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Cruz Azul, a la caza de sus" fantasmas"...

ESPN

El 4-1 existió. Puede que no contó, pero sí que dolió y sí que ha sido parte de una recuperación moral que uno de los clubes más tradicionales e importantes del futbol mexicano sostiene en los últimos tiempos. Cruz Azul debe vencer al América a la hora y en el sitio indicado, pero este nuevo proyecto, encabezado por Jaime Ordiales y por Robert Dante Siboldi parece cimentado sobre las bases de un equipo que, además de futbol, tiene personalidad y el temperamento necesario para cuando lleguen los momentos de mayor presión.

SAN DIEGO -- No es la camiseta de tonos amarillos y azules. Tampoco los amagues de Giovani Dos Santos o las irrupciones de Sebastián Córdova. Mucho menos los ademanes y las expresiones de Miguel Herrera. Cruz Azul ya no juega contra el América. Hace tiempo que Cruz Azul juega ante sus propios “fantasmas”, sombras que evocan recuerdos, suspiros, pesadillas, lágrimas, rabia y miedo.

El 4-1 de Cruz Azul existió. Los americanistas dicen que “no vale” y, sí, esta bien, “no vale”, pero sí que “cuenta”, sí que “duele” y sí que empieza a significarse como la recuperación moral que tanto ha perseguido un club de futbol.

Tras el parón por la pandemia, Cruz Azul ha mostrado que sigue en un gran estado de gracia futbolístico y que es el mejor club y un gran candidato --como lo ha sido casi siempre-- para levantar el trofeo de la liga. Una de sus grandes asignaturas pendientes era y, podría ser que siga siendo, el América. Ganarle a su acérrimo rival, a su vecino de la ciudad fue siempre una condición que se agravaba y complicaba, sobre todo en esta época de ayuno de campeonatos. Tal parece que va en franca “recuperación”.

Y los principales “culpables” de esa transformación --después de probar con diferentes nombres, estilos, formulas-- han sido Jaime Ordiales y Robert Dante Siboldi. Primero, en la confección de un plantel, que luce perseverante, sólido y provisto de calidad en cada sector de la cancha y luego, quizá el punto más trascendental, en una metamorfosis mental que muestra este Cruz Azul en cada disputa del balón y en cada partido. Hay un cambio innegable que no pudieron lograr otras “administraciones” futbolísticas del equipo azul.

Y sin embargo, habrá que esperar a que el tiempo pase y que el terreno sea el adecuado para el “alta definitiva”. Cruz Azul tiene que jugarle sin tapujos, sin miedos, ni estigmas al América cuando se trate de una jornada “a matar o morir” o cuando esté de por medio un trofeo, un título, que enaltezca la historia del club. Sólo ahí podremos darnos cuenta si realmente aniquiló a sus “fantasmas” del pasado y si es capaz de responder en cuanto las pulsaciones se aceleren y la presión ejerza su peso sobre la cancha y el juego.

Nadie tiene duda sobre que alcances futbolísticos tiene este plantel. Una combinación de experiencia, personalidad, talento, explosividad y juventud. Cruz Azul se ha hecho de jugadores con capacidad para trascender en el campo y de un temperamento que no puede fallar en la “hora cero”, cuando, nuevamente, se asomen los reproches y las debilidades de su pasado reciente.

Hay que recordar como y en que momento llegaron Siboldi y Ordiales a la institución. La forma en que pacificaron “la tormenta”, se ganaron el respeto de la crítica y del aficionado y convencieron al futbolista de que el futuro era más importante que el tiempo pasado en este club. Lo han logrado, además, en medio de una batalla cooperativista sin tregua y con sus principales directivos investigados por las autoridades hacendarias del país.

Cruz Azul partirá como favorito cuando dentro de dos semanas comience el torneo Guard1anes 2020, pero ello no es nada nuevo en su historia. Su verdadera prueba llegara más adelante, cuando sus “fantasmas” amenacen con entrometerse como lo hicieron en aquella noche de mayo del 2013 o en la otra de diciembre del 2018...

@Faitelson_ESPN