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Cosas por las que dar gracias en el béisbol en 2019

Mientras el pavo ya está adobado y listo para entrar al horno para la cena de Thanksgiving, es momento de pensar en lo que el 2019 nos dejó para dar gracias en el mundo del béisbol.

MARIANO RIVERA

Apenas había comenzado el año cuando el panameño Mariano Rivera se convertía en el primer jugador en ser exaltado al Salón de la Fama de Cooperstown con el voto unánime de los miembros de la Asociación de Escritores de América (BBWAA).

Mariano rompió esa barrera de la misma manera en que quebraba los bates de los contrarios, algo que inexplicablemente le fue negado a luminarias del calibre indiscutible de Babe Ruth, Mickey Mantle, Ted Williams, Cy Young o Ken Griffey Junior, por sólo mencionar algunos de los nombres más icónicos del juego a lo largo de la historia.

Para más mérito del panameño está el hecho de haberlo logrado como cerrador, una posición que muchos votantes se habían mostrado reacios a reconocer su valía.

PANAMÁ SALVA Y GANA LA SERIE DEL CARIBE

Los Toros de Herrera, campeones de la liga profesional panameña de béisbol, protagonizaron en el 2019 una de las historias beisboleras más espectaculares de todos los tiempos.

Panamá fue fundador de la Serie del Caribe en 1949, junto a Cuba, Venezuela y Puerto Rico, pero dejó de participar en 1960, cuando el evento hizo una pausa de diez años.

Cuando se reanudaron los torneos caribeños en 1970, ya Panamá no figuraba entre sus participantes, pues su liga profesional estaba a punto de fenecer y su calidad dejaba mucho que desear.

Cuando los panameños volvieron a jugar pelota profesionalmente, ya en el siglo XXI, empezaron a pedir su reingreso a la Confederación de Béisbol del Caribe para regresar a la llamada Pequeña Serie Mundial Latinoamericana, pero no fue hasta el 2019, por circunstancias excepcionales, que volvieron.

La situación socio-política de Venezuela hizo imposible la organización del evento en Maracaibo y Panamá surgió como un salvador de último momento.

En una semana habilitaron el estadio Rod Carew y armaron un equipo para representar al país, con los Toros de Herrera como base y algunos refuerzos de otros conjuntos e incluso, otros países que participaron siete días antes en la Serie Latinoamericana.

Nadie apostaba un centavo por Panamá. O casi nadie. Ya con que hubieran salvado la Serie era bastante.

Pero para sorpresa abrieron con triunfo 4-2 sobre las Estrellas Orientales, el campeón de la República Dominicana.

Un día después llegaron a estar debajo en el marcador 6-1 ante los Cangrejeros de Santurce, pero le dieron vuelta al marcador y ganaron 8-6 con racimos de cuatro y tres carreras en el octavo y noveno episodios.

Volvieron a ganarle a los boricuas 1-0 y accedieron a una improbable final contra los Leñadores de Las Tunas, campeones

de Cuba, a los que derrotaron 3-1 para completar un cuento de hadas.

EL FUTURO ESTÁ GARANTIZADO

En 2019 también vio emerger una de las hornadas de novatos más sobresalientes en décadas.

Pete Alonso, de los New York Mets, despachó 53 cuadrangulares, cifra inédita para un debutante, mientras que el cubano Yordan Alvarez se llevó el premio de manera unánime en la Liga Americana con los Houston Astros.

Pero no fueron los únicos que deslumbraron. Los dominicanos Fernando Tatis Junior, Eloy Jimenez, Aristides Aquino y Vladimir Guerrero Junior, Cavan Biggio, Bo Bichette, el venezolano Luiz Arraez, Mike Soroka, John Means y Brandon Lowe dejaron saber, alto y claro, que el futuro está garantizado.

WASHINGTON, CAMPEÓN DE LA SERIE MUNDIAL

Desde que nacieron como Montreal Expos en 1969 y se mudaron en el 2005 a la capital, los Washington Nationals no habían ganado jamás una serie de postemporada.

Siempre se quedaban en la primera ronda, hasta que en el 2019 aprendieron a ganar y se lo llevaron todo.

Si el año empezó con un cuento de hadas con el triunfo de Panamá en la Serie del Caribe, cerró con otra historia de fantasía, con Washington llevándose un improbable trofeo en el clásico de octubre.

El equipo que ostentaba un récord perdedor de 19-31 el 23 de mayo, con el manager Dave Martínez al borde del despido, supo recuperarse y entrar a los playoffs como comodín.

Una vez en postemporada, cinco veces enfrentaron partidos de eliminación y en tres de ellos estuvieron incluso debajo en el marcador: el juego de los wildcards ante los Milwaukee Brewers, el quinto encuentro de la serie divisional ante Los Angeles Dodgers y el séptimo de la Serie Mundial contra los Astros.

Pero nunca bajaron los brazos y siempre encontraron la manera de darle vuelta a la pizarra, para al final levantar el trofeo de campeones, primero para la capital del país desde que los Senadores de Washington lo hicieron en 1924.