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No es lo mismo 'Don Billy Álvarez' que el 'Señor Kuri'

-Esta columna fue publicada originalmente el 19 de junio de 2020.

Los dueños del futbol mexicano son muy leales con sus amigos. Eso, sin duda, se debe reconocer. Así como pueden abolir el descenso cuando uno de ellos está cerca del precipicio, también tienen la deferencia de avisar a los demás acerca de los traspasos y contrataciones de jugadores que llevarán a cabo cada temporada; no vaya a ser que alguien que no sea ellos se beneficie del negocio.

Si alguien se vuelve incómodo y rompe sus reglas internas (muchas veces no escritas), como buenos amigos, lo vetan o lo desaparecen del futbol. Porque eso también se debe decir: con sus enemigos pueden ser inclementes.

Apenas en diciembre mostraron su mano firme cuando desafiliaron a Fidel Kuri y a sus Tiburones Rojos del Veracruz. Y para eso encontraron muchas razones que quedaron plasmadas en un documento de varias páginas: incumplimientos financieros, adeudos con jugadores, incumplimientos de afiliación, violaciones jurídicas y a los ordenamientos de la Federación y declaraciones incómodas del club. Mucho en papel, pero un solo trasfondo: Fidel Kuri, en realidad, nunca fue parte del grupo de amigos.

Para pertenecer no solo se debe comer langosta y pasar los fines de año en casas millonarias a la orilla de la playa. También se debe tener ese “no sé qué” que el dinero no puede comprar. O por lo menos, se debe ser capaz de establecer química con los compañeros de negocio; ese grupo de dueños de la Federación Mexicana de Futbol, que los reglamentos llaman Comité Ejecutivo.

En esa gran mesa se debe cerrar filas por un compañero en riesgo. En las reglas de este grupo se debe voltear la cara con disimulo cuando se habla de flagrantes acusaciones contra el presidente de uno de los equipos más populares de México. No se debe tocar a un hombre que durante muchos años se ha sentado en la mesa de dueños del futbol mexicano. Entre amigos se puede perdonar que el río de su club lleve agua turbia.

Desde hace varios años Guillermo Álvarez ha sido cuestionado ante los juzgados por su gestión al frente de la Cooperativa de la Cruz Azul, pero en los últimos meses las olas se levantaron mucho más alto de lo acostumbrado: la Unidad de Inteligencia Financiera, de la Secretaría de Hacienda, congeló cuentas a 'Billy' por presunto lavado de dinero y por acusaciones de desfalcos millonarios (que incluso son investigadas por la DEA). Alfredo, hermano del presidente de la Cooperativa, apretó la herida con datos y cifras del dudoso proceder de 'Billy'.

Pero estas notas de primera plana no hacen ruido en la parte más alta de la cúpula del futbol. Si 'Billy' no fuera tan querido por sus amigos, seguramente le aplicarían el Artículo 11 del Código de Ética de la Federación, que dice: “es una obligación individual el dirigirse y desempeñarse en todas sus actividades, ya sea particulares o profesionales, con la debida probidad y respeto”.

En el mismo sentido está redactado el Estatuto Social, que considera en diferentes incisos de su artículo 13:

“Los afiliados derivados que sean personas físicas. Deberán cumplir los siguientes requisitos:

13.2 Ser una persona de reconocida capacidad y solvencia moral.

13.3 No ser parte ni haber participado en negocios de dudosa reputación o en conductas delictivas, a juicio del Comité Ejecutivo”.

Algunas páginas después, en el apartado 17.2, se considera la sanción:

“Así mismo se perderá la afilación…

G) Si el dueño y/o los directivos del club han incurrido en actos delictivos o de dudosa reputación, a juicio del Comité Ejecutivo”.

Es justo en las últimas palabras de estos artículos, en las que se puede leer: “A juicio del Comité Ejecutivo”, en donde se encuentra la verdadera diferencia para juzgar a Fidel Kuri y a Guillermo Álvarez. Es ahí donde entra la subjetividad acerca del bien y el mal.

Cuando las investigaciones contra Guillermo Álvarez lleguen a su fin ante la justicia nacional y la internacional, será momento de evaluar las decisiones que se tomarán en el Comité Ejecutivo de la Federación. Lo más probable es que no pase nada acerca de la estancia de Guillermo Álvarez en el futbol. O si no, para qué son los amigos.