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El extraño caso de Víctor Guzmán

La última película de dopaje en el futbol mexicano no terminó bien. O por lo menos su final dejó muchas dudas. En diciembre de 2019 Víctor Guzmán fue anunciado por las Chivas como un refuerzo de brillantes reflectores y muchos millones de dólares. Pero el romance duró poco con su nuevo equipo.

Todo terminó con la notificación de un resultado analítico adverso que llegó tarde como una carta en la Edad Media. Para ser exactos, 153 días después de que Víctor Guzmán fue requerido para una muestra de orina.

Y ese tropezón inicial derivó en que el caso estuviera envuelto en la polémica desde el principio. Mucho fue consecuencia de la política antidopaje mexicana.

Primero, el resultado de la muestra se dio a conocer casi cinco meses después, porque el cierre del laboratorio certificado de México obligó a la Federación Mexicana de Futbol a enviar las muestras de los futbolistas a las instalaciones antidopaje de La Habana. La ida y vuelta hizo que un examen de orina que se tomó el 10 de agosto de 2019, cuando el Pachuca perdió 2-1 en el Estadio Corregidora, fuera anunciado como analítico adverso hasta los primeros días de 2020. A partir de ese momento empezaron los secretos.

Es cierto que los casos de dopaje la mayoría de las veces se manejan como información confidencial, sin embargo, en algún momento, por lo menos se debe informar lo que sucedió.

Las declaraciones de Víctor Guzmán después de que se anunció el perdón dejan claro que sí cometió la falta. “Quizás no fui profesional las 24 horas del día”, dijo unos días después de ser absuelto.

Aun así, a diferencia de lo que sucede con la mayoría de los atletas que entran a un proceso similar, nunca se dio a conocer la sustancia y tampoco la posible sanción.

Guzmán no es un deportista como muchos otros que se hacen una prueba antidopaje. Es un hombre que vale muchos millones de dólares en el mercado del futbol y su vuelta al campo era una urgencia para Pachuca, que contrató al prestigiado abogado español Lucas Ferrer para llevar el caso. Y entonces vino un silencio poco habitual: nunca se supo qué sucedió con la muestra B, cuándo la abrió o si decidió aceptar su culpabilidad y no abrirla. Durante casi seis meses el caso entró en una especie de nebulosa y después de no escuchar noticias se resolvió súbitamente.

Es por eso que la Agencia Mundial Antidopaje dijo hace unos días que el caso de Guzmán seguía en revisión, a pesar de que el Comité Nacional lo habilitó para jugar.

De nuevo las declaraciones de Guzmán dan pie para interpretar los sucesos. Dijo Víctor recientemente: “La noticia que hoy es que gracias a Dios ya se cumplió el plazo que habían puesto las autoridades, pero seguirá mi investigación abierta para seguir colaborando”. Aquí hay otras claves: ¿Qué quiere decir Víctor Guzmán con “seguir colaborando”? ¿Tendrá que ayudar a las autoridades para descubrir más casos de dopaje dentro del futbol? El Código Mundial Antidopaje da privilegios, pero sólo a quienes proporcionan información para descubrir a otros deportistas que hacen trampa.

Pronto sabremos si la negociación a la que llegó Guzmán es benéfica para encontrar más dopajes positivos en el futbol mexicano. Sólo los hechos lo dirán.