estaría mejor sin Vergara es lo más fácil y ligero del mundo. Decir que Vergara no es una parte esencial del problema que vive Chivas sería también una falsedad.

Irónicamente, la historia y el romanticismo recuerdan a un Chivas poderoso en temas deportivos, pero una institución carente de soberanía económica. El Guadalajara siempre fue un equipo que construyó su gran pasión en la austeridad de un pequeño club y con una imagen de humildad y pobreza que parecía acercarse más al amor de su pueblo. Hoy, que es un equipo rico, con estructura e infraestructura, no consigue la solidez de cancha que antes tenía.

@Faitelson_ESPN