"No existe la marcha mexicana como tal", declaró Ernesto Canto el pasado lunes en ESPN Radio Fórmula, al cumplirse 36 años del trepidante 1-2 en la marcha de los 20 kilómetros de los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 .
Lo establece con rotundidad la voz autorizada de quien lo ganó todo en su especialidad. Es una pena que lejos de consolidarse como la potencia que fue y aumentar su número de representantes a nivel mundial, la caminata mexicana haya retrocedido dramáticamente en estos años.
¿Falta de maestros?, ¿de apoyos económicos?, ¿de roce internacional?, ¿de nuevos valores?
¿En dónde quedaron los tiempos de los Pedraza, los Bautista, los González, los Canto, los Mercenario y los Segura, por mencionar solamente algunos de los grandes exponentes que dieron lustre a la marcha mexicana?
Otras tres situaciones deprimentes de la semana son:
1. El bajísimo nivel del partido entre Querétaro y Mazatlán, disputado el domingo pasado en el estadio de La Corregidora. El resultado de empate es histórico para el conjunto mazatleco pues se trata del primer punto que cosecha en su historia en la Primera División, pero su desempeño está lejos de la excelencia.
2. La creciente pérdida de autonomía de los árbitros del futbol mexicano, que se pliegan constantemente a las a veces ridículas recomendaciones de los ineptos responsables del VAR. El domingo pasado, el árbitro Eduardo Galván le arrebató un gol legítimo al equipo de Santos Laguna frente al Guadalajara cuando el chileno Diego Valdés punteó el balón limpiamente para ganárselo a Calderón. Por lo visto, los señores del VAR desconocen el movimiento natural de un jugador que disputa el esférico. Además, la imagen congelada es una fotografía que distorsiona la realidad, como bien apuntó Eduardo de la Torre en la transmisión del encuentro. Minutos después, una fuerte patada sobre Brizuela sí ameritaba ser revisada en el videoarbitraje, pero entonces los señores de la cabina ni se enteraron. Lo dicho: una buena herramienta mal utilizada o empleada a destajo con criterios equivocados.
3. Los números negativos de Rafael Puente del Río. En 15 partidos dirigiendo al Querétaro y al Atlas, lleva 14 derrotas y solo una victoria. Puente tiene los conceptos tácticos muy claros y una retórica de inusual fluidez, pero los resultados no lo acompañan y se encuentra nuevamente bajo una fuerte presión en el conjunto del Atlas de Guadalajara.