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¿Cómo es ser mamá y atleta de alto rendimiento al mismo tiempo?

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La maternidad no ha impedido que atletas reconocidas e incluso una árbitro brillen durante su carrera en el deporte


La vida de una atleta está llena de actividad, entre entrenamientos y la competencia. Ahora, imaginemos el giro que representa en la profesión de una deportista cuando decide convertirse en madre.

La maternidad es un periodo que requiere de atención y cuidados, razón por la cual no es sencillo para las mujeres atletas combinar esta etapa con su carrera.

En ese sentido, con motivo del Día de las Madres, algunas valientes mujeres deportistas hablaron en exclusiva con ESPN sobre cuáles fueron los retos que enfrentaron para combinar sus carreras con la etapa más importante de sus vidas: convertirse en mamás.

NELY MIRANDA Y SU CAMINO PARA CONVERTIRSE EN ATLETA PARALÍMPICA

Multimedallista paralímpica, poseedora de récords mundiales, ex diputada federal y hoy conferencista

"Yo me embaracé antes de tener mi accidente; era una persona convencional que trabajaba en una institución bancaria", recuerda. "Traía zapatillas y a la hora de bajar la segunda parte de las escaleras, mi pie se dobla y mi cabeza golpea con la pared. Lo único que recuerdo es el grito que pegué del dolor por la torcedura del pie. Rodé 17 escalones y mis piernas quedaron enredadas en el barandal; mi cuerpo giró al lado contrario de ellas, dejándome cuadrapléjica y con amnesia".

El accidente fue el 10 agosto del 2000, apenas una semana después de su cumpleaños.

"De hecho, tengo una foto con mi hijo, con un ramo de flores a un lado", señala Nelly Miranda. "Esa fue la última foto que nos tomamos antes de mi percance".

Sin embargo, la fuerza que la caracteriza hizo que Nely Miranda se levantara con el apoyo de su familia, además fue impulsada por el amor de su hijo Omar Antonio, quien hoy con 28 años de edad y ya se encuentra casado.

"Fue difícil, porque mi hijo tenía cuatro años y tenía ahora a una mamá que no movía brazos, no movía piernas y entonces, prácticamente tenían qué atendernos a los dos", sentenció.

"Cuando yo logro mover los brazos, cinco años después de mi accidente, tengo una recaída que me deja peor de lo que yo ya estaba, porque en esta quedé como con una embolia; tuve muerte clínica por 5 minutos y pues, realmente era iniciar de cero. Cuando llega mi hijo a verme, me dice: 'Mamá, otra vez no, por favor'".

Nely Miranda afirma que "escuchar esa vocecita fue muy impactante para mí, y lo único que pasó en mi mente y en mi corazón, era esa fuerza para echarle ganas y él no me viera postrada en una cama, como ya me había visto después del accidente. Mi hijo estaba acostumbrado a que tenía una mamá que corría con él, se tiraba al piso con él.

"Yo le agradezco a Dios que me dio a ese niño y no precisamente estando ya en una silla de ruedas".

Con el tiempo, Nely Miranda llegó a nadar --como parte de su rehabilitación-- a unas instalaciones deportivas donde el entrenador las apoyaba con la terapia: "Yo no sabía nadar, pero el entrenador me motivaba a ser una campeona olímpica o una nacional".

La idea comenzó a meterse en su cabeza y eventualmente decidió prepararse, incluso tuvo que invertir de su dinero.

"Ya estaba cerca Beijing 2008 y yo decía que ¿por qué no? Yo le quería demostrar a mi hijo que nada me iba a parar", refirió.

Así comenzaría la historia de éxito de esta determinante mujer y madre, quien señala que "ser nadadora paralímpica no es fácil, pero tampoco imposible, porque siento que es un ejemplo que les damos a nuestros hijos para que no trunquen sus sueños".


LA MOTIVACIÓN QUE ENCONTRÓ JACKIE NAVA EN LA MATERNIDAD

Exboxeadora profesional, campeona mundial de peso gallo y super gallo

Mamá de Frida de 11años y de Valentina de ocho, Jackie Nava, quien en la actualidad tiene 44 años, tuvo a su primera hija a los 33, "cuando estaba en mi apogeo", señala.

"Yo pensaba que ya no iba a regresar a pelear, pero fue al contrario: la maternidad me dio mucho más motivación, y quise regresar y pelear en el mismo peso, pero tenía que organizar muy bien mis tiempos, porque ¡vaya que era muy demandante!", reconoce. "Me llevaba a correr a mi niña en la carriola y alguien que fue muy importante para mí fue mi esposo, que aún sigue como parte de mi equipo".

Explica que su esposo, Mario Mendoza, "ha aprendido a ser mamá y papá al mismo tiempo, cuando yo no estoy. Yo no puedo decir que lo hice sola, porque iba a ser demasiado difícil. Si de por sí la carrera de entrenamiento-descanso, entrenamiento-descanso, es muy complicada... Había días en que yo iba a entrenar y ahí la tenía, me la cuidaban en la recepción, y salía de entrenar y la niña ya tenía hambre, y yo le daba pecho".

Indica también que a los 40 días de nacida su primera hija, "yo empecé a entrenar, cuando el doctor me dijo que ya podía hacerlo. Yo ya empezaba a moverme, a correr para no subir de peso".

Jackie Nava, afirma: "En ese momento los organismos deportivos (CMB y AMB) me dieron un periodo de descanso y la oportunidad de regresar a pelear cuando ya estuviera lista. Tuve a Frida el 17 de mayo del 2013 y el veintitantos de mayo del 2014 ya estaba peleando y por un título del mundo otra vez".


VICKY TOVAR POSPUSO UN FESTEJO DE CUMPLEAÑOS POR SU DEBUT

Exárbitra; la primera silbante mexicana en dirigir un partido en la Liga MX hace 20 años

Cuando Vicky Tovar estaba por debutar en la Primera División del futbol mexicano, en el juego Irapuato vs América celebrado en el 2004, su hijo Randall Rojas Tovar tenía apenas 1 año: "Lo llevaba a los entrenamientos en Colomos y cuando buscaba quién me lo cuidara, era porque tenía partido, pero siempre estaba conmigo".

Vicky Tovar se divorció cuando su hijo tenía 18 meses y tuvo que multiplicarse para ser madre, para entrenar, ser árbitro y también dar clases de educación física.

"A mi hijo le organicé su fiesta de cumpleaños por su primer año y de último momento tuve qué hablarles a todos los invitados para suspenderla, y posponerla para la siguiente semana", recuerda. "Es que me avisaron que iba a debutar en Irapuato".

Sostiene que "cuando salía del partido del Estadio Jalisco a las 3 de la mañana, ahí iba por mi chiquillo con la vecina; lo sacaba bien abrigado y ya me lo podía traer a la casa y dormir tranquila".

Tovar se retiró básicamente para dedicarse a su hijo, que ya iba a la escuela y se le complicaba mucho tenerlo con ella cuando entrenaban a pleno sol en Cuernavaca: "Se despertaba gritando '¡mamá!'".

Y ya con su hijo de 21 años, quien por cierto estudia el curso de árbitro, continúa al tanto de él, a la vez que colabora con el arbitraje profesional mexicano.

Confiesa que su vida está más desahogada, ya que se pensionó por el ISSSTE y hace lo que le gusta. Nunca tuvo problemas económicos, pues aseguró que le iba bien con lo que le pagaban por ser árbitro y con ese dinero se iba a pasear con su hijo y comer todo lo que se le antojaba: "A gozar la vida".

"En Primera División ganaba 13,500 o 14,000 pesos por juego; y de cuarto árbitro, la mitad", confiesa. "Tuve 86 juegos en Primera; en Primera A ganaba 7,500 pesos. A veces me daban juegos de Tercera, de Segunda, suplente de Primera y suplente de Primera A. había veces que me daban cuatro partidos a la semana, échenle cuentas.

"En el Mundial Femenil de Tailandia me traje como 100,000 pesos por pitar la final China-Alemania".


VALERIA MIRANDA COMPAGINA LA MATERNIDAD Y SU CARRERA EN LA LIGA MX FEMENINA

Defensa del Atlas de la Liga MX Femenil. Mundialista y medallista de bronce panamericano

Valeria Miranda es mamá de Emma, de 1 año; fue contratada por las Rojinegras para el presente Clausura 2024 y con Atlas vive una etapa importante en lo personal, ya que el club le ha permitido que su hija esté con ella en las concentraciones.

Revela la futbolista de 31 años que platicó en su momento con Roberto Medina sobre la necesidad de darle leche materna a su hija y el director técnico dijo que no había problema, aunque le recordó que debía descansar, algo que puede hacer sin problema, pues explica: "Emma siempre ha sido una niña muy buena, muy tranquila".

Por otro lado, asegura que por contrato tiene el derecho de salir a mitad del entrenamiento por su momento de lactancia.

Pese a todo, afirma que para su rol como mamá, "no es un impedimento ser deportista de alto rendimiento", aunque reconoce que ha sido un poco complicado compaginar sus dos responsabilidades.

"Poco a poco me he ido adaptando, gracias a mis compañeras", dijo. "Ellas, pues, encantadas de conocer a Emma, de ayudarme con Emma".

A decir de la jugadora, lo que más le ha costado en su regreso a las canchas es la readaptación de su cuerpo al deporte de alto rendimiento, así como su nueva etapa de mamá, ya que "es como si estuviera entrenando cuatro veces más".

Manifiesta Valeria Miranda que cuando supo que estaba embarazada pensó en formar una familia y decirle adiós al futbol, pero fue su exentrenadora Carla Rossi quien le dijo que podría ser madre y futbolista al mismo tiempo.

La futbolista contó con el apoyo de su familia, de su pareja y hoy está feliz ejerciendo la doble función.

"Sin ellos no hubiera podido; ellos y la perseverancia de perseguir este sueño me sacaron adelante. Aunque es difícil compaginar mi carrera y ser mamá, sí se puede", concluye.