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La cronología de los cambios del formato de competición en el fútbol argentino

Rosario Central, el último campeón de la Copa de la Liga Fotobaires

Aunque en los últimos años la tendencia fue aún más evidente, el formato de disputa de los torneos principales del fútbol argentino ha tenido modificaciones de todo tipo a lo largo de más de un siglo de historia. Tanto en cuanto a la cantidad de equipos participantes como a las competencias que se disputan y al modo de disputa.

Entre 1893 y 1930 el fútbol nacional era amateur. Glosar todos los cambios que hubo en aquellas décadas obligaría a hacer un recorrido año por año, ya que no solo no hubo un formato homogéneo, sino también hubo cismas que dividieron las asociaciones organizadoras. Es decir, que el cambio está impreso en la identidad del fútbol argentino.

El profesionalismo trajo continuidad

En 1931 se introdujo el profesionalismo y con él se llegó a un campeonato de Primera División fijo, que se mantuvo sin cambios hasta 1966. Un solo torneo largo, a partidos de ida y vuelta, con entre 15 y 20 participantes. La época de oro tuvo ese sistema.

En 1967, en la búsqueda de federalizar el juego, se creó el torneo Nacional, con equipos del interior del país, que hasta ese momento no podían jugar en Primera. Entonces, hubo dos torneos en cada año: el Metropolitano, con el formato histórico, y el Nacional, con un sistema de disputa similar al de una Copa de la Liga.

Empiezan los cambios: de torneos largos a cortos

Estos dos campeonatos siguieron hasta la temporada 1985/1986, cuando se regresó al torneo de Primera División únicamente. Pero el cambio solo duró cinco temporadas (incluso en una se implementó un extraño sistema en el que cada empate se definía por penales y eso otorgaba un punto más al ganador en los 90 minutos).

En 1990 llegaría un original formato de torneos cortos: el Clausura (llamativamente, el Clausura era el que abría la temporada) y el Apertura: 20 equipos a una sola rueda de todos contra todos. El ganador de cada uno de estos torneos debía jugar una final para definir al campeón de la temporada. Ese año, el Newell’s de Marcelo Bielsa le ganó al Boca del Maestro Tabárez por penales.

Como la definición pareció injusta (Boca había ganado su torneo invicto en diciembre de 1990, pero jugó la finalísima en julio del año siguiente y con un equipo al que le faltaban sus dos máximas figuras), desde la siguiente temporada los ganadores del Clausura y el Apertura serían campeones sin necesidad de disputar una final. Así los torneos cortos lograron aceptación y se mantuvieron hasta el 2011/2012.

Los campeonatos de 19 fechas les daban chances a los clubes más humildes y con planteles más cortos y de menor presupuesto, de pelear por un título. Y hasta de poder ganarlo. En cuanto a los promedios, en 1983 se implementó un sistema por el cual no pierden la categoría los últimos equipos de la tabla, sino los equipos que suman, en promedio, los peores coeficientes de las tres últimas temporadas. A priori, una ventaja para los grandes. Pero el descenso de River en 2011, y luego el de Independiente en 2013, alteró esa lógica.

A partir de 2011/2012, el nombre de Apertura y Clausura se cambió por Inicial y Final. Se volvió al sistema original de 1990 que no era bien visto; es decir, un ganador por cada certamen, y una nueva definición para decidir al campeón de la temporada. Pero en el medio del torneo se dio marcha atrás. Como era de suponerse, esta nueva-vieja modalidad no era aceptada. Finalmente se cambió la palabra “ganador” por “campeón” y todo siguió como antes, con la inclusión de la Copa Campeonato en 2014 entre ambos campeones. En su única edición, River Plate venció por 1-0 a San Lorenzo en la "Súper Final" disputada en San Luis y, además de clasificar a la Copa Sudamericana y a la Supercopa Argentina, sumó otra estrella.

Diez años de inestabilidad

En 2015, tras un torneo corto de Transición sin descensos que ganó Racing (2014), se decidió ascender desde la B Nacional a 10 equipos en una sola temporada, para formar un súper certamen con 30 clubes y solo un campeón por año.

El título lo ganó Boca, pero el sistema de competición con 30 equipos jugando todos contra todos resultó poco atractivo. Así que luego de los 10 ascensos se decidió aumentar el número de descensos, para tratar de llegar de forma paulatina a una liga más normal: el número debía ser de 22 equipos.

En el medio se jugó otro torneo de Transición, con equipos divididos en dos zonas. El campeón en 2016 fue Lanús, tras derrotar en la final a San Lorenzo.

En 2016/2017 se volvió al campeonato de Primera División "tradicional" (es decir, todos contra todos), que un año más tarde se convertiría en la Superliga Argentina de Fútbol. Sin embargo, antes del inicio de la pandemia y de la suspensión de la temporada, la AFA y los clubes habían decidido volver a tomar el control de las competiciones.

Al comienzo de la temporada 2019/2020 las reglas estaban claras: habría tres descensos a la Primera Nacional y dos ascensos. Así, se llegaría a 23 participantes para el torneo siguiente. Sin embargo, por presión de varios clubes y en medio de la definición del torneo, se especuló con la posibilidad de que haya sólo dos descensos directos y una Promoción, con el perdedor del Reducido del ascenso. Finalmente, el plan original se modificó por la pandemia del covid-19 y no hubo ningún descenso.

En 2021, otra vez con 26 equipos en primera, se jugó una Liga de todos contra todos, aunque la temporada también incluyó una Copa de la Liga que no sumó como título de liga sino de copa nacional. Este sistema se repitió en 2022, 2023 y será el que se utilizará en 2024, aunque con 28 equipos, número que se mantiene aún hoy.