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A recuperar el respeto perdido

Puerto Rico busca ganar su primera Serie del Caribe desde 2000 AP

ISLA MARGARITA, Venezuela -- Aficionados y fanáticos al "Rey de los Deportes": la espera termina y la voz de play ball está a punto de cantarse para ésta edición 2010 de la Serie del Caribe. Las horas de hablar del entusiasmo de la preparación del evento en ésta isla están a punto de terminar, para dar paso a los comentarios de lo que suceda en el terreno de acción y eso es lo mejor que puede suceder en un evento como éste, en donde antes de continuar precisamente con esos comentarios, agradezco a Víctor Saldivia por su cálida recepción a través de éste espacio, haciéndole saber que su gente aquí en Margarita, nos la ha hecho sentir de verdad.

La llegada de los equipos a la isla fue ya el primer contacto para hablar de pelota y entre las declaraciones de los managers, los nombres de los refuerzos, las especulaciones sobre pitcheo abridor y titulares, sin lugar a dudas la mejor sentencia del día previo al inicio de la acción, corrió a cargo del manager de Puerto Rico, Mako Oliveras.

A su llegada a Margarita, el dirigente que más campeonatos ha logrado en la historia de la pelota boricua comentó decidido que vienen "a recuperar el respeto que hemos perdido en la Serie del Caribe". Siempre es positivo escuchar una afirmación tan contundente, tan categórica y, sobre todo, tan decidida como la de Mako. Lamentablemente hay que reconocer que así ha sucedido con las representaciones de la "Isla del Encanto", que no han ganado un clásico caribeño desde el 2000, cuando los Cangrejeros de Santurce, precisamente de la mano de Oliveras, conquistaron el título en Santo Domingo, República Dominicana.

Factores sobran para explicar por qué los representativos puertorriqueños han fracasado rotundamente durante la reciente década, desde la falta de peloteros de alto calibre, hasta los problemas financieros de su liga, que inclusive dejó de jugar hace un par de temporadas obligando a que ningún representante de Puerto Rico asistiera al clásico celebrado en Santiago en el 2008.

Hablar de "porcentajes de culpabilidad" es prácticamente imposible, pero es cierto que la parte directiva tiene más responsabilidad que la parte de los jugadores. Sin lugar a dudas, recordar aquel famoso "Dream Team" de 1995 es lo mismo que soñar despierto, sabiendo que es un sueño imposible de volver a vivir, al menos en ésta época en la que las Grandes Ligas ponen tantas restricciones y los propios peloteros son en ocasiones "invitados" a no participar en la Serie del Caribe por sus organizaciones en Estados Unidos.

A pesar de ésta década para el olvido, el béisbol de Puerto Rico sigue siendo el número uno del clásico caribeño en varios renglones. Es el país que ha asistido en más ocasiones a la serie, ya que ésta participación en Venezuela será para ellos la número 51, mientras los locales estarán viendo acción en su quincuagésima Serie del Caribe. Justamente esos dos países, Puerto Rico y Venezuela, registran el mayor número de triunfos, con un total de 298, que representan 55 más que los equipos de la República Dominicana, y de los 7 equipos que han terminado con marca de 6-0 su participación en el evento, dos han sido puertorriqueños: los Senadores de San Juan de 1995, el "Dream Team" dirigido por Luis Meléndez y los ya recordados Cangrejeros de Santurce del 2000.

Es a eso a lo que se refiere Mako Oliveras cuando habla de recuperar el respeto perdido. Los argumentos de los Indios de Mayagüez serán la versatilidad y el balance, de acuerdo a las palabras del propio dirigente. Puerto Rico tratará de conseguirlo, ya no con nombres como los de Juan González, Roberto Clemente, Bernie Williams, Roberto Alomar, Carlos Baerga, Rubén Sierra o Edgar Martínez, pero sí con los Randy Ruiz, Armando Ríos, Alex Cora y Raúl Casanova, nombres que quizás no nos dicen tanto a nivel histórico en Grandes Ligas como los anteriores, pero a fin de cuentas, esa es la tónica de la era moderna en las Series del Caribe.

Ni los dominicanos cuentan más con David Ortiz, Miguel Tejada o Julián Tavárez, ni los venezolanos con Carlos Guillén, Magglio Ordóñez o Bobby Abreu, ni los mexicanos con Adrián González, Joakim Soria o Yovani Gallardo. Esa es la nueva forma de afrontar las Series del Caribe. Probablemente una manera que no resulte tan atractiva para los aficionados ocasionales, pero que sigue siendo un plato fuerte para los verdaderos fanáticos a la pelota que en lugar de observar a las grandes glorias de cada país, pueden seguir a las grandes promesas de los mismos.

Por algunos años se pensó que ese cambio acabaría con el evento, pero estamos hoy aquí, en la Isla de Margarita, listos para disfrutar de otra Serie del Caribe exitosa, y con un Puerto Rico que tiene argumentos para tratar de recuperar ese respeto que no se ha perdido, simplemente se había escondido por una década.