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Bengalita

A pesar del prolongado peregrinaje por distintos equipos, Santiago Ormeño nunca quitó el dedo del renglón. Con su esfuerzo y el apoyo incondicional de su padre, el entrañable "Bengala", Santiago al fin está logrando posicionarse en la Primera División. Tomando en cuenta toda esa lucha de varios años, alegra ver al centro delantero del Puebla anotando tantos importantes en las primeras jornadas del torneo. Goles de todas marcas frente al Mazatlán, el Guadalajara y los Tigres.

Llaman la atención sobremanera la formidable media vuelta de zurda frente a las Chivas y el heterodoxo gol conseguido con la nuca en la portería felina, demostración de que es capaz de hacer lo que sea con tal de mandar el esférico al enjambre de hilos.

Santiago no lo hurta, lo hereda. Es nieto del inolvidable Walter Ormeño, aquel gigante de ébano que dejara profunda huella en el balompié nuestro. O sea que lleva el futbol en las venas.

Es un delantero alto, corpulento , intuitivo, de gran zancada, potencia física y buena definición. Este es el momento de no aflojar, de aferrarse al puesto, lo que conseguirá con más goles y actuaciones destacadas.

Intocable

En el partido entre Tijuana y Tigres, André Pierre Gignac dio una patada sin balón de por medio pero el árbitro Fernando Guerrero ni siquiera lo amonestó. El francés es un súper jugador y una figura extraordinaria. Sin embargo, es evidente que todos los silbantes se dejan intimidar por su personalidad. Tan es así que a pesar de los gritos, airadas reclamaciones y manotazos, solo una vez ha sido expulsado en casi 200 partidos en el futbol mexicano. Si uno de los árbitros más solventes no se atrevió a botarlo del terreno de juego, ¿qué podemos esperar de los demás?

Incompetencia

En ese grupo de "los demás" está Oscar Macías, quien le regaló dos penales inexistentes a los Pumas el domingo pasado en Ciudad Universitaria. Sólo en una de sus decisiones acudió al VAR y rectificó. ¿Por qué no lo hizo en el otro caso?

Vergonzosa actuación del silbante, una más en la larga lista de petardos de los dirigidos por Arturo Brizio.

A pesar del desastre arbitral, los Bravos de Juárez rescataron un merecido empate con nueve hombres. El equipo dirigido por Gabriel Caballero cuenta ahora con Marco Fabián, un jugador de excelentes condiciones, que hasta el momento no ha logrado redondear su carrera deportiva.