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Para Diablos, Di María, lleno eres de gracia

LOS ÁNGELES -- Llegó con el perfil de doméstico. Al servicio de los demás en la Casa Blanca. Como el valet de un Real Madrid que mantenía la estirpe de constelación de estrellas.

Ángel di María llegó como peón al ajedrez rutilante y lujoso del Real Madrid. Su asignatura era clara: sangre, sudor y lágrimas.

Hoy, este Ángel Di María, llega a absolver de todos sus pecados a los Diablos Rojos del Manchester United.

Nadie esperaba en el Real Madrid que el peón que llegó bañado del confeti lúdico del Benfica, evolucionara en un poderoso alfil, porque el tablero albo tenía como figuras excluyentes a Ozil, Khedira, Benzema, Cristiano, Xabi Alonso y Arbeloa. Y en todo palacio hace falta una Cenicienta.

Hasta su figura desgarbada contrastaba con los figurines de Lladró de la costosa artillería en el Real Madrid. En términos del poeta Miguel Hernández, Di María "nace como la herramienta, a los golpes destinado", y "empieza a sentir y siente la vida como una guerra".

Más obrero que todos con el frac inmaculadamente blanco, solidario en la guerra hombro con hombro o espalda con espalda con Xabi Alonso, Di María fue marcando la huella eterna en las conquistas del Real Madrid.

Su momento supremo llega en la conquista de la Décima Orejona, ese objeto incumplido del deseo impaciente y acumulado del madridismo.

Di María había pasado a ser, además del músculo incansable, el corazón y el cerebro del madridismo. En la temporada 2013-2014 totaliza 11 anotaciones, la mitad de las que había marcado en los tres años anteriores.

Además, fue el jugador con más asistencias de todas las grandes ligas de Europa en este año al sumar 14, y estuvo involucrado en un 20 por ciento de los goles del Madrid, 21 de 104, gracias a 4 goles y 17 asistencias.

La cuenta de Twitter Squawka Football, recrudece aún más la fascinante efectividad de Di María: generó más oportunidades de gol en la temporada anterior con 90 en total, que en el acumulado de cuatro jugadores del Manchester United: Adnan Januzaj, Antonio Valencia, Ashley Young y Nani, quienes en conjunto sumaron 84.

En el Mundial de Brasil, irónico, se convirtió en el mejor amigo de su peor enemigo en España: Lionel Messi. Se hizo cómplice del adversario supremo con el Barcelona.

Messi nunca fue Messi en Brasil 2014, pero la mejor versión posible de Messi se presentó gracias a la esclavizante e infatigable labor de Di María.

Entre la duda y la aseveración, entre la especulación y la reflexión, queda un testamento del destino de subcampeón de Argentina: "Es que si ante Alemania hubiera jugado Di María...". Una de esas arpías hecha duda que sólo tendrá respuesta el Día del Juicio Final.

Una operación estrambótica, la más importante en venta para el Real Madrid y en compra para La Liga Premier, con 99 millones de dólares en la mesa, permite que un Ángel con la bendición Di María, llegue a los Diablos Rojos, que han visto su Infierno menospreciado y humillado la anterior temporada, al grado de que hoy en su bancarrota futbolística, están marginados de torneos europeos.

Y hay una gran diferencia para Di María: la forma en que es concebido ahora en la Premier y la forma en que se concibe a sí mismo.

Al llegar al Madrid, Di María tenía una misión: estar al servicio de Cristiano, Alonso, Benzema y los recién llegados Ozil y Khedira. Pero el peón evolucionó en alfil. El perro de presa se convirtió en el jefe de la jauría madridista para ganar la décima orejona.

Por eso, hoy, convencido de sus aptitudes y actitudes de líder, el argentino decide entonces emigrar, e insisto, fundamentar la incongruencia de que un Ángel y Di María, llegue a absolver de todos sus pecados a los Diablos Rojos.