<
>

Carta a papá, a 50 años de su medalla

No sé a quién le regalaste la medalla. Es más, desconozco por qué, cuando me informaste que no lo sabías, no lloré como lo hago ahora. Sólo recuerdo que te llevé a la Federación Mexicana de Frontón (FMF) para hablar con su presidente que siempre se negó atenderte. Recuerdo aquella tarde que te compré la chamarra oficial de tu amado deporte, y aún más, no olvido que bajamos aquellas escaleras de la Confederación Deportiva Mexicana (Codeme), donde, hinchado de orgullo, me dirigiste a aquella placa donde está grabado tu nombre: Raymundo Tovar, Bronce, Frontón a Mano. Juegos Olímpicos México 68.

Ojalá hubiera estado toda la familia en ese momento. La misma que te vio ganar batallas personales y frente a tus rivales los fines de semana, en ese rectángulo verde de 36 metros, que te hacía diferente, que te convertía en el héroe de mi mamá y mis hermanos. El espacio donde eras tú mismo y le demostrabas a los demás que en Xochimilco naciste con la calidad para trascender a nivel internacional y poner en alto el nombre de México en cinco campeonatos del mundo e inscrito entre los 100 mejores deportistas mexicanos de aquel entonces.

Qué difícil es repasar el pasado con tu ausencia. Que tormenta personal se experimenta cuando ese recuerdo me vuelve alcanzar papá, pero hoy es un día muy especial. Ni modo. Una fecha mágica para muchos que como tú seguramente portaron los colores de México hasta lo más alto hace 50 años, cuando desfilaste por aquella grama del Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria.

No encuentro aquella foto donde lucías con un precioso traje blanco con la bandera de México. La tengo extraviada. Acaso porque el tenerla me hace recordarte nuevamente con mucho dolor., aunque estás muy dentro de mí todos los días. Trato de llevar tus valores en mi vida personal y profesional. ¿Papá dónde está tu medalla? Vamos. Quisiera verla, porque sólo, a través del internet, sé que fuiste uno de los héroes que se colgaron una presea en un deporte de exhibición, que las mismas autoridades no avalaban en un principio y terminaron por aceptarla.

Recuerdo tu lucha. La pelee contigo. Hablamos con gente de la Asociación Mexicana de Medallistas Olímpicos (AMMO) que encabezaba, Daniel Aceves, para decirle que no valía que el término exhibición quedara en el olvido, petición que escuchaba solamente, pero como buen político, prometía, pero no cumplía. Tampoco nos recibió Raúl González, ex presidente de la Conade, con la idea de decirle que los reconociera a ustedes que habían entregado todo por México en la cancha. Sólo largas y más largas. Ningún interés.

Llamadas y cartas. Evasiones de González aún cuando ya trabajaba en la sección deportiva de tu queridísimo EXCELSIOR. Creí tontamente que eso podía ayudar a reconocerte a ti y a muchos que no eran tratados con la misma calidad que los medallistas oficiales. Recuerdo haber entrevistado a los mismos, quienes rechazaban que la medalla de exhibición tenía el mismo valor. Bueno, quizá entendible, porque en aquel entonces recibían una pensión y quizá temían que se redujera, porque justamente ustedes tenían esa posibilidad que se había buscado desde siempre.

Olvido papá. Me los dijiste siempre. Se olvidaron de ti como seguramente de muchos que también lo lamentaron a través de los años. No te preocupes 'jefecito' gracias a ti estoy en esta profesión en la que aprendí que desgraciadamente no solamente tú fuiste olvidado. También otros atletas que fueron desconocidos, pero que a 50 años de aquel histórico suceso los desempolvan, vuelven a ser valiosos para las autoridades deportivas. Desayunos, comidas, cenas. Es tiempo de sentirse orgullosos de lo que fuimos y no somos. 'Chapa' papá sólo 'chapa'. Nada más. Nada de fondo. Tu deporte sigue olvidado, desgraciadamente.

Rememoro aquella ocasión que en una oficina de la Conade un dirigente "lamentó" tu partida. Sé que no hice bien, perdóname, le respondí que si realmente lo 'lamentaran' no te hubieran olvidado ni en los momentos más difíciles de tu vida, justo cuando tu salud estaba minada y solicitaba apoyo de ellos sólo para tuvieras una atención digna en el hospital donde estuviste. Ni una llamada. Ni una atención. Todo sigue igual papá y creo que no va a cambiar. Hoy recordarán los 50 años a los atletas olímpicos y después serán olvidados hasta su muerte y todos lo vamos a 'lamentar'.

Felicidades 'jefe'. No importa que nadie te haya reconocido por lo que fuiste. No estás en los libros oficiales del 68, porque fuiste medallista de exhibición. Tu familia te recordará siempre. Te amamos. Te agradezco lo que me diste e hiciste de mí. Tú no has muerto para nosotros, porque vives en nuestros recuerdos y en este tu aniversario 50 de tu logro más grande, al conquistar el bronce olímpico, te digo que siempre estaré orgulloso de ti.

Te amo por siempre.