El silbatazo iniciar del futbol mexicano se escuchará este jueves en San Luis Potosí y a partir de ahí comenzará una temporada que será históricamente recordada por los tiempos de la pandemia, pero donde el reto de la Liga MX será el sostener un nivel competitivo. Todo lo que ha sucedido en medio de la crisis sanitaria afectará, pero, también, hay que agregar decisiones controversiales de los dueños de clubes. Todo ello puede provocar un cuadro de mediocridad nada recomendable para el juego. El futbol mexicano busca “presión” para evitar “desinflarse”...
SAN DIEGO, California -- Digamos que el balón se ha desinflado. En todos los sentidos, el balón del futbol mexicano ha perdido presión y busca “aire”, “oxigeno”, un “respiro” casi de forma desesperada.
A partir de este jueves, el verdadero reto del futbol mexicano será luchar contra la mediocridad.
Las decisiones de los propietarios de los clubes fueron, para efectos futbolísticos, todavía más “delicadas” ++por llamarles de alguna forma++ que la propia pandemia que ha azotado y atemorizado al mundo. Los “dueños del balón” tomaron medidas que deberían fomentar una insuficiencia en la cancha. La más peligrosa de todas radicó en abolir el descenso y en desparecer la liga de ascenso, con lo cual, se generará, irremediablemente, un cambio en el matiz competitivo de nuestro futbol. Los jugadores actuarán de forma diferente, los entrenadores, pensarán distinto y los directivos invertirán en proporciones menores. El futbol de la cancha, ese que siempre sufre, que es, muchas veces ignorado y pisoteado por el negocio, volverá a ser la gran interrogante de la Liga MX.
Entiendo que habrá clubes a los cuales ese tema no les inquiete demasiado. Salvo algunos “accidentes”, América, Cruz Azul, Tigres, Rayados, Chivas, Pumas y quizá Santos, Toluca, Pachuca y León pertenezcan a una “clase” que les obliga siempre a sostener un nivel competitivo sano, pero hay otros “pelotones” dentro de la propia liga donde la relajación ++que podemos traducir a mediocridad++ podría imponerse para mal. “¿Para que me esfuerzo si el castigo no significa perder la categoría?”. “ ¿Qué tengo que perder?”.
El balón del futbol mexicano se ha desinflado peligrosamente. Los salarios no son los mismos, los estadios no tendrán aficionados, los patrocinadores estarán en crisis y los niveles de audiencia televisiva parecen estar enfocados en temas mucho más graves y trascedentes para nuestras vidas. Y si a ello agregamos las decisiones deportivas ++que los dueños de equipos llaman “decisiones obligadas a factores económicos” ++ veremos que el cuadro no es nada alentador.
El jueves por la noche se escuchará en el “Alfonso Lastras” de San Luis Potosí el silbatazo inicial de la temporada “Guardianes 2020”, una temporada que será recordada históricamente como la del “Covid-19” y donde el futbol mexicano busca “presión”, ante un balón que amenaza con desinflarse.