Matías Almeyda expresó en su momento una frase que no se tomó en su real dimensión: "creo más en mexicanos que muchos mexicanos". Para no variar comenzaron las desaprobaciones, en el medio futbolístico, porque se creyó que se candidateaba para la Selección Nacional. ¿Hoy que dirán sus críticos más acérrimos cuando tiene al Guadalajara de líder?
El argentino ha devuelto la grandeza de Chivas a sus reales niveles. Acaso le falta un título de Liga, pero su proyecto se basa en el trabajo y los resultados, no en la verborrea que ha acompañado a cientos de colegas suyos que más allá de mentir, hacen a un lado la calidad del futbolista mexicano para realizar contrataciones de jugadores extranjeros de muy baja calidad.
Guadalajara, con este liderato general, hace trizas los argumentos que defienden la invasión de extranjeros, por una mejor calidad del balompié mexicano, porque ni la liga ha elevado su nivel y sólo un puñado de jugadores que ha llegado ha brillado en la Liga MX, contrario a decenas de troncos que caen por estas tierras a sumar dólares a su cuenta bancaria y porqué no decirlo, a la de directivos y promotores.
No es que Almeyda ahora se haya convertido en el redentor del futbolista mexicano, tampoco es que deba ser criticado, como lo hizo Rubens Sambueza, quien es el que verdaderamente debería dejar de ‘joder’ y disciplinarse, pues debe recordar que este problema lo puso con los pies fuera del América.
Chivas hoy es el reflejo de la confianza. El soporte al maltratado futbolista mexicano que cada torneo se pierde frente a una competencia insana e impropia de caníbales que ven sus intereses por encima del balompié nacional. Hoy se habla de la posibilidad de un Avilés Hurtado para el Tri, cuando jugadores como Ángel Zaldívar llevan un buen proceso para convertirse en infaltables del combinado azteca.
Dos argentinos son los que nos han puesto en nuestro lugar. Deberíamos reflexionar medios y aficionados mexicanos si realmente en nosotros parte una problemática grave de desconfianza hacia nuestros jugadores. Dos argentinos, léanlo bien, dos argentinos nos han mostrado el camino de respaldo a las virtudes del futbolista mexicano: Matías Almeyda y Ricardo Antonio La Volpe.
El primero ha hecho de Chivas un equipo de respeto, con jugadores que hoy son parte de Selección Nacional, con resultados que no se habían conseguido en años y una continuidad ajena a la costumbre de Jorge Vergara de cortar proyectos a largo plazo promovidos por el mismo. ¿Ahora quién pide la salida de Vergara? ¿Quién le va a preguntar si Chivas debería competir con extranjeros porque lleva ‘desventaja’ con puro mexicano? Disculpa, Jorge, el tiempo te da la razón. Eres un revolucionario incomprendido.
En el caso de La Volpe, porque se atrevió a debutar a un chico de 16 años que hoy grita con autoridad a sus compañeros. Su nombre es Diego Lainez. Jovencito de cantera que irrumpe en un medio con la esperanza que esa joya se convierta en realidad. Sin embargo, hay quienes dicen que se le infla al jugador. Yo digo que debe apoyarse a cualquier intento de brillantez futbolística mexicana.
Nos burlamos de que el propio La Volpe haya bautizado al ‘Beckenbauer’ Alvarez , porque minimizamos lo nuestro, cuando una serie de entrenadores me asegura que es un tipo con una alta calidad futbolística. Sigámonos riendo de nosotros mismos, jajajajaja, sigámonos engañando, pero algo es muy cierto, mientras otros entrenadores nos abren los ojos, nosotros seguimos pidiendo que se naturalicen figuras para nuestra ‘selección’ de no nacidos en México.
Es una cuestión cultural no creer en lo nuestro, pero ya es momento de entender por el entorno que en México lo que se hace está bien hecho y para muestra un botón: Las Chivas de Guadalajara. El Rebaño Sagrado, perdón 'Plagado', pero de mexicanos.