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La desinformación cunde hasta Dinamarca

COPENHAGUE - Hasta Dinamarca llegó como bomba la versión de que Héctor Herrera no está a gusto con la Selección Nacional y estaría a nada de irse. La noticia no tiene fundamento porque la situación que se vive al interior de la Selección Nacional es de unión, no obstante que se diga todo lo contrario.

Sin duda, el equipo sufrió un duro revés con la revelación de la fiesta, pero de ahí a que haya divisiones y hasta posibles deserciones es absolutamente falso. ¿Ustedes creen que hubiera sido titular Herrera en caso de que no estuviera a gusto? No, el tema es que mientras en nuestro país corre como pólvora esa desinformación, acá los seleccionados se enteran de noticias falsas que hasta les sacan sonrisas.

La única realidad es que seguirá saliendo más noticias de la dichosa reunión y todo terminará en lo mismo, una reunión de todos los jugadores que gradualmente se transformó hasta la madrugada casi en una fiesta particular de algunos seleccionados que invitaron a sus amigas y nada más.

Una mala costumbre cada año mundialista

Bien lo dijo Andrés Guardado, cada cuatro años es lo mismo, jugadores que no hablan con los medios de comunicación porque creen que son sus enemigos. Varios futbolistas del representativo mexicano se pasaron de largo por la zona mixta sin mediar palabras con los periodistas. Algunos en forma amable y otros groseros rechazaban mediar palabra. Sólo Guillermo Ochoa y Andrés Guardado decidieron dar la cara. Eso es plausible, lo que es reprobable es que los seleccionados piensen que la prensa es la culpable de todos sus males.

No creo que ninguno de los que cubrimos al equipo haya organizado la fiesta o llevado a su amigas. No. Hubo una equivocación y deben dar la cara para hablar de lo importante que es lo deportivo, si quieren no del tema personal, pero sí declarar de lo sucedido esta noche en Dinamarca. Desgraciadamente cada ciclo es lo mismo y los más perjudicados son los aficionados, quienes desean saber el día a día y opiniones de los futbolistas.

Aficionados de primera

Ver a miles de mexicanos en las tribunas del Brondby Stadion es un gusto. Varios connacionales gastan miles para venir a ver al combinado nacional aunque sea un partido. He escuchado desde historias de mujeres que viene solas desde México con tal de observar un partido del equipo mexicano en el Mundial. Han llegado a pagar hasta 20 mil pesos, por ejemplo, para presenciar el primer juego en Rusia entre México-Alemania.

Otros vuelan de países aledaños para estar cerca de los suyos, pero es un hecho que el Tri siempre va a tener apoyo de su gente.

Lamentablemente los resultados dan al traste con lo que invierten los compatriotas, pero bueno, dirían que en el futbol se gana y se pierde.

Seguramente el Mundial nos deparará sorpresas, como la que vivimos en Dinamarca de diez personas que llevaron serenata al equipo mexicano, tradición que ya es costumbre desde el Mundial de Brasil 2014. Ojalá y se midan, porque lo que se vivió en Brasil seguramente no se volverá a ver en Rusia por temas de seguridad.