Siempre he dicho que Herrera es el técnico ideal para el América. Sin embargo creo que vive los momentos más complicados de su segunda etapa
Todo lo que el América, como equipo grande que es, pueda llegar a despreciar se presentó en el juego contra LAFC de este sábado por la noche. Hay de derrotas a derrotas, y está ha calado hondo por las formas y por el antecedente del que venían en la Liga MX.
La imagen al medio tiempo de Miguel Herrera y Ante Razov en reclamos sin mascarilla y con un intercambio de manotazos es simplemente dantesca. Precisamente esos son los excesos que más caros le han salido a Miguel en su carrera, y que se supone después de su salida intempestiva de Selección Nacional había corregido. Los que le costaron más caros como jugador y como técnico.
Hoy que se presenta ese obscuro episodio no tiene el respaldo de los resultados recientes. Porque lo último indica que Chivas, con un plantel disminuido, los eliminó en cuartos de final, y que LAFC los ha dejado fuera del torneo que serviría para sanar las heridas de la Liga con este papelón.
No solo Miguel es responsable de esta eliminación. El equipo ha llegado a un punto en que no es tan bueno como en otros episodios. Perdieron a Renato Ibarra, se lesionó de gravedad Bruno Valdez, Roger Martínez hace rato tiene la mente en otro lado, Andrés Ibargüen también se sabe fuera del equipo, Giovani un día está con sobrecarga y el otro también, Nicolás Benedetti lleno de lesiones. Llega un punto en que cuando necesitas soluciones, no aparecen.
Siempre he dicho que Herrera es el técnico ideal para el América. Sin embargo creo que vive los momentos más complicados de su segunda etapa. Lo del sábado en la noche fue aborrecible, una pesadilla, bochornoso. Si hubiera más tiempo para el inicio del siguiente torneo, me podría esperar cualquier cosa en torno a su continuidad.