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Una liguilla para el bostezo

Una consecuencia de lo que vimos durante 17 fechas del torneo regular. El futbol mexicano no encontró un paraje milagroso en su mini torneo para encontrar a un campeón. Juegos duros, trabados, graves fallas, poca intensidad y casi ninguna esencia de espectacularidad. Me temo que tras un torneo mediocre, tenemos una liguilla mediocre y lo que es peor, saludaremos y honraremos también a un campeón mediocre.

LOS ANGELES -- No sé con exactitud de quien es la culpa: si de los entrenadores, de los futbolistas, de los dirigentes, del sistema de competencia, de los críticos o hasta de los aficionados. No lo sé, lo que queda claro es el "milagro" de que el futbol mexicano cambiara en los primeros esbozos de una liguilla se quedaron como un simple deseo. Ni nivel futbolístico, ni demasiadas emociones, ni demostraciones individuales, ni siquiera, en ocasiones, intensidad. Ha sido una triste liguilla que puede terminar con algo peor: un triste campeón del futbol mexicano.

Tres semanas atrás, en aquella noche de Tijuana donde su León quedaba eliminado de la posibilidad de defender el bicampeonato, Gustavo Matosas me lo decía: "Espero que el nuevo campeón sea un campeón digno, que le dé prioridad al juego abierto, que tenga, al menos , una idea espectacular de lo que hay que hacer en la cancha. Que llene expectativas". Ello, difícilmente, ocurrirá.

La historia de esta fase final del campeonato mexicano ha tenido poco momentos memorables. Anoche, en Monterrey, luego de 30 minutos trabados, con pocas ocasiones en las porterías, el América se encontró con una serie de circunstancias que termino aprovechando: un gol de rebote, la expulsión de un defensor contrario, un autogol y adiós. El América está en la final tras un contundente 3-0 en el Tecnológico que pretende y supone ser un marcador avasallador y espectacular, pero que no tiene ninguna de las dos características.

El América volvió a sus mejores esencias de la era Mohamed: un equipo frio, calculador, que aprovecha cada error del rival, que tiene contundencia y suerte, mucha suerte. Y eso le bastó para ponerse en camino a la lucha por el título del futbol mexicano.

El otro escenario, el que supone ser más parejo y equilibrado, también nos mostró a dos equipos "amarrados" y "amarretes". Tigres y Toluca tienen, sin duda, una riqueza de planteles para ofrecernos un espectáculo mucho más digno del que escenificaron anoche en una Bombonera, que presintiendo lo que se venía, ni siquiera se llenó.

Y estoy de acurdo que hay muchos equipos que en la persecución del resultado no deben cuidar tanto las formas y las maneras. Hay equipos que necesitan ganar y ganar, a cuesta de lo que sea, pero hay otros, que de acuerdo a su historia, a su trascendencia pasional, a sus jugadores, tienen que esforzarse por brindar un espectáculo completo cada vez que saltan al campo de juego.

Tenemos la obligación de exigir que nuestro futbol sea más atractivo para la tribuna y para aquellos encienden la televisión en la búsqueda de un distractor.

La liguilla ha sido una consecuencia de lo que fue el torneo regular. Un futbol mediano, mediocre, aburrido, de pocas emociones, de baja calidad. Eso es lo que tenemos también en esta liguilla y eso es lo que tendremos, sin duda, en una semana más, cuando alguno de los capitanes levante el trofeo de campeón.

@Faitelson_ESPN