No se han acallado aún los ecos y las emociones de la ceremonia de exaltación de Mariano Rivera, Edgar Martínez, Mike Mussina, Roy Halladay, Lee Smith y Harold Baines y ya Cooperstown empieza a preparar el camino para la clase del Salón de la Fama 2020.

Derek Jeter es la cara más visible entre los que aparecerán en la boleta por primera vez y una vez que su ex compañero de equipo en los New York Yankees, el panameño Rivera, rompió la barrera de la unanimidad, el Capitán debería recibir el favor de todos los votantes de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA).

La carrera de Jeter a lo largo de 20 temporadas fue intachable, más allá de sus números fríos, entre los que sobresalen sus 3,465 hits, la sexta cifra más alta entre todos los peloteros que han pasado por las Grandes Ligas.

Su liderazgo, entrega y respeto al juego, su imagen de modelo para la juventud y su grandeza en los momentos clave son cosas que no se miden en estadísticas.

Fuera del ex campocorto de los Yankees, entre los primerizos del 2020 no hay un clásico “monstruo”, de esos que con los ojos cerrados se sabe que merecen la inmortalidad, sí o sí.

Paul Konerko, el venezolano Bobby Abreu, el dominicano Alfonso Soriano, Jason Giambi y Josh Beckett son los nombres más notables entre los que se estrenan en la boleta, pero ninguno de ellos parece que vaya a conseguir el 75 por ciento en su primer año de elegibilidad.

Entrar al Salón de la Fama tiene una dosis de suerte también, independientemente de las cifras que haya puesto cada uno de ellos.

Getty Images¿Derek Jeter y Omar Vizquel llegarán al Salón de la Fama en 2020?

Depende también del timming, del quienes acompañen a cada cual en la boleta en ese momento.

Ahí está el caso de Barry Larkin, ex campocorto de los Cincinnati Reds entre 1986 y 2004, inmortalizado en el 2012, en su tercer año de elegibilidad.

Sus números, si buenos, no son impresionantes, de esos que despejen de golpe cualquier duda que tengan los votantes.

Fue Larkin el único elegido en el 2012, cuando aparecieron por primera vez en las papeletas 13 peloteros, de los cuales ninguno ha llegado a Cooperstown.

Estaba floja la clase del 2012 y ahí aprovechó el de los Rojos para superar el 75 por ciento.

Como débil se ve la camada del 2020, con la excepción de Jeter, lo cual debe redundar en beneficio de otros candidatos que ya llevan varios años en el círculo de espera.

Y ya que hablamos de campocortos ilustres, como Jeter y Larkin, el 2020 podría ser el año del venezolano Omar Vizquel.

En realidad es inexplicable cómo “Manos de Seda” no esté inmortalizado ya.

Defensivamente, quizás solamente Ozzie Smith lo supera en excelencia, pero 11 Guantes de Oro no son cosa que se compre en el mercado.

Aunque el “Mago de Oz” lo aventajó con 13 Guantes de Oro, el promedio de fildeo de Vizquel de .985 es el mejor de todos los tiempos entre los defensores de la llamada llave del cuadro.

Con el madero no fue el clásico abusador, pero sus números no son para nada desdeñables. Disparó 2,877 imparables, 537 más que Larkin y 417 más que Smith, por ejemplo.

Solamente Jeter, Honus Wagner (3,420), Carl Ripken Jr. (3,184), Robin Yount (3,142) y Alex Rodríguez (3,115) tienen más hits que él.

Pero Wagner, Ripken, Yount y ARod, aunque fueron torpederos originales, pasaron grandes porciones de sus carreras en otras posiciones, mientras que el venezolano defendió las paradas cortas en 2,709 de los 2,940 partidos de su vida.

Así que como campocorto puro, solamente el Capitán de los Yankees consiguió más imparables que Vizquel.

Algunos alegarán en su contra que sus números fueron producto de la acumulación tras 24 años de juego, pero la durabilidad es un mérito adicional, que favoreció también a Ripken.

Estamos hablando de uno de los mejores peloteros de su posición en toda la historia, no de cualquier hijo de vecino que pasó sin dejar huellas.

Tarde o temprano, creo que Vizquel acompañará a su compatriota Luis Aparicio en el Templo de los Inmortales, pero en buena lid, debería entrar junto con Jeter en el 2020, su tercer año de elegibilidad, y no tener que sufrir una agónica demora como la del puertorriqueño Edgar Martínez, recién exaltado tras una década de espera.

En su primer año (2018), el venezolano obtuvo el 37 por ciento de los votos de la BBWAA y subió al 42.8 en el 2019.

Tendría prácticamente que duplicar lo conseguido hasta ahora para colarse en el 2020 y aunque parece difícil, no es imposible, teniendo en cuenta la ausencia en las boletas de figuras de primerísimo orden.

La vida es timming. Es estar en el lugar indicado, en el momento justo.

Este parece ser el tiempo perfecto para el venezolano y quién sabe si también lo sea para Roger Clemens y Barry Bonds, hasta ahora tácitamente vetados por la sombra de los esteroides

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Getty ImagesEl manager de los Giants, Alvin Dark, declaró un día que primero el hombre llegaba a la luna, que Gaylord Perry conectara un jonrón.

Como bateador, Gaylord Perry fue un gran pitcher, como diría el inmortal Felo Ramírez cuando se refería a serpentineros que eran nulos con el bate.

Perry, miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, ganador de 314 juegos en su carrera de 22 temporadas, fue el clásico out por regla cuando se paraba en la caja de bateo.

En 1,220 turnos, apenas promedió .131, con 141 imparables, de los cuales 118 fueron sencillos, en tanto se ponchó en 369 ocasiones.

Su incapacidad para chocar con la pelota llegó al extremo en 1964, donde promedió .054 y abanicó prácticamente en la mitad de sus turnos.

Ese año, durante una práctica previa a un juego de los San Francisco Giants en Pittsburgh, golpeaba tan mal la bola, que un reportero le preguntó si alguna vez en su vida batearía un cuadrangular.

El manager de los Giants, Alvin Dark, escuchó la pregunta y anticipó la respuesta.

“¿Jonrón?¿Gaylord? Primero llega el hombre a la Luna antes de que él logre batear un jonrón”.

Entonces, Estados Unidos y la Unión Soviética estaban inmersos en la carrera espacial, que se había convertido en uno de los principales frentes de la Guerra Fría.

La conquista de la Luna era el objetivo principal de la NASA para dar un golpe de autoridad en una competencia que hasta el momento iba perdiendo ante los soviéticos y dos años antes, en 1962, el presidente John F. Kennedy había anunciado la decisión de Estados Unidos de poner al primer hombre allí.

Pasaron cinco años y la frase del manager de los Giants cayó en el olvido, hasta que el 20 de julio de 1969, Neil Armstrong, comandante de la nave Apollo 11, se convirtió en el primer ser humano en poner un pie en el satélite natural de la Tierra.

“Un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la Humanidad”, dijo Armstrong tras el histórico alunizaje, que fue seguido con el aliento contenido por todo el mundo.

Getty ImagesGaylord Perry, miembro del Salón de la Fama de Cooperstown, ganador de 314 juegos en su carrera de 22 temporadas, fue el clásico out por regla cuando se paraba en la caja de bateo.

Ese día, nadie hablaba de otra cosa que de la hazaña de Armstrong y su compañero Buzz Aldrin, quien lo acompañó hasta la superficie lunar, mientras el piloto Michael Collins permanecía en el Apollo 11 circunvalando la Luna y esperaba ansioso el retorno de ambos a la nave.

Esa misma noche, en el Candlestick Park de San Francisco, los Giants enfrentaban a sus archirrivales Los Angeles Dodgers, con Gaylord Perry en la lomita frente al zurdo Claude Osteen, abridor por los visitantes.

En el tercer inning, Perry dejó boquiabierto a medio mundo, al disparar frente a Osteen el primer cuadrangular de su carrera.

Se cumplió así la profecía de Alvin Dark, horas después de que el hombre llegara a la Luna.

El abridor de San Francisco lanzó el juego completo y se apuntó la victoria con pizarra de 7-3.

En total en su carrera, conectó otros cinco vuelacercas y en 1991 fue exaltado al Salón de la Fama. Sus 314 triunfos lo colocan en el lugar 17 de todos los tiempos.

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Descarten desde ya a Vladimir Guerrero Jr. como candidato al premio de Novato del Año de la Liga Americana.

Más allá de su exhibición de poder en el Derby de Jonrones previo al Juego de las Estrellas, el hijo del miembro del Salón de la Fama ha sido poco menos que decepcionante.

Quizás esa no sea la palabra exacta, pero para toda la fanfarria con que llegó, se ha quedado muy por debajo de las expectativas que traía.

Tal vez haya sido eso. Le pedimos demasiado y de inmediato a un chico tan joven que posiblemente haya sido aplastado por la presión.

Lo cierto es que quienes dimos al Junior como favorito al galardón de mejor debutante nos equivocamos y ahora la carrera por ese honor está tan abierta como las primarias demócratas.

Getty ImagesVladimir Guerrero Jr. no ha cumplido con las expectativas que se tenían de él en su primera temporada en MLB.

A falta de poco más de 60 partidos para que concluya el calendario regular, los principales contendientes ahora mismo parecen ser Brandon Lowe, de los Tampa Bay Rays, Michael Chavis, de los Boston Red Sox, y el dominicano Eloy Jiménez, de los Chicago White Sox.

Lowe batea para average de .276, con OBP de .339, slugging de .523 y OPS de .862.

Es el novato con más hits hasta ahora (77), de los cuales 17 han sido dobles, dos triples y 16 jonrones, con 40 carreras anotadas y 49 impulsadas. Se ha ponchado 104 veces y recibido 22 boletos.

Pero ahora mismo está en la lista de lesionados desde el 3 de julio y esa pérdida de tiempo de juego puede costarle oro en la lucha por el premio.

Por su parte, Chavis tiene una línea ofensiva de .261-.338-.463, con OPS de .801.

Tiene dos hits menos que Lowe (75), entre ellos ocho biangulares, un triple y 16 bambinazos, con 41 anotadas y 52 remolques, la cifra máxima entre los debutantes. Ha abanicado en 105 ocasiones y negociado 29 pasaportes.

Entretanto, Jiménez, quien también anda ahora mismo por la lista de incapacitados, aventaja a todos los demás en vuelacercas, con 17, aunque va detrás en los demás factores.

Su línea ofensiva es de .244-.307-.483, con OPS de .791 y además de los 17 jonrones, suma siete dobletes entre sus 59 hits.

El quisqueyano era considerado al inicio de la contienda como el prospecto número tres de todo el béisbol, detrás de Guerrero y Fernando Tatis Jr.

Y aunque más retrasado por el poco tiempo de juego, pero pidiendo pista como un avión, viene el cubano Yordan Álvarez, de los Houston Astros, quien podría convertirse en el caballo negro que termine desbancando sobre la meta a aquellos que partieron antes que él en esta carrera.

Mientras que Lowe, Chavis y Jiménez ya sobrepasaron hace rato los 200 turnos, Alvarez apenas anda por 99, en los que ha bateado 32 cohetes, para average de .323, con OBP de .402, slugging de .677 y OPS de 1.079.

En solamente 25 juegos desde que debutó el 9 de junio, ya anda por nueve jonrones, ocho dobles, 15 anotadas y 29 empujadas.

Si el béisbol fuera tan exacto como las matemáticas, sus proyecciones, a juzgar por lo que ha hecho y lo que falta de temporada, terminaría con 32 cuadrangulares y 104 impulsadas, con lo que seguramente desbancaría a cualquier otro aspirante.

Pero este juego no es una ciencia y por ejemplo, ahora mismo Alvarez está teniendo molestias en una rodilla que lo dejaron fuera de la alineación el miércoles, en el juego final de la serie de los Astros ante Los Angeles Angels.

De todos modos, no lo pierdan de vista. Por lo pronto, en 99 veces al bate ya superó en jonrones y remolcadas lo conseguido por Vlad. Jr. en 246 turnos.

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La pausa por el Juego de las Estrellas, que marca el paso de la primera a la segunda parte de la temporada, es también momento de pasar balance de lo ocurrido en los primeros tres meses y fracción del calendario.

El énfasis se hace en aquellos que han sobresalido y desde ya son candidatos a los diferentes premios que se entregarán después de la Serie Mundial.

Pero también ha habido jugadores cuyas actuaciones han decepcionado y muchos de ellos han perdido su categoría de estrellas, para pasar a ser estrellados.

Estos son, posición por posición, los peloteros menos destacados de la primera parte del 2019.

Receptor: Yadier Molina

AP Photo/Jeff Roberson
Los años comienzan a hacer mella en el mejor cátcher de la última década.

Aunque Molina sigue siendo una garantía detrás del plato para los St. Louis Cardinals, ofensivamente ya no despierta mucho temor en la caja de bateo.

En 71 juegos batea para .261, con un promedio de embasamiento de .286 y un slugging de .368.

Apenas acumula cuatro jonrones, muy pocos para quien ha promediado 19 bambinazos en las dos últimas campañas, con sólo 36 carreras impulsadas.

1B: Jesús Aguilar

El venezolano de los Milwaukee Brewers, autor de 35 vuelacercas y 108 empujadas e invitado al Juego de las Estrellas del 2018, ha sido punto menos que inexistente en el 2019.

En 79 partidos tiene línea ofensiva de .225-.327-.481, con ocho cuadrangulares y 32 fletadas al plato.

La buena noticia para Milwaukee es el cierre que tuvo antes del descanso del Juego de las Estrellas: en sus últimos tres encuentros bateó tres de sus ocho jonrones e impulsó seis carreras.

2B: Robinson Canó

Dada la manera en que el segunda base dominicano empezó su aventura con los New York Mets (jonrón en su primer turno), parecía que tendría un renacer en la ciudad donde comenzó su carrera.

Pero desde entonces, ha añadido solamente tres cuadrangulares más y tiene 18 remolques, con average de .240, OBP de .287 y slugging de .490.

Lo peor es que el equipo aceptó tragarse gran parte de los 120 millones pendientes de su contrato de 240 que firmó con los Seattle Mariners en el 2014, con tal de obtener en el canje al relevista puertorriqueño Edwin Díaz, salvador de 57 juegos en el 2018. Pero de este hablaremos más adelante.

3B: José Ramírez

Sue Ogrocki/AP
El antesalista de los Cleveland Indians ha quedado tercero en la votación por el Jugador Más Valioso de la Liga Americana en el 2017 y 2018, pero tal parece que quitaron a uno y pusieron a una copia mala.

Ramírez dejó una línea ofensiva de .218-.308-.344, con siete batazos de vuelta completa y 35 empujadas.

Se suponía que sería el tercera base titular del equipo del joven circuito en el Juego de las Estrellas disputado este martes en su casa, pero tuvo que conformarse con verlo por TV.

SS: Brandon Crawford

El campocorto de los San Francisco Giants parece haber envejecido repentinamente, como la mayoría de sus compañeros de la generación campeona de 2010, 2012 y 2014.

Tan cerca como el 2018, Crawford estuvo en su segundo Juego de Estrellas, mientras que en 2017, 2016 y 2015 ganó Guantes de Oro consecutivos, más un Bate de Plata.

Hoy es un recuerdo del estelar que fue, con .223-.290-.344, cinco bambinazos y 28 impulsadas.

A la defensa, acumula diez errores, la cuarta mayor cifra en todas las Mayores.

Jardinero izquierdo: Giancarlo Stanton

Jim McIsaac/Getty Images
Desde que el año pasado se enfundó el traje a rayas de los New York Yankees, Stanton no ha sido el mismo bateador temible, el mayor rompecercas de las Grandes Ligas, el que dejaba a todo el mundo con la boca abierta con batazos kilométricos.

Ahora ni siquiera ha aparecido, con apenas nueve juegos y 13 ponches en 31 turnos, con un solo jonrón.

Su ausencia, sin embargo, no se ha hecho notar, gracias al trabajo de sus compañeros menos encumbrados que contra todo pronóstico llevaron a los Yankees al tope de la Liga Americana, pero es innegable que Stanton ha perdido el estatus de estrella y ha pasado a ser uno más dentro del roster.

Jardinero central: Odúbel Herrera

El patrullero de los Philadelphia Phillies pareció en un momento ser la figura en torno a la cual se reconstruiría el equipo.

Pero esa aureola se desvaneció, a pesar de que este año no tendría esa presión de liderazgo, por la llegada de Bryce Harper y la maduración de Rhys Hoskins.

Average de .222, OBP de .228, slugging de .341, con un jonrón y 16 impulsadas fueron algunos de los números que dejó Herrera antes de ser suspendido por el resto de la temporada debido a un incidente de violencia doméstica, como si no bastara su pobre rendimiento.

Jardinero derecho: Carlos González

Mientras estuvo en la altura de Denver, el venezolano Carlos Gonzalez fue una estrella rutilante, a pesar de que en sus últimos años con los Colorado Rockies tuvo que batallar contra varias lesiones.

Pero arrancó el 2019 con los Indios, que lo dejaron en libertad tras 30 partidos y recaló con los Chicago Cubs, donde le ha ido incluso peor.

Entre Cleveland y Chicago batea para .200, con OBP de .306 y slugging de .300. Solamente ha despachado tres pelotas fuera del parque y suma diez fletadas al plato.

Próximo a cumplir 33 años, su carrera parece al borde del precipicio.

Bateador designado: Kendrys Morales

El cubano tuvo una buena carrera, a pesar de tantos accidentes y obstáculos, pero parece que ese tanque se quedó sin gasolina.

Desde que arrancaron los entrenamientos primaverales, Morales ha pasado por tres equipos, los Toronto Blue Jays, que lo cambiaron a los Oakland Athletics el día antes de comenzar la temporada, los que a su vez lo dejaron libre, para tener una breve e infructuosa estadía en los Yankees, que también lo despidieron.

En total, entre Oakland y Nueva York, el habanero dejó una línea ofensiva paupérrima de .194 de average, OBP de .320 y slugging de .242, con dos vuelacercas y 12 impulsadas.

Pitcher abridor: Chris Sale

Chris Sale
AP Photo/Winslow Townson
El zurdo de los Boston Red Sox ha expresado públicamente su decepción y frustración consigo mismo. En 18 aperturas tiene récord de 3-8 y efectividad de 4.04, aunque sigue teniendo la misma capacidad ponchadora de siempre y lleva 153 abanicados en 107 episodios.

Pero el descontrol ha sido uno de sus principales enemigos. Mientras que en el 2018 completo regaló 34 pasaportes en 27 salidas, ya este va por 26, con proyección para terminar con 47, que sería la segunda mayor cantidad de su carrera (51 en el 2012).

Además, ha recibido 16 bambinazos, después de aceptar solamente 11 en todo el año pasado.

Relevista: Edwin Díaz

Ya lo habíamos mencionado antes. Por conseguir los servicios de quien recató 57 partidos en el 2018, los Mets aceptaron recibir a Robinson Canó, con su pesada carga económica, o al menos, gran parte de ella.

Pero Díaz no ha sido ni la sombra del cerrador dominante del año pasado con los Marineros.

Tiene 19 salvamentos en 23 oportunidades y ha desperdiciado la misma cantidad de ocasiones del 2018.

El problema es que su efectividad anda por 5.50, su WHIP se duplicó prácticamente, de 0.79 el año pasado a 1.56 en lo que va de 2019 y los rivales le conectan para average de 2.83.

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