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Futuro gris para managers de minorías

ORLANDO -- Literalmente, el futuro de los managers de las minorías-- negros, latinos y asiáticos-- luce más ocuro cada día en Grandes Ligas y el inminente retiro de Bud Selig como Comisionado del béisbol no es exactamente una buena noticia para mejorar la situación.

Pendiente al nombramiento del sustituto de Joe Maddon en Tampa Bay, solamente dos de los 29 managers de Grandes Ligas para el 2015 son representantes de las minorías: El afroamericano Lloyd McLendon, de los Marineros de Seattle, y el cubano Fredi González, de los Bravos de Atlanta.

Desde el final de la temporada del 2014, hubo cinco cambios de managers y ninguno fue favorable a las minorías, sino todo lo contrario. Los Cachorros de Chicago, Astros de Houston, Rangers de Texas, Diamondbacks de Arizona y Mellizos de Minnesota nombraron a los blancos Maddon, quien sustituyó al mexicano Rick Rentería; A.J. Hinch, por el afroamericano Bo Porter; Jeff Banister, quien sustituyó al afroamericano Ron Washington; Chip Hale y Paul Molitor.

Tampa Bay se encuentra en el proceso de entrevistar candidatos y es poco probable que tengan un nuevo manager antes del final de las reuniones de gerentes generales, que tendrán lugar en Phoenix entre lunes y jueves, pero sí casi seguro antes del inicio de las reuniones invernales de Grandes Ligas, programadas para realizarse entre el 8 y el 11 de diciembre en San Diego.

Entre los candidatos de Tampa Bay se encuentran el dominicano Manny Acta, los puertorriqueños Dave Martínez y Charlie Montoyo, el cubano Raúl Ibáñez y el japonés-norteamericano Dan Wakamatsu. Si uno de ellos es nombrado, entonces se quebrará la marca perfecta (5-5) que tienen los dirigentes blancos y la imperfecta (0-5) de los de minorías en la actual temporada muerta.

Selig, quien se retira como Comisionado el 25 de enero, será recordado como el gobernante de Grandes Ligas que más oportunidades creó para las minorías en puestos dirigenciales, en el terreno y la oficina. Algunos podrían argumentar que los motivos de Selig no fueron impulsados exactamente por su simpatía con las minorías, sino por la percepción popular de que el béisbol considera a los negros, latinos y asiáticos muy buenos para batear y lanzar una pelota, pero no para ordenar estrategia o armar un roster. Ese pensamiento general de la industria fue expresado cándidamente por el entonces gerente general de los Dodgers de Los Angeles, Al Campanis, durante un show en la televisión nacional en abril de 1987.

Cuando Ted Koppel, moderador del show "Nightline" de ABC News, preguntó a Campanis porque 40 años después de que Jackie Robinson quebrara la barrera racial, había pocos afroamericanos en el cargo de manager y ninguno de gerente general en Grandes Ligas, el antiguo compañero de Robinson en ligas menores dijo lo que pensaba, que básicamente era lo mismo que pensaban casi todos los otros dueños y ejecutivos blancos de las ligas mayores.

"No, yo no creo que sea por prejuicio, la verdad creo que es sólo que ellos no tienen algunas de las necesidades básicas para ser, digamos, un manager, o, tal vez, un gerente general", dijo Campanis, quien agregó varios "razonamientos" para explicar las carencias intelectuales y naturales de los afroamericanos, quienes "a menudo son malos nadadores ya que no tienen flotabilidad". Eso lo dijo un alto ejecutivo del béisbol hace apenas 27 años.

Selig hizo un genuino esfuerzo por cambiar lo que la sociedad piensa que el béisbol piensa de las minorías. Nadie podrá negar que durante la gestión de Selig, las minorías llegaron donde nunca anteriormente en puestos de jefatura en las Grandes Ligas.

Fue Selig quien ordenó en 1999 que los representantes de las minorías deberían ser tomados en cuenta cuando quedara vacante un cargo de manager o gerente general, quien nombró al dominicano Omar Minaya como el primer gerente general latinoamericano (cuando MLB se hizo cargo de los Expos de Montreal en 2002) y abrió las puertas a otros ejecutivos latinos o de color, quien retiró de por vida el #42 de Jackie Robinson y quien creó las bases para que en el 2009 las ligas mayores tuvieran un récord de 10 managers de las minorías.

Esa temporada dirigieron los afroamericanos Dusty Baker (Cincinnati), Cecil Cooper y Dave Clark (Houston), Cito Gaston (Toronto), Ron Washington (Texas) y Jerry Manuel (Mets de Nueva York); los latinos Manny Acta (Washington), Ozzie Guillén (Medias Blancas de Chicago) y Fredi González (Marlins de Florida) y Wakamatsu (Seattle).

Cinco años después, apenas tenemos asegurados a dos de las minorías como managers en Grandes Ligas y el retiro programado de Selig no es exactamente una buena noticia para mejorar la tendencia. Al menos no hasta conocer los planes al respecto que tiene el nuevo comisionado Rob Manfred.