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Diferencias evidentes

Aficionados y Fanáticos al "Rey de los Deportes": el segundo juego de la Serie Divisional entre Medias Blancas y Rays en el Tropicana Field nos reveló claramente la explicación de porqué Tampa Bay nunca llegó a caerse durante la temporada regular como muchos esperaban.

La supuesta caída de la tropa de Joe Maddon, tendría que venir cuando esa rotación joven y con poca experiencia, enfrentara el reto de mantener el ritmo ganador con la presión de contener a unos enfurecidos Medias Rojas y Yankees durante la recta final de la campaña.

Pero esa situación no llegó a presentarse por la simple y sencilla razón de que los Rays cuentan con los recursos suficientes para lograr que una falla sea subsanada de inmediato por sus otras líneas en el terreno de juego.

El abridor Scott Kazmir no tuvo, ni con mucho, una de sus mejores salidas del año. El zurdo permitió dos carreras a la ofensiva de Chicago en la misma primera entrada, gracias a un pelotazo, una base por bolas, tres imparables y un elevado de sacrificio. No se notaba relajado en el montículo, la desconfianza le hizo presa y con el transcurso de los innings y las visitas constantes del coach de pitcheo, Jim Hickey, al menos logró ir colgando los ceros, pero su alta cuota de lanzamientos, que sobrepasó la marca de los 50 en las dos primeras entradas, no le permitiría ir muy lejos.

Los Rays pudieron sortear esa situación, gracias a que aprovecharon a la perfección los pocos errores de Mark Buehrle, que inició el juego por los patipálidos. Tres imparables les dieron la carrera de la quiniela y un turno al bat de mucha calidad a cargo de Akinori Iwamura, resultó en el cuadrangular que dio la voltereta en la quinta, siendo ése el detonante que utilizó Maddon para aplicar la grúa a su tambaleante abridor y soltar a las fieras de su bullpen, que por segunda noche consecutiva cerró la puerta en las narices a la ofensiva de Ozzie Guillén.

Una vez adelante, Maddon trajo a Grant Balfour expresamente a lanzarle a Orlando Cabrera, con quien había tenido el problema la noche anterior y Balfour, una vez más, dominó al colombiano con una rola por segunda. Luego vendrían J. P. Howell y Chad Bradford que lucieron imbatibles una vez más para dejar completamente sin opciones a la ofensiva de Chicago.

La profundidad de la banca ha marcado una gran diferencia, siendo parte fundamental en el hecho de que la serie se encuentre inclinada de forma completa hacia los de la Florida. Cuando los Medias Blancas atacaron en el octavo episodio con la parte baja de su 'lineup', Joe Maddon no sacó a su relevista zurdo J. P. Howell y lo dejó enfrentar a los derechos Juan Uribe y Brian Anderson, porque sabía que de traer a un derecho, Ozzie le hubiese contestado con la única opción que tenía en la banca: Ken Griffey Jr. Pero al dejar al zurdo, las alternativas de Guillén eran Josh Fields o Toby Hall, por lo que prefirió dejar a Uribe y Anderson, quienes se poncharon ante Howell.

Uno de los pocos puntos débiles de los Rays a lo largo de la campaña, fue el enfrentar a abridores zurdos, ante quienes tuvieron marca de apenas 25-24. Pero ya pasaron la primera prueba ante Mark Buehrle y, si superan la siguiente, que será John Danks, conseguirán el primer pase a una Serie de Campeonato en la historia del equipo.