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Selección Mexicana: No saben lo que quieren, pero lo quieren para mañana

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¿Debió Diego Cocca ser candidato desde el inicio de las entrevistas? (2:56)

La mesa de Futbol Picante analiza si el técnico de Tigres sería una buena opción para llegar a la Selección Mexicana. (2:56)

España fracasó en el Mundial y decidió no renovar el contrato del técnico Luis Enrique, anuncio que hizo a la par del de su nuevo entrenador, Luis de la Fuente.

La misma situación en Portugal, que dio por terminado el ciclo de Fernando Santos y no demoró en contratar al español Roberto Martínez.

Hasta Bélgica, que de forma novedosa lanzó un anuncio en la plataforma LinkedIn, en donde incluyó los requisitos que debían reunir los aspirantes a timonel de los ‘ Red Devils’, ya encontró al elegido.

Holanda, Polonia y Qatar, entre otras selecciones que participaron en la pasada Copa del Mundo y decidieron cambiar de entrenador, ya tienen a los relevos… México, no.

Acá primero se tomaron 60 días “para analizar” lo que sucedió en Qatar, con el objetivo de tratar de encontrar los motivos por los que el Tricolor no superó ni la Fase de Grupos y luego de tres partidos se fue a casa con la peor actuación desde Argentina 1978.

La semana pasada se cumplió el límite fijado por los directivos de la Federación Mexicana de Futbol, y salieron a dar una conferencia de prensa en la que sustancialmente no anunciaron nada. Ni técnico, ni cambios, ni medidas, ni perfil del entrenador, ni requisitos, ni avances. Nada.

Resulta que hay dos personajes, Jaime Ordiales y Rodrigo Ares de Parga, quienes están haciendo la labor de Recursos Humanos entrevistando candidatos para elaborar el reporte de cada uno, y después presentarlo a un “comité” creado al vapor, conformado por cinco dueños de clubes, quienes en teoría votarán para elegir al entrenador.

Hasta el momento ha trascendido que son seis los sondeados por Ordiales y De Parga: Miguel Herrera, Guillermo Almada, Ignacio Ambriz, Diego Cocca, Antonio Mohamed y Marcelo Bielsa, este último sin que exista la certeza de que lo hayan siquiera podido contactar.

Cabe recordar que el presidente del Grupo Pachuca, Jesús Martínez y sus allegados, fueron quienes se adelantaron para ofrecerle al ‘Loco’ la posibilidad de dirigir al Tricolor; sin embargo, tras el nulo respaldo de la FMF decidieron hacerse a un lado en la elección del entrenador.

En teoría ya terminaron las charlas con los técnicos y en próximos días finalmente se conocerá al elegido. Lo absurdo es que nunca se supo el perfil de entrenador que se buscaba, sencillamente porque no existe.

En el futbol mexicano, entiéndase directivos de la FMF, Liga MX y equipos, no saben lo que quieren —salvo Grupo Pachuca que sí apostaba por una reestructura real—, pero lo quieren para mañana.

Anhelan el quinto partido en un Mundial, sueñan con un papel histórico en la justa de 2026, suspiran por tener a más futbolistas en equipos importantes de Europa, y que el éxito económico esté acompañado por el deportivo; sin embargo, no tienen la menor idea del camino a seguir para conseguirlo.

La simple elección del entrenador es un carnaval. Hace cuatro años cuando eligieron a Gerardo Martino entrevistaron a 24 candidatos; ahora “solo” fueron seis. Seis de perfiles totalmente distintos, seis que no tienen nada que ver entre sí, seis con diferentes formas de trabajar y de ver el futbol, seis que juegan con esquemas diversos.

En España, por ejemplo, no llega cualquier técnico, pues más allá de que Luis de la Fuente pueda resultar un desconocido en el ámbito internacional, previamente entrenó y ganó títulos con la Sub-18, Sub-19 y Sub-21. Y la idea de ‘La Furia Roja’ es que todas las categorías de sus representativos jueguen bajo el mismo esquema. Así fueron bicampeones de la Euro y Campeones del Mundo.

A la ‘viva México’ se hacen las cosas una vez más en el balompié nacional. No hay fracaso ni escarmiento suficientes que sirvan para aprender y desterrar las malas decisiones que se han tomado históricamente.

Vendrá un nuevo técnico y con él la falsa esperanza de que las cosas, ahora sí, van a cambiar. El producto es exactamente el mismo, así que no es difícil advertir que el resultado en el siguiente ciclo mundialista tampoco será muy diferente.

Al tiempo.