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La Selección Mexicana y el 'Tata', por la búsqueda de un estilo

No hay manera aún de cuantificar y mucho menos de juzgar a Gerardo Martino en la Selección Mexicana de futbol. Por ahora, todo parece en camino a algo: a encontrar una forma de juego, mantener resultados positivos, llegar bien preparado mental y futbolísticamente a la eliminatoria, comprobar la fortaleza de México en el área y luego el examen final: el Mundial de futbol. Solo ese resultado podrá hacer diferente la gestión de Martino a las de sus antecesores, pero hoy el entrenador argentino está apegado en la idea de encontrar la mejor forma de jugar, una en la que el futbolista, el aficionado y quizá hasta los críticos estén satisfechos y plenos. Es verdad que en los últimos 30 o 35 años, México ha encontrado la forma de competir, dentro de su nivel, en los mundiales, pero no ha encontrado un estilo homogéneo de juego que le permita creer totalmente en sus condiciones y por ende elevar su nivel competitivo. En eso está ocupado 'Tata', mientras la luna de miel continúa.

SAN DIEGO --

Un estilo. Un estilo para ganar, para competir, para trascender. Un estilo que la Selección Mexicana siempre ha pretendido y que nunca ha tenido.

Y esto cuenta, todavía, como parte de la luna de miel. Todo son risas, planes, buenos augurios y el presagio de que la unión esta fortalecida por lazos inquebrantables.

México parece cómodo con el 'Tata' y el 'Tata' parece estar cómodo con México. Ambos transitan por un camino preparatorio que sólo será analizable y cuantificable dentro de poco más de dos años, en diciembre del 2022.

Gerardo Martino está buscando lo que está en sus manos buscar en este momento: un estilo, una condición que, primero, se adapte a los contextos de sus futbolistas y que luego se acomode a su propia filosofía de juego. Y México parece cómodo y avanzando en ese sentido. Salir jugando, tener la pelota, circularla con ritmo y con inteligencia y aprovechar las bondades de esta generación que en este caso se enfoca en jugadores con capacidades y fortalezas suficientes para jugar en un nivel mas allá de la Liga MX, los casos de Jiménez, del 'Tecatito', del 'Chucky' y de Herrera.

La idea de lo que pretende Martino fluye velozmente por el torrente sanguíneo-futbolístico del jugador mexicano que es capaz de ofrecer jornadas muy alentadoras. El mes pasado, fueron los Países Bajos y Argelia, y el sábado resultó ser ante Corea del Sur. Es decir, ante distintos estilos, en un escenario donde el futbolista mexicano no es ni se siente local, México ha podido mostrar una escena competitiva.

Que le va a servir para enfrentar futuros compromisos, es una realidad, pero esos futuros compromisos no pueden basarse en el hecho de contender y ganar la eliminatoria mundialista de la Concacaf o la Copa Oro, el evento regional de su área, sino que será medido en extremis el día en que afronte el más alto nivel dentro de una competencia oficial, cosa que no llegará hasta el Mundial de Qatar 2022. Ahí y solo ahí mediremos y comprobaremos si el trabajo de Martino ha sido acertado y ha podido darle a México lo que otras administraciones han dejado aplazada.

Encontrar un estilo, una forma de jugar ha sido una asignatura pendiente en la historia vieja y moderna de las selecciones mexicanas. Cada selección, en cada época, juega de acuerdo a las pretensiones y al capricho del entrenador. Esperemos que, con Martino, se logre llegar a un modo que satisfaga al futbolista y al aficionado mexicano. Martino parece estar más cerca que otros, sobre todo que su antecesor, el señor Juan Carlos Osorio, de hallar el punto de concordancia con el jugador y con el aficionado. Los resultados son importantes, claro está, pero la forma para conseguir esos resultados no puede quedarse a la deriva. Debe ser una consecuencia de una forma en la que el futbolista entienda y se sienta identificado.

Ya llegará el momento de medir, de juzgar, de cuantificar la gestión del 'Tata'. Por ahora, todos parecen estar cómodos con él, cuando faltan poco más de dos años para el examen definitivo.

@Faitelson_ESPN