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Falló la mejor carta

Aficionados y Fanáticos al "Rey de los Deportes": por más que uno trate de pensar en que las maldiciones no existen, se presentan hechos que siembran la duda aún en el más escéptico.

Los Cachorros parecían tener todo a su favor para tomar ventaja en la serie sobre los Dodgers: su mejor lanzador de toda la temporada, Ryan Dempster, que no sólo ganó 17 juegos, sino que en Wrigley Field consiguió 14 de esos triunfos, ya tenía ventaja en la misma segunda entrada gracias al cuadrangular de Mark DeRosa.

Pero un pitcher que generalmente es muy controlado, de forma súbita comenzó a perder la zona de strike. Dempster no regaló más de seis pasaportes en ninguna de sus salidas del 2008, pero se lució con siete bases por bolas en contra de los Dodgers y en el pecado llevó la penitencia.

El abridor cachorro escogió la noche menos indicada para ponerse "wild". Batalló para comenzar sus secuencias con un strike, no se podia colocar adelante en la cuenta y tampoco podia aplicar la puntilla sobre sus rivales. El colmo vino cuando después de su séptimo pasaporte y con las bases llenas, había hecho ver mal a James Loney, quien hizo swing a dos lanzamientos, pero con su madero pasando muy lejos de la pelota. Dempster fué incapaz de aplicarle el tercer strike y a cambio de ello, Loney conectó un estacazo por lo más profundo del terreno para el Grand Slam que daba la vuelta a la tortilla y colocaba arriba a los Dodgers.

Matt Kemp siguió con sencillo y no había muchas opciones para Lou Piniella. Con 109 lanzamientos a cuestas, le aplicó la grúa a Dempster luego de solo 4.2 entradas de labor. Sinceramente pensamos que el cambio de lanzador debía haber llegado tres bateadores antes, cuando el abridor regaló la sexta base por bolas de su actuación a Manny Ramírez y el zurdo Andre Ethier venía a batear. Y estoy seguro de que Piniella también lo pensó de esa manera, pero sus relevos salieron tarde a calendar y no estaban listos todavía, por lo que tuvo que mantenerse con Dempster… y Loney no lo perdonó.

En contraste, Derek Lowe, que inició por los Dodgers, sí pudo reponerse de su parpadeo de la segunda entrada. Mantuvo la pelota baja consolidándose como uno de los mejores exponentes del splitter en nuestros tiempos.

El relevo de Chicago fué recibido de mala manera por la ofensiva californiana, pues Sean Marshall, Jeff Samardzija y Jason Marquis, admitieron carreras para aumentar la ventaja de los visitantes. Los tres que vinieron del bullpen por Chicago fueron incapaces de mantener al equipo en la pelea y eso es algo más que le quitará el sueño a Lou Piniella, ya que sus rivales, por contraparte, lucieron intransitables saliendo del calentadero. Cory Wade y Jonathan Broxton comprobaron que la falta de experiencia en postemporada no será un obstáculo, mientras Greg Maddux, sacando los últimos tres outs para darle descanso al cerrador Takashi Saito, trajo toda la calma y la tranquilidad que le dan sus diamantes recorridos.

La presión se eleva ahora sobre el "Toro de Venezuela" Carlos Zambrano, quien está obligado a mantener a su equipo en la pelea cuando suba a la loma para el segundo de la serie. No estaba en el script de los Cachorros el que Dempster tuviera una apertura tan descontrolada, pero mucho menos está contemplado el viajar a Los Angeles con dos juegos de desventaja.